Aunque la votación se efectuará en el pleno del próximo jueves, los socios progresistas del Gobierno evidenciaron aún más este martes las diferencias en materia de Defensa respecto al PSOE en el debate de dos iniciativas impulsadas por el PP y por el BNG en el Congreso de los Diputados. Ello, en el primer debate íntegramente focalizado en lo militar desde la ronda de reuniones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los grupos la semana pasada. Los más duros de la tarde fueron Podemos y el Bloque.

Por un lado, los populares llevaron a debate una proposición no de ley para marcar la posición de España y el Gobierno respecto a Ucrania y la OTAN de cinco puntos en los que el PSOE ya se ha comprometido a avalar los cuatro primeros. En concreto: "reafirmar el compromiso de España con la integridad territorial y soberanía plena de Ucrania"; "defender la implicación de la UE en las negociaciones para acabar con la agresión rusa"; también "el vínculo transatlántico", y "cumplir con los compromisos adquiridos con la Alianza relativos a la inversión en Defensa a la mayor brevedad posible".

Fuentes de Sumar creen que la PNL la podría haber llevado directamente el PSOE bajo su firma, y aunque no están en desacuerdo con lo propuesto respecto a Ucrania, rechazan votar cualquier asunto que presente el PP. Más si se debe votar por puntos.

Por otro lado, se debatió una moción consecuencia de interpelación de los nacionalistas gallegos en la que se insta al Ejecutivo, en pleno debate de rearme europeo, a "oponerse a la propuesta de constituir un fondo de 800.000 millones de euros que se destinarán a gastos de defensa y a la compra de armamento". Al contrario de la del PP, se pide renunciar al incremento del gasto al 2% del PIB comprometido por Sánchez lo antes posible, y se indica que tendrá repercusión en los servicios públicos. Además de una apuesta por la paz y condenar las amenazas de Donald Trump o su influencia en Gaza, el partido de Néstor Rego solicita la salida de España de la OTAN. Los socialistas se abren a votar algunos puntos en este caso, que apuntan a la figura de Trump, aunque sin especificar cuáles. No obstante, la cuestión de la OTAN enfrenta directamente a PSOE con el resto de los partidos de la izquierda.

La apuesta del BNG para salir de la OTAN tendrá un aval mínimo de una treintena de diputados en el Congreso, incluido Sumar

Aunque todo puede cambiar hasta el jueves, Sumar se muestra abierto a aceptar la demanda de salir de la OTAN en un momento, dicen, en el que EEUU nos ha "abandonado" y Europa debe avanzar hacia "la autonomía" en seguridad. "No tenemos ningún problema a apoyarlo", aseguran figuras parlamentarias del Grupo. Ahora bien, como recalcó en rueda de prensa su portavoz, Verónica Martínez, la esperanza de Sumar es la de negociar con el BNG para que acepte sus enmiendas y se pueda pulir ese punto concreto para impulsar un modelo de defensa de los 27 "desvinculado" de la OTAN. Por ahora, los de Rego se niegan a cambiar nada y someterán la propuesta a votación por puntos.

En ese rechazo al Tratado está Podemos y EH Bildu, quienes tienen posturas muy similares en este asunto. La duda es qué postura tendrá ERC, más difuminados respecto a la Alianza que, pese a todo, sí se niega al incremento del gasto de Defensa a diferencia del PNV o Junts. Ambos demandan que esa inversión se haga favoreciendo a la industria nacional, de Euskadi y de Cataluña. Ahora bien, como han trasladado fuentes del PNV, evitarán participar en los plenos de esta semana en todo lo relativo a esta materia hasta que se sepa qué propone Europa tras el Consejo del 20 y 21 de marzo. Sí darán su visión en la próxima comparecencia de Sánchez el 26 de marzo en el Congreso.

La complejidad del asunto da poco margen para que salgan adelante las propuestas del BNG más allá de lo relativo a Trump. Sí se aprobará la mayor parte del contenido de los populares, en su caso, por la mayoría absoluta que suman con el PSOE.

En todo caso, ninguna de las dos condiciona en nada a Moncloa. Sánchez sigue comprometido con reforzar los compromisos europeos y acometer ese incremento del PIB de cara a la próxima cumbre de la OTAN. Ello sin pasar por el Congreso, lo que alargaría el asunto y evidenciaría más las diferencias entre socios. Ese paso es condicional para un posible apoyo de los populares, partícipes en Bruselas a través de Úrsula von der Leyen en el pacto de rearme. Vox cree que no es el modelo correcto, por su parte, aunque sí avala el incremento al 2%.

Más allá del debate, fuentes de Podemos reconocen que la legislatura ha dado un giro ya irrecuperable. Ven al PSOE lejos del consenso con los socios y más interesado en seguir abonando las tesis de la derecha. En Defensa, lo ven pactando necesariamente con el PP. En inmigración, ven a Sánchez volcado en mimar a Junts. Los morados siguen poniendo en riesgo la mayoría de 179 diputados que le garantizan a Sánchez sus cuatro escaños.

El dilema está en si Podemos puede permitirse pasar al no en diversas cuestiones con el PP, Vox y UPN, provocando un empate a 175 diputados entre Gobierno y oposición, o si busca notoriedad mediante faroles. De momento, a diferencia de lo militar, apoyarán el reparto de menores migrantes pactado entre PSOE y Junts, aunque lo consideran "un parche" y prefieren que prime la "solidaridad territorial".

Polarización patente en el pleno

El PSOE se quedó solo en sus posiciones frente a la derecha y Vox, y a su izquierda. Tanto Podemos como el BNG insistieron en que una mayor inversión en Defensa supondrá recortes sociales y en servicios públicos. "Quieren la guerra, el rearme a costa de lo que sea. Finlandia ha tenido que recortar el gasto público para la compra de tanques. Quien diga lo contrario nos está mintiendo", trasladó el diputado morado Javier Sánchez Serna. Desde Podemos creen que Europa y el PSOE han entrado en una contradicción, apostando por el "desacople de EE.UU. a la vez que se sigue en el paraguas de la OTAN" y se gasta mucho más en material estadounidense. "Sigue la dependencia, por lo que es una estafa", añadió el diputado, ejemplificando que ante una agresión de Marruecos en Ceuta o Melilla, EE.UU. no toleraría el uso de su material contra el régimen, su socio mejor posicionado en la frontera sur.

Podemos acusa al PSOE de mentir: Finlandia ha tenido que recortar el gasto público para la compra de tanques

El BNG denunció el seguidismo a una potencia imperialista que quiere hacer negocio, dijo, con Ucrania, quedándose la mitad de sus "tierras raras". "Más gasto no solo implica más dependencia con Trump, sino más polarización y más tensión" internacional. En el caso de EH Bildu, el diputado Jon Iñarritu solo valoró la propuesta del PP, que tachó de estar en parte obsoleta por defender mayor compromiso con la OTAN cuando Trump amaga con salirse. "No es momento de armarse, sino de dialogar. Europa no es parte del conflicto entre Ucrania y Rusia", consideró.

Frente a ese pronóstico de recortes, Esther Peña, del PSOE, insistió en que su partido seguirá por la vía del Estado del Bienestar a la vez que aumenta la seguridad. "Queremos dar certezas en Defensa. Lo que hoy sucede en Ucrania, puede suceder en otros territorios" europeos. Más cuando "Trump ni respeta los derechos ni la democracia", dijo Peña, arremetiendo contra el PP por las decisiones en la intervención en Irak a principios de siglo. Además, tachó a Alberto Núñez Feijóo de dar pocas certezas en seguridad por no "aislar a la ultraderecha" [socia de Putin, insisten en el PSOE] y darle oxígeno con pactos como el de Valencia.

Sumar, en palabras de Agustín Santos, solicitó no dejarse guiar por EE.UU. ni por la carrera armamentística. Porque más inversión, dijo, no supone más seguridad. "Ahora dicen que hay que aumentar en un 400% el gasto en defensa, cuando es dos tercios superior a la rusa y similar a la china". Igual que el PSOE, acusó al PP de querer "lavar la cara" tras el pacto de Mazón instando a una política de Estado al PSOE.

Desde Junts, Isidre Gavin se comprometió con los populares en la mayoría de sus puntos, pero llamó al bipartidismo a no usar Ucrania como "arma política" con la que confrontar. Posteriormente, desde ERC, Francesc-Marc Álvaro Vidal les pidió reflexión. Les acusó de inflar a Putin por la dependencia europea del gas licuado y de seguir comprándole hasta siete años después de la invasión de Crimea en 2014.

El PP cuestionó tanto en la defensa de su propuesta a cargo de Borja Sémper, como en la réplica al BNG, por parte de Marta Vázquez, la división de los socios del Gobierno respecto a Sánchez. Sémper instó a Sánchez a decidir en conjunto la política exterior del país, dado que "no puede ser su rehén". Los populares creen que el PSOE no es capaz de llevar a cabo ninguna propuesta real, tras la demanda de Feijóo a Sánchez de certezas.

Por su parte, Vázquez, rechazó la salida de la OTAN propuesta por el BNG, alianza que "marcó el rumbo europeo e internacional" de España en los ochenta. "Siguen ciegos y sordos" tras "el fracaso del comunismo", y es "un error estratégico y de ignorancia de la realidad", expresó contra los socios de Sánchez y aludiendo al acelerado y reciente ingreso de Finlandia y Suecia en la Alianza, que hasta el momento eran neutrales. Precisamente por la amenaza que supone Rusia.