Aunque todavía en plazo, cada día que pasa se acerca más la fecha tope para que el Ejecutivo vete las proposiciones de ley de su propio socio gubernamental, Sumar, además de la de Podemos y PP en las que piden que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) no tribute IRPF. Estas formaciones políticas exigen se sigan los mismos pasos que en las ocasiones anteriores en que se ha incrementado sustancialmente el SMI, es decir, elevar el mínimo exento del IRPF para que no deban tributar. Hasta ahora. Hacienda ha puesto pie en pared porque a María Jesús Montero no le salen las cuentas, y menos que le van a salir con la comprometida subida del presupuesto en Defensa.

Tanto en Sumar como en el PSOE aseguran que no existen negociaciones y niegan que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz trataran este asunto en su reunión el martes de la semana pasada. "No se habló de ese tema, fue todo Defensa", indican fuentes próximas a la vicepresidenta segunda en alusión al anunciado incremento del gasto militar anunciado por el jefe del Ejecutivo. Del mismo modo, afirman que el asunto está "parado" a la espera de que Hacienda mueva ficha, dato que corroboran en el Grupo Parlamentario Plurinacional.

Sumar espera un acuerdo de última hora antes de ir al choque

Aún así, esperan que antes de llegar al veto, "consigamos un acuerdo. Fórmulas intermedias hay" como la incorporación de algún tipo de exención fiscal que anule el efecto de una tributación que se llevaría, según el cálculo de Sumar, 21 euros de los 50 de subida, más el efecto de la inflación, en definitiva, una subida muy escasa a efectos prácticos de los que cobran los salarios más bajos.

El Grupo Plurinacional de Sumar votó la semana pasada a favor de una moción del PP sobre lo que los populares definen como "el infierno fiscal al que el Gobierno está sometiendo a los españoles", que incluía en uno de sus puntos "elevar el mínimo exento del IRPF y modificar las retenciones para garantizar que, quienes cobran el SMI, actualmente de 16.576€ brutos, no tengan que tributar por este impuesto".

Pero no sólo Sumar lo respaldó, sino que también lo hicieron el grueso de las fuerzas de izquierdas, independentistas y nacionalistas que apuntalan a Pedro Sánchez como ERC, PNV, BNG y Podemos. Junts y Bildu prefirieron ampararse en la abstención. La moción salió adelante con 211 votos a favor, 121 en contra -todos los del PSOE- y 13abstenciones (entre ellas las de UPN). Ese día prosperaron otros tres puntos más de la moción popular.

Uno de ellas referida a la deflactación de la tarifa del IRPF para ajustarla a la inflación -"y así compensar la pérdida de poder adquisitivo derivada de la 'progresividad en frio', modificando al menos los 3 primeros tramos"-, salió adelante gracias al voto del PNV y con la abstención de Junts y del BNG. También prosperó la petición de rebajar el recibo de la electricidad, tanto reduciendo el IVA de la electricidad y el gas, como neutralizando el impuesto sobre el valor de la producción eléctrica. En ese caso, el BNG se unió al bloque de la derecha y Junts volvió a abstenerse.

Pero fue la abrumadora mayoría sobre la no tributación del SMI la que encendió las luces de alarma en Moncloa, pendiente de decidir si presenta el veto. Este cruce de votos significa que, de llegar vivas las proposiciones de ley al pleno del Congreso, hay pocas dudas de que saldrán adelante con un gran respaldo parlamentario, y dará lo mismo que sea la del PP, la de Sumar o la de Podemos o se pida la votación en bloque. Eso sí, para que llegue a consideración de sus señorías, la Mesa del la Cámara Baja, debería levantar el veto gubernamental. Significa que Sumar y Partido Popular, con seis representantes en la Mesa, deben unir fuerzas frente a los tres del PSOE.

El viernes 28 se cumple el plazo para vetar las proposiciones de ley

Uno de los argumentos a los que se ha venido aferrando los socialistas alude al riesgo de esa foto fija de ver a los de Yolanda Díaz votando lo mismo que los de Alberto Núñez Feijóo, pero es que esa foto ya se dio el pasado jueves 13, aunque pasase bastante desapercibida. A fin de cuentas, un preludio de lo que puede ocurrir a no mucho tardar. El viernes 28 se cumple el mes de plazo para que Hacienda presente su veto "si es que antes no hay un acuerdo", aventuran en Sumar, cosa difícil si se da crédito a lo que afirman de un lado y otro de la barrera respecto a la inexistencia de negociaciones entre los socios de Gobierno.

La cuenta atrás ha comenzado. Moncloa dispone de dos semanas para alegar a qué partidas presupuestarias y en qué montante afecta al capítulo de ingresos que los receptores de 1.184 euros de sueldo al mes (16.576 al año) queden exonerados de hacer la declaración de la renta. De momento, ya están cotizando y sólo la aprobación de las proposiciones de ley pueden cambiar la situación para los que menos ganan.

Euskadi será la excepción tras un acuerdo con el PSOE

En todo caso, una vez más, Euskadi, será la excepción con el consentimiento y beneplácito de los socialistas. Porque si bien allí ya pagaban IRPF los receptores del SMI antes de la última subida de los 50 euros, PNV y PSE han pactado una revisión fiscal para que queden exentas las rentas de menos de 19.000 euros brutos al año. De aprobarse, significa que todavía habría un amplio margen de nuevas subidas del SMI sin que sus receptores tributasen en el País Vasco. Sumar destaca el contrasentido de aceptar en este territorio lo que rechaza para el conjunto de España.