María Jesús Montero es uno de los pilares del Gobierno y del PSOE. La absoluta mano derecha del presidente. Y una de las tres personas que pilotan las negociaciones con los socios de investidura, junto al ministro Félix Bolaños y al secretario de Organización del partido, Santos Cerdán. Los tres son los encargados por Pedro Sánchez, por tanto, para intentar avanzar, con mucha dificultad, en la legislatura. Los que tienen que tratar con el grupo más incómodo para el Ejecutivo, Junts. Pero solo ella, Montero, es la que primero se someterá al escrutinio de las urnas. En Andalucía. En poco más de un año, si no hay adelanto electoral. Porque ahora ella no es solo la vicepresidenta primera, la ministra de Hacienda y la vicesecretaria general del PSOE. También es, desde enero, la líder de los socialistas andaluces y en quien Sánchez confía para recuperar un territorio clave para el conjunto del partido y para su propia permanencia en la Moncloa.
Esa labor de diálogo con la formación de Carles Puigdemont podría pesar en su mochila como candidata a la Junta. Lo explotará el PP de Juanma Moreno, pero Montero está convencida de que no tendrá coste político para ella. Lo defiende en una larga entrevista con Jordi Évole, grabada en dos días y emitida este domingo en La Sexta. Afrontará las críticas, señala, "explicando las cosas". "Tenemos un porqué para plantear una amnistía, un debate en materia migratoria. La política no es fácil, pero es que por aquí ya hemos pasado. Hemos ido a unas elecciones en las que el lema del PP era 'que te vote Txapote'. Ese lema es cruel para nosotros y para las víctimas. Ya hemos pasado por ahí. Lo importante es estar convencido de lo que uno hace y explicar sus consecuencias".
Afrontará las críticas, señala, "explicando las cosas". "Tenemos un porqué para plantear una amnistía, un debate en materia migratoria. La política no es fácil"
Montero no cree, por tanto, que las negociaciones con Puigdemont le pasen factura. Lo importante es "si la política del Gobierno permite normalizar una situación heredada", la crisis por el procés. El Ejecutivo y ella misma, esgrime, pueden sacar pecho por haber destensado la política en Cataluña. "Hay cosas que se plantean de los grupos nacionalistas de Cataluña que se discuten porque lo plantean ellos, no porque a alguien le parezca mal. Como la quita de la deuda, que le beneficia a todo el mundo, como a Andalucía. ¿Por qué se discute? Porque lo plantean los nacionalistas".
La condonación de la deuda de la Generalitat con el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) fue, en efecto, propuesta por ERC y asumida por los socialistas para la investidura de Sánchez. Montero cerró el diseño justo después del congreso del PSOE andaluz que la encumbró como nueva baronesa. Supondrá el perdón de 17.104 millones para Cataluña, pero también de 18.791 millones para Andalucía. 83.252 millones en total, porque todas las CCAA del régimen común —todas menos Euskadi y Navarra— se verían aliviadas por la iniciativa del Ejecutivo, a la que queda mucho recorrido hasta salir aprobada a finales de año de las Cortes. Montero admite que la deuda no se evapora: se traslada de los gobiernos autonómicos al Estado, pero "no da igual", porque lo que ganan las comunidades es "autonomía financiera" y "política", la que "perdieron" con la crisis de 2008, porque el Ejecutivo del PP "asfixió" tanto a las administraciones regionales que no pudieron salir a los mercados a financiarse, por lo que tuvieron que acudir a ese instrumento que se creó entonces, el FLA.
La vicepresidenta no entiende que el PP se oponga a la medida, cuando "siete de diez euros de la deuda que se va a condonar es de sus comunidades". La derecha, dice, "está más pendiente de quién hace la propuesta que de qué propuesta" se trata. "Como vino de ERC, tiene que ser malo para el resto de España", reprocha a la derecha.
Durante la entrevista —sobre todo en el segundo capítulo de Lo de Évole emitido este domingo—, Montero da algunos detalles de negociaciones pasadas —"cada semana tenemos una de infarto", asume—, como la de la reforma fiscal, que salió adelante en noviembre. Una de las "más duras" que ha tenido que afrontar. La vicepresidenta logró amarrar el apoyo de Junts gracias a una videollamada con Puigdemont, aquella noche agónica en la que se cerró el pacto, en la que también participó Cerdán. Porque aunque sea el secretario de Organización del PSOE el que "habitualmente lleva las relaciones con Junts", tanto Bolaños como ella misma siempre están "detrás".
Conoce "poco" al expresident, pero le cree una persona "muy convencida de sus ideas, alguien que piensa que todo lo que hizo Junts es correcto", una persona que vive "una situación personal complicada" por su fuga de España en 2017. Montero responde con un "sí" cuando Évole le pregunta si le aplicaría inmediatamente la ley de amnistía, porque eso fue lo que quiso el legislador, que se perdonaran "todos los sucesos relacionados con el procés sin excepción". La normalización política no terminará, considera, hasta que Puigdemont no regrese a Cataluña.
Montero responde con un "sí" cuando Évole le pregunta si le aplicaría inmediatamente la ley de amnistía, porque eso fue lo que quiso el legislador
Más que concesiones a los independentistas o cambios de opinión del Gobierno de 180 grados, Montero sostiene que lo que hay es una adaptación a los números que hay en el Congreso. "No elegimos el Parlamento que tenemos delante. La política es el arte de lo posible, no va de lo que a uno le gustaría solo, sino de que en cada momento uno tiene que saber qué puede hacer para permitir un avance, aunque sea mínimo". El Ejecutivo está obligado a "escuchar" al resto de partidos, indica, y cuando un grupo pone encima de la mesa "algo que puede resultar incómodo a primera vista", "es valiente y toma partido", "ve la repercusión positiva que puede tener en el medio plazo", porque "en política, es importante coger el toro por los cuernos".
"No hay ningún partido facilón"
El último pacto incómodo con Junts es el migratorio, un acuerdo que para la vicepresidenta es "razonable", "equilibrado" y ahonda en el "autogobierno" de Cataluña. Concede, eso sí, que la presión de los posconvergentes para cerrar esa delegación "puede tener que ver" con su competencia con el partido ultra y xenófobo Aliança Catalana.
Montero recrimina a los grupos —léase Junts— que estén a veces más preocupados por el "relato" que por transformar la realidad. Pero es la formación de Puigdemont la que más "intenta humillar" a los socialistas, observa Évole. La vicepresidenta responde que ha de abstraerse de los comentarios "ofensivos o dolorosos".
Para la vicepresidenta, "no hay ningún partido que haya tenido el recorrido de Bildu", "ha aprendido lo que significa estar en democracia"
No tiene "ránking" de los grupos "con los que es más fácil negociar", pero tampoco lo diría, confiesa, también porque "no hay ningún ningún partido facilón, todo el mundo pone sus exigencias encima de la mesa". ¿No lo es Bildu?, le pregunta Évole. "No se crea —contesta—. Bildu tiene líneas rojas muy manifiestas. No hay ningún partido que haya tenido el recorrido de Bildu". Para la vicepresidenta, la izquierda abertzale "ha aprendido lo que significa estar en democracia", "se ha reconvertido como ningún otro en democracia", está cubriendo "el camino correcto".
La ministra recuerda aquello de "o bombas o votos" que lanzó a Batasuna Alfredo Pérez Rubalcaba. Ese mensaje, insiste, "no es una frase", era el camino que se pedía a la izquierda abertzale, que abandonara las armas y defendiera sus ideas desde el diálogo, y "es lo que está haciendo Bildu independientemente de que algunos intenten asociarles con esa etapa", la del terrorismo, "porque ellos son responsables de donde vienen". Los socialistas ya saben que les llueven las críticas de un PP que les llama "filoetarras". "Aquí se rompe España todos los días, y todos los días se levanta la persiana y España está mejor que el día anterior", rebate.
Para mí es increíble lo que estamos escuchando de Ábalos. No sé muy bien a qué responde, no entiendo las motivaciones que lleva a alguien presuntamente a tener determinados comportamientos. Yo no salgo de mi asombro". No sospechaba "absolutamente nada"
A Montero el periodista le pregunta por su excompañero de partido José Luis Ábalos, en el Grupo Mixto desde que estalló el caso Koldo e imputado por presunta corrupción por el Supremo. La vicepresidenta admite que el exministro está haciendo "mucho daño" al Gobierno y al PSOE. "Para mí es increíble lo que estamos escuchando, lo que estamos viendo. No sé muy bien a qué responde, no entiendo las motivaciones que lleva a alguien presuntamente a tener determinados comportamientos. Yo no salgo de mi asombro". No sospechaba "absolutamente nada", no dio "síntomas", de ahí que no dé "crédito", que se quede "de piedra". Si Sánchez le echó de su Ejecutivo en julio de 2021 no fue porque pensara que estaba metido "en líos gordos", "para nada", sino para dar "un nuevo impulso al Gobierno", explica, siguiendo la tesis oficial del presidente.
Y si Ábalos fue en las listas de las generales como número dos por Valencia no se debió a ningún "chantaje" del exministro, cuenta. "Es obvio que no lo sabíamos", "sería del género tonto pensar" que aun teniendo información se decidió meterle en listas para luego acabar pidiéndole el acta. En definitiva, de haberlo sabido, Sánchez "no le habría metido" en la candidatura por Valencia.
Su director de Gabinete "no se merece esto"
Montero reitera su apoyo y confianza a su director de Gabinete, Carlos Moreno, a quien el empresario Víctor de Aldama, presunto cabecilla de la trama, acusó de haber cobrado 25.000 euros en comisiones a cambio de favores. Moreno ya declaró como testigo ante el Supremo y admitió que Aldama le consultó sobre el aplazamiento de la deuda de una de sus empresas, pero negó haber percibido dinero por sus gestiones. Se limitó, dijo, a trasladar esa consulta a un funcionario y después se desentendió del tema. "No ha aportado ninguna prueba de que se produjera el aplazamiento. Entonces, ¿de qué tipo de favor está hablando el señor Aldama y por qué intenta que compremos un marco mental que no se sostiene?", se pregunta Montero, que sigue poniendo la mano en el fuego, las dos, por su hombre de confianza. "El objetivo no es él, soy yo, lo cual provoca mayor dolor [...]. Nos quieren hacer creer que el señor Moreno es corrupto, y eso es radicalmente falso. Es mentira y me indigno, conozco a Carlos Moreno desde hace más de veinte años, y es un servidor público como pocos he conocido en mi vida. Un hombre servicial. No se merece esto".
Montero cree que lo que mueve a Aldama es su venganza contra Hacienda por haber destapado el fraude de los hidrocarburos. "La caza mayor soy yo"
"Al final, la caza mayor soy yo —agrega—. Pero este no es el problema del señor Aldama. Esto es humo, es espuma. El problema es el fraude fiscal que tiene con los hidrocarburos. ¿Usted sabe que la investigación a Aldama empieza por la Agencia Tributaria? Por el IVA de la gasolina. Nos la tiene jurada a Hacienda. Va a volver a la cárcel, estoy convencida. Claro que se venga del Ministerio de Hacienda. Y no va por Carlos Moreno, apunta más arriba". Es decir, que Aldama apunta hacia Moreno para intentar disparar a Montero como represalia por las pesquisas de Hacienda contra él en el caso más grave en su contra, el de la trama que defraudó 184 millones en el IVA de hidrocarburos.
En escasamente un mes se cumplirá el primer año de los cinco días de reflexión que se tomó Sánchez tras sentirse víctima, su entorno familiar y él mismo, de un acoso judicial, político y mediático. Montero cuenta que se enteró "igual que el resto de los españoles", cuando el presidente lanzó el comunicado a través de redes sociales, y se quedó "preocupada", al pensar cómo la situación había llegado a un punto que le exigió parar, "recogerse un poco y ver si tenía fuerza para poder continuar" al frente del Gobierno. La vicepresidenta relata que no se escribió en aquellos días con el líder socialista, porque interpretó que quería aislarse.
Las imágenes del comité federal del PSOE del 27 de abril, en las que se veía desatada a Montero, como fuera de sí abrazándose a la militancia que jaleaba a un Sánchez que podía irse para siempre, eran las de la "preocupación". "Toda la del mundo". Pero ella no dibujó "ningún escenario", no se imaginó como sucesora. Y reconoce, como ya publicó este diario, que no se enteró de su decisión hasta el mismo lunes 30, cuando expiraba el plazo que él mismo se había dado. "Yo no lo sé antes del lunes, simplemente intuí que si no nos había llamado ni siquiera dos minutos antes era porque iba tomar la decisión que era correcta para mí, que era mantenerse". Considera que Sánchez es "imprescindible y fundamental para el PSOE, lo que no quita para que el PSOE tenga cuadros, dirigentes, personas perfectamente preparadas y capacitadas para coger el relevo que haya que coger en cualquier momento". Ella no, aclara. Su futuro pasa por Andalucía. El gesto de Sánchez es, para Montero, el "acto de honestidad de un político" de más "profundidad" de la que se pueda ver desde fuera. "No me parece nada friqui, sino auténtico".
Su activismo político comenzó en su parroquia de Triana
Lo de Montero, el especial de Lo de Évole dedicado a la entrevista en un doble capítulo, ahonda en su primer episodio, sobre todo, en la faceta más personal de la vicepresidenta. Es, de hecho, la parte más atractiva, la menos conocida para los ciudadanos. La que rebusca en sus orígenes y en su despertar político. Montero se engancha a la política a través de la Iglesia, gracias al cura rojo de su parroquia de Triana, en Sevilla, Manuel Mallofret, un sacerdote "muy comprometido que había optado por los pobres, la justicia social". Él fue el que la casó con el padre de sus dos hijas —Rafael Ibáñez Reche, un hombre toda la vida de IU (fue diputado autonómico y hoy es asesor del grupo en la Cámara andaluza), y del que se separó—, el que siendo uno de sus "mejores amigos". Esa María Jesús que iba "todos los domingos" a misa llegó a compaginar su trabajo como directora de hospital, al poco de acabar su carrera de Medicina y Cirugía en la Universidad de Sevilla, con los campamentos cristianos con jóvenes.
La ministra se enganchó a la política gracias al cura rojo Manolo Mallofret. Él fue quien la casó con el padre de sus dos hijas, Rafael Ibáñez, un hombre de IU de toda la vida y del que se acabó separando
Ya no va a misa con regularidad, pero sí que sigue creyendo en Dios, sigue rezando incluso, si se entiende por eso, por rezar, explica, el "recogimiento" interior, la "espiritualidad", el poner "perspectiva" a las cosas, algo que también requiere la política. Esas luces largas. "Yo era de izquierdas en la Iglesia y religiosa en los partidos de izquierdas. He sido una persona netamente de izquierdas, dentro de mi partido soy una persona muy de izquierdas", remarca.
La suya era una familia "estructurada". La segunda de cuatro hermanos —tres chicas y un chico, el más pequeño—, todos universitarios, hijos de dos padres maestros, muy exigentes con ellos y que se profesaban "respeto" mutuo. Su padre, 11 años mayor que su mujer, falleció hace poco, se apagó "como una velita", no de ninguna enfermedad. Con su madre habla a diario, aunque esté "muy ocupada". "Ella necesita hablar conmigo y yo hablar con ella".
Montero se independizó pronto, antes de acabar la carrera, "como con 20 años", y se fue a vivir a una "comunidad cristiana", con su grupo de amigos. "Una de las mejores experiencias de mi vida. La repetiría siempre. Éramos un poco hippies. Éramos cristianos, de izquierdas y hippilones". Luego boda, nacimiento de sus dos hijas... y separación de su marido. "Civilizada". "El padre de mis hijas es mi mejor amigo, una de las personas de mayor confianza que tengo en mi vida, un apoyo esencial en mi vida personal, independientemente de mis hijas. Nos separamos para seguir queriéndonos".
Sobre González: "Yo respeto que cada uno opine lo que tenga que opinar, pero a veces me da pena, a veces creo que este Gobierno merece apoyo, confianza"
El 28 de octubre de 1982, Montero no tenía aún 18 años. No podía votar. "Hubiera votado a Felipe González o a la izquierda de Felipe González, no lo sé. A la izquierda seguro". El pasaje sirve a Évole para preguntarle por el expresidente y por su entonces número dos, Alfonso Guerra. "Referentes y paisanos. Felipe es una figura indiscutible, y la aportación que hizo Felipe a España a nivel internacional, de industrialización, del Estado del bienestar… eso es indiscutible". "Los valoro, los admiro, los aprecio". ¿Y qué piensa cuando ve a Felipe tan crítico con el Gobierno? "Usted puede imaginar perfectamente la sensación que produce. Yo respeto absolutamente que cada uno opine lo que tenga que opinar, pero a veces me da pena, a veces creo que este Gobierno merece apoyo, confianza, merece entender que los tiempos políticos cambian".
—¿Está teniendo un comportamiento desleal?
—Yo no diría desleal. Yo diría que él cree que tiene que hacer eso, que tiene que trasladar su opinión, y su opinión diverge de lo que el Gobierno adopta como iniciativa. No le doy más importancia.
Montero comentaba más "al principio" las palabras del expresidente. Ya no. Ya no llama tanto "la atención". Pese a todo, le invitaría a participar en su campaña electoral. Se lo pedirá, "por supuesto", porque es un dirigente "que tiene mucho que aportar y que tiene muchas cosas que decir". No cree que, si aceptara esa invitación, aprovechara para criticar al Ejecutivo. Antes rehusaría participar, señala.
El primer presidente, Sánchez, un hombre "decidido y valiente"
Para la ministra, el presidente número uno de la democracia es Sánchez. Lo dice no porque sea "pelota", sino porque está convencida de que está haciendo "un trabajo impresionante", porque "es el referente de la socialdemocracia en el mundo" y, como tal, tiene una "responsabilidad tremenda" sobre sus hombros. Los puestos dos y tres se los disputan, a su juicio, José Luis Rodríguez Zapatero y el propio González. En el blindaje del Estado del bienestar, gana Felipe, pero en la aprobación de "derechos de nueva generación, Zapatero". "No sabría decir, depende". Lo que sí tiene claro es que se queda antes con Mariano Rajoy (el cuatro) que con José María Aznar (el cinco), "el peor presidente de la democracia y el peor expresidente, porque sigue alimentando sentimientos cainitas".
Ella no era susanista, precisa, sino del Gobierno de Díaz, y a ella le debía lealtad, como a todos los jefes que ha tenido. Sánchez la llamó a su lado en 2018, y viajó desde Sevilla a Madrid sola, pero con su equipo
Consejera desde 2004, con Manuel Chaves en la Junta, hasta 2018, con Susana Díaz en el poder. Ella fue susanista, le recuerda Évole. "Yo era del Gobierno de Susana Díaz", precisa Montero. "Yo no participé muy activamente [de aquellas primarias, las de 2017, las que acabó ganando Sánchez], pero estaba con mi presidenta. Yo tengo un sentido de la lealtad que me lleva a que si mi trabajo está a disposición de un presidente, yo me muero por servir en la causa que tenga planteada". En 2018, tras ganar la moción de censura a Rajoy, Sánchez la llama directamente y le ofrece ser ministra de Hacienda de su Gobierno. Se lo piensa una hora, pero finalmente accede.
Y se va a Madrid sola, sin su familia, pero con su equipo. Entre ellos, Carlos Moreno. Ahora se considera "amiga" del presidente. Le define como un hombre "decidido, valiente", pero también "exigente" con sus ministros. No salen juntos y, si quedan para cenar, lo hacen en Moncloa o en un "escenario muy íntimo". Ella misma no tiene vida social. Vive en el propio ministerio, en la calle de Alcalá, en un piso situado una planta por encima de su despacho. Vive "rodeada de Borbones", cuenta divertida, "parece un palacio", que para eso la sede de Hacienda fue en el siglo XVIII la Real Casa de la Aduana. No ha cambiado "nada" de la decoración de una vivienda que "alguna vez" ocupó su antecesor, Cristóbal Montoro. El colchón "sí" que no es el mismo.
Vive en el piso que está situado encima de su despacho, en el propio ministerio. No sale ni disfruta de Madrid. "Yo trabajo muchísimo", subraya
"Esta es mi vida, ascensor para arriba, ascensor para abajo. Y cuando voy a Moncloa o a otro ministerio. A eso se limita mi vida en Madrid. Disfruto muy poco de Madrid, es una de las grandes añoranzas que tendré cuando me vaya de Madrid. Yo trabajo muchísimo. Me gustaría tener una vida social mucho más intensa, pero mi agenda me lo impide. No tengo literalmente tiempo para salir".
Montero dice que "le influye" si alguien a quien pueda admirar resulta que defrauda a Hacienda o es acusado de agresiones sexuales —como Shakira, como Plácido Domingo—, cree que "no ocurriría nunca" que pudiera estar con una pareja que burlase al fisco, porque entonces querría decir que no la conoce.
Confiesa que recibe muchísimas presiones todos los días pero no le hacen "mella". "Ya me he acostumbrado a respirar bajo el agua", dice
Y sí, se sabe con "poder". Con "influencia". El poder económico, cierto, "manda mucho", pero espera ser ella quien influye más en la vida cotidiana de los ciudadanos. Recibe presiones. Muchas. Las toreó cuando la banca quería que no se aprobara el impuesto extraordinario, pero el Gobierno siguió adelante con su idea. Y eso que a ella la llamó la mismísima Ana Patricia Botín, la jefa del Santander, una mujer "muy respetuosa con el poder político", "institucional, que respeta las reglas de juego y que nunca me ha incomodado". Las eléctricas sí que se han salido con la suya y el gravamen a las energéticas ha decaído. "Todas las compañías" presionaron mucho a los grupos. A ella esa presión no le "hace mella". "Mi vida política ha sido tan intensa que yo me he acostumbrado a respirar bajo el agua. La presión me hace menos efecto que otra gente. Me salen branquias. A mí me presiona muchísima gente todos los días, miles y miles de presiones".
La mofa de su acento
Del Consejo de Ministros, tiene "muy buena relación" con el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska. "Me gusta todo de él". Su trayectoria profesional, cómo llevó su condición sexual en un mundo tan cerrado como la judicatura, cómo salió del País Vasco, "un hombre bueno donde los haya". De Félix Bolaños es "superamiga", se tienen "cariño", más allá de que estén "todo el día juntos y hablando".
Se lleva muy bien en el Gobierno con Marlaska, y también con Bolaños. Y tiene "muy buena relación con la izquierda y con Yolanda Díaz en particular"
¿Y con Yolanda Díaz? El enfrentamiento se ha recrudecido en las últimas semanas por la tributación del salario mínimo. "Tengo muy buena relación con la izquierda en general, y con Yolanda en particular [...]. Tengo un buen concepto de ella y en general tengo muy buena relación con la izquierda del PSOE, porque la entiendo muy bien, porque me he criado ahí". La disputa a cuenta del SMI no ha sido estrategia para dar "cuartelillo" a Sumar, ahora en horas muy bajas. "No suelo jugar a eso. No, no, yo soy muy transparente".
Montero no ha sido víctima, señala, de acoso sexual. Cuando empezó en política, sí que percibió un trato "más paternalista" de los hombres, por ser "mujer, joven, andaluza". Y entonces habla del acento, de cómo en muchas ocasiones se asocia el habla andaluza a "la incultura y la ignorancia", y eso le da "rabia".
—¿Le han pedido que seseara menos?
—No se atreven. No. Nunca lo he disimulado, ni nunca se me ha pegado el acento madrileño, ni de ningún tipo.
La vicepresidenta sabe que su acento es objeto de mofa. También entre sus rivales políticos, caso de Esperanza Aguirre. La expresidenta madrileña se ha burlado de ella en varias ocasiones. "Lo hace para intentar ridiculizar el argumento a través de mi forma de hablar. Y es muy grave. Pero yo, más orgullosa [me siento] de mi forma de hablar". Ella se expresa "desde aquí". Desde las tripas, se señala, que es "de donde se tiene que expresar una".
Montero seguirá en el Gobierno hasta que se convoquen las elecciones andaluzas. Hasta que se compruebe si su proyecto ha cuajado. El PSOE perdió la Junta en 2018 —aunque Díaz ganó aquellos comicios, en los que el PP sacó "el peor resultado de su historia"— por "el cansancio" de la ciudadanía por los 37 años ininterrumpidos en el Gobierno autonómico, pero también por "el mazazo de los ERE y el auge de la ultraderecha".
Con los próximos comicios, marchará a Andalucía, pero sin billete de vuelta: "Quiero pensar desde el minuto que saldrá bien y que voy a ser la presidenta"
Ahora tiene el difícil reto de batir a un Moreno Bonilla con mayoría absoluta desde 2022 y en estado de gracia, según las encuestas. "Mi organización ha estado con el ánimo caído, no se ha empleado a fondo. Pero el PSOE-A, columna vertebral del PSOE, cuando va a una, no dividido, cuando se lo cree, es imbatible".
Con los próximos comicios, marchará a Andalucía, dice, sin billete de vuelta. "Nos tenemos que dejar la vida aquí. La piel. Quiero pensar desde el minuto uno que va a salir bien y que voy a ser la presidenta, no tengo perspectiva de retorno". Ambiciona devolver la Junta al PSOE y después avanzar en las municipales y aportar decisivamente al conjunto del partido en las generales. Unas elecciones que Sánchez "no va a adelantar". Montero mira a su tierra, pero ejerce y ejercerá durante meses como la mano derecha del presidente. Como la mujer con más poder de España.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El Independiente | El diario digital global en español
- 2 Deshidratada tras pasar doce horas encerrada en un ascensor
- 3 El 'Team Facha' de Vox, la milicia digital ligada a Jordi De la Fuente
- 4 Las mejores afeitadoras eléctricas del año
- 5 'La Promesa' está más viva que nunca: entrevista a sus marqueses
- 6 Los 3 métodos efectivos para cargar el móvil cuando no hay luz
- 7 Marruecos impide acceder al Sáhara Occidental a una delegación de juristas españoles
- 8 12 Canales en Telegram para descargar libros gratis en PDF
- 9 Tokio 2020: Últimas noticias de los JJOO en El Independiente
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado