El Gobierno lleva semanas, meses, preparando el terreno. Deslizando que puede que tampoco tenga Presupuestos Generales del Estado para 2025. El último plazo que se marcó fue a primeros de año, y era el del primer trimestre. Un deadline que se agota y que evidencia lo obvio: que no hay nuevas cuentas aún porque no hay apoyos.

El presidente, Pedro Sánchez, insistió este jueves en Bruselas, al término del Consejo Europeo ordinario, que lo seguirá intentando hasta el final, que no se rendirá, pero también subrayó, por un lado, que no es ninguna hecatombe que no los haya porque los vigentes, los de 2023, están permitiendo el crecimiento económico de España sin dificultades, y por otro que, si no hay unos nuevos, no tiene por qué llevar a un adelanto electoral. No es en lo que piensa porque lo que ahora mismo necesita el país, justificó, es "estabilidad". Lo dijo en el marco de una comparecencia en la que tuvo mucho peso, como ocurrió tras la cumbre anterior, a primeros de marzo, el plan de rearme europeo —término que él rechaza por "incompleto"— y la división en el Congreso con su socio de coalición, Sumar, que minimizó porque su posición antimilitarista es una "discrepancia histórica" de la izquierda del PSOE.

No renunciamos a presentarlos. En todo caso, con los Presupuestos que tenemos, que son unos Presupuestos de un Gobierno de coalición progresista, estamos liderando el crecimiento de las principales economías avanzadas", justifica

Sánchez mantuvo, en línea con lo dicho este mismo jueves en Madrid por su vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que su Gobierno está "hablando con los grupos" sobre los Presupuestos Generales del Estado (PGE). "No renunciamos a presentarlos. Y lo que estamos haciendo con ellos es trabajar y ver exactamente qué factibilidad hay. En todo caso, tengo que decir lo siguiente: con los Presupuestos que tenemos, que son unos Presupuestos de un Gobierno de coalición progresista, estamos liderando el crecimiento de las principales economías avanzadas, creando empleo, dando respuesta a muchas de las políticas sociales que están inscritas en los acuerdos de investidura que he firmado con los grupos parlamentarios. Pero, insisto, nosotros no nos rendimos y queremos aprobar los PGE".

Grupos como ERC ya han manifestado abiertamente que no negociarán las cuentas de 2025, y otros, como señalaban fuentes del Ejecutivo este jueves por la mañana, están "muy duros", plantean condiciones que para Hacienda son inasumibles, caso de Junts y Podemos. Ni siquiera se ha podido desatascar el paso previo, la senda de estabilidad. La que presentó Montero en julio fue tumbada por PP, Junts y Vox. Volvió a llevar al Congreso la misma en septiembre y la acabó retirando porque tenía la expectativa de poder llegar a un acuerdo con los posconvergentes. Pero ese pacto no llegó nunca. Ni tiene visos de llegar, porque las condiciones que pone la formación de Carles Puigdemont "no son asumibles". En todo caso, el Ejecutivo podría presentar su proyecto de ley con la senda anterior, la que sí está aprobada, más restrictiva con las comunidades y los ayuntamientos.

Los periodistas preguntaron a Sánchez si, en caso de no disponer de apoyos suficientes, llevaría al Congreso el proyecto de ley, aun a riesgo de que la Cámara se los tumbase —esa era la posición del Ejecutivo en septiembre— y si, en todo caso, no poder aprobar unas cuentas podría conducir al anticipo electoral. "Pues fíjese si le digo yo eso", respondió primero entre risas. Lo que a continuación hizo fue deslizar que no se arriesgará a una derrota parlamentaria y defender que puede seguir la legislatura aun sin PGE renovados: "Si no [hay unos nuevos], se prorrogan los Presupuestos sin ninguna duda, porque ahora mismo lo que necesitamos es estabilidad. Lo que necesitamos es seguir haciendo una política económica que está sentando bien a las empresas, a la economía española y al empleo en nuestro país y desde luego también a Europa. Insisto, somos, representamos el 50% del crecimiento económico de la Unión Europea y el 30% de los nuevos empleos que se crean en la Unión Europea". En realidad, los Presupuestos ya están prorrogados: se prorrogan de manera automática cada 1 de enero si no hay unos nuevos que los releven.

En otoño, el Ejecutivo sí se inclinaba por presentar el proyecto, aunque lo perdiera. Ahora ya no: "El sentido de tener unos PGE es tener una herramienta, no un 'show' político", señalan en la Moncloa

Las afirmaciones del presidente sintonizan con lo que ya estaba asegurando el Ejecutivo en los últimos días. Primero, que está dispuesto a aguantar hasta 2027 aun sin Presupuestos, como ya contaba este diario. Y dos, que si no tiene apoyos, hoy por hoy prefiere ahorrarse el varapalo parlamentario, aunque la decisión no esté cien por cien alicatada. "El sentido de tener unos PGE es tener una herramienta, no un show político", apuntaban con mayor rotundidad desde la Moncloa. En Hacienda ya están poniendo la vista en 2026, unas cuentas que no ven más complicadas que las ya prácticamente perdidas de 2025. El ciclo electoral, sin embargo, estará más cercano, por los comicios en Castilla y León y Andalucía. "Al final, pesa más la actitud de los grupos que la dificultad de montarlos", apuntaban.

"Hablo de Sumar, que es mi socio de Gobierno"

Este jueves, el Gobierno se rompió en la votación de una moción del BNG sobre Defensa. Sumar votó a rechazar la creación de un fondo europeo de 800.000 millones de euros para inversión en Defensa, a renunciar a cualquier aumento del gasto militar y a pedir la salida de España de la OTAN. Puntos que los socialistas rechazaron. Sánchez no dio importancia a la visualización de esas divergencias. Es "evidente" que con su socio de coalición —"y hablo de Sumar, porque es mi socio de gobierno, yo tengo ministros de Sumar junto con ministros del PSOE", enfatizó— mantiene una "discrepancia histórica". La que ha tenido el PSOE con las formaciones que se han situado a su izquierda: primero el PCE, luego Izquierda Unida, nacida precisamente al calor de las movilizaciones contra la OTAN, luego Podemos, y ahora Sumar.

Sí, hay una discrepancia histórica [en Defensa] que nada tiene que ver ni con Sumar ni con el PSOE. Viene de hace 40 años", con el PCE, IU, Podemos y ahora con la formación de Yolanda Díaz, aduce

"Son discrepancias que hay de manera tradicional, histórica en la política española", continuó. Pese a ellas, agradece a Sumar que respete "los compromisos europeos que tiene España", y "uno de ellos es contribuir a la seguridad y a la defensa", y que continúen juntos con la agenda social. "Por lo tanto, sí, hay una discrepancia histórica que nada tiene que ver ni con Sumar ni con el Partido Socialista. Viene de hace 40 años. Los sucesivos partidos que han ido representando ese espacio a la izquierda del PSOE lo han venido manifestando", remachó.

Lo que sí rechaza Sánchez es el término "rearme" que se plantea en el Libro Blanco sobre la Defensa Europea, presentado este pasado miércoles. El presidente aboga por dirigirse a los ciudadanos de otra manera, porque entiende que es una "aproximación incompleta" al nuevo escenario. Cree que ha de hablarse de un paraguas más amplio que el de la Defensa, que es el de seguridad, y lo defenderá en el Congreso en su comparecencia monográfica del próximo miércoles. También porque las amenazas que padece el sur de Europa "son algo diferentes" a las que sienten los países del Este, que ven más cerca el peligro que supone Rusia.

Sánchez sigue rechazando el término "rearme" porque es una "aproximación incompleta" al nuevo escenario. Cree que ha de hablarse de seguridad y poner el acento en la tecnología, porque es clave

España, así, puede sufrir más ataques híbridos que físicos, lo que exige mejorar las capacidades en ciberseguridad, en lucha contra el terrorismo por la inestabilidad que entra por el Mediterráneo, en lucha contra la emergencia climática, o reforzar las conexiones satelitales, la computación cuántica, la inteligencia artificial. "Hablamos fundamentalmente de tecnología y en muchas ocasiones de tecnología de doble uso", explicó, porque por ejemplo hay drones que podrían utilizarse para un potencial conflicto militar —como los que de hecho se usan en Ucrania— y que a la vez sirviesen en la lucha contra los incendios o la prevención de emergencias climáticas.

Por tanto, Sánchez entiende que hay un "componente tecnológico muy sustantivo" cuando se habla de seguridad y de Defensa. España se siente "razonablemente satisfecha" con las conclusiones del Libro Blanco de la Defensa, con la cláusula de escape (la flexibilización de las reglas fiscales), con la "apuesta clara" que se hace por la industria europea y el acento que se pone en la "capacitación y formación" del capital humano, y con el hecho de que se hable de asociaciones con terceros países que van más allá de la UE (como Reino Unido, Canadá, Noruega, Turquía o Nueva Zelanda).

El presidente se dice satisfecho con el Libro Blanco de la Defensa Europea y con el hecho de que el instrumento financiero propuesto por la Comisión se llame 'SAFE', que no se traduce como 'rearme'

Pero el presidente también se siente satisfecho con que el instrumento financiero propuesto por el Ejecutivo comunitario se llame SAFE, "que tiene que ver con la protección, no con el rearme", "un matiz importante que se aproxima a cómo vemos esta cuestión". Ese instrumento SAFE es el que está dotado con 150.000 millones de euros y es con el que la UE acudirá a los mercados de deuda para obtener recursos que luego repartirá entre los Estados miembros que presenten proyectos para la compra conjunta de productos y equipos.