Ya estaba más que claro, pero ahora la respuesta a Sumar es oficial y desde la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: el Gobierno no llevará los Presupuestos Generales del Estado al Congreso si no tiene los apoyos amarrados previamente. Porque entiende que "sería hacer perder el tiempo" a la Cámara baja y a los ciudadanos.

La presión de la formación impulsada por Yolanda Díaz, y en particular de ella misma, ha ido en aumento en los últimos días. La propia vicepresidenta segunda lo repetía en La noche en 24 horas de Televisión Española ayer lunes. "El Gobierno", subrayaba, "tiene la obligación de intentarlo". También Podemos y el PP han exigido a Pedro Sánchez que presente su proyecto de cuentas públicas, aun a riesgo de que la Cámara se los tumbe, porque además así lo exige el artículo 134.4 de la Constitución.

El "ejercicio de realismo", incide Alegría, es "acordar, dialogar, debatir previamente con el resto de las fuerzas parlamentarias un nuevo ejercicio presupuestario para que este sea posteriormente refrendado y aprobado

La portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, solemnizó este martes tras la reunión del Consejo de Ministros lo que en privado ya advertía el ala socialista: no se remitirán los PGE al Congreso sin apoyos. La ministra insistió en que el Gobierno "no ha cambiado de posición", ya que su intención es poder aprobar unas nuevas cuentas públicas, y de hecho lleva "trabajando en esa dirección" y hablando con los grupos. Pero a la vez es consciente de la "realidad parlamentaria", de la dificultad de trenzar mayorías. Al tiempo que sigue "debatiendo" con los partidos, al Ejecutivo le parece "importante" llevar los Presupuestos "de una manera acordada con esa realidad parlamentaria". "Porque si no podemos hacer perder el tiempo al Congreso de los Diputados y por tanto a los ciudadanos", culminó.

Alegría subrayó que el Ejecutivo, aunque persiga esos PGE, también es "realista sobre la propia complejidad parlamentaria", y considera que lo que tiene que hacer es "acordar previamente con esas fuerzas parlamentarias" el proyecto para que "el día de mañana pueda aprobarse mayoritariamente en el Congreso". El "ejercicio de realismo", incidió, es "acordar, dialogar, debatir previamente con el resto de las fuerzas parlamentarias un nuevo ejercicio presupuestario para que este sea posteriormente refrendado y aprobado, y en eso es en lo que estamos, y además vamos a continuar en esa misma línea y en esa misma dinámica". La portavoz era diáfana: no aterrizarán los PGE en las Cortes si antes no hay apoyos. Punto final. Respuesta clara a Sumar y, en concreto, a Díaz.

Sentada a su lado estaba el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. Félix Bolaños respondió a la cuestión de la obligación constitucional. Es cierto que la Carta Magna regula en su artículo 134.4 el deber del Gobierno de enviar al Parlamento sus Presupuestos, "al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior", pero también regula "con total normalidad" qué hay que hacer cuando no los hay. Lo dice el 135.5: "Si la Ley de Presupuestos no se aprobara antes del primer día del ejercicio económico correspondiente [1 de enero], se considerarán automáticamente prorrogados los Presupuestos del ejercicio anterior hasta la aprobación de los nuevos". Los vigentes, de hecho, son los de 2023, que se aprobaron a finales de 2022, y son, dijo, "extraordinariamente positivos", que están logrando que España crezca "multiplicando por cuatro el crecimiento económico de la UE".

"Nunca da por perdido ningún partido"

Bolaños alegó que los prorrogados, los de 2023, no son unos Presupuestos ni "alejados" de los valores del Gobierno ni "alejados" en el tiempo. "Estamos con unos Presupuestos prorrogados que aprobamos nosotros como Gobierno y que están funcionando extraordinariamente bien para nuestra economía y para nuestro país", sancionó. En realidad, los aprobó otro Ejecutivo —presidido por Sánchez, eso sí, y también de coalición progresista— con otra composición interna y con otra composición del Congreso, porque vienen de la legislatura pasada. El titular de la Presidencia recordó que también son varias las comunidades autónomas que sufren el mismo problema: unas cuentas públicas prorrogadas por la imposibilidad de atar apoyos en sus respectivos parlamentos.

Bolaños subraya que la Constitución también regula "con total normalidad" lo que ocurre si no hay unos PGE nuevos: se prorrogan los vigentes, y los actuales, los de 2023, son "extraordinariamente positivos"

Alegría remarcó que el Gobierno seguirá "sudando la camiseta" para disponer de unos nuevos PGE. Hacía uso de la expresión patrocinada por Sánchez y que tanto él como sus ministros han venido reiterando para demostrar que no se rinden, que no se resignan, para subraya que el Ejecutivo "nunca da por perdido ningún partido" hasta el minuto final, "pero la realidad del Congreso es la que es". La portavoz, como hiciera Bolaños el viernes, sacó pecho de las 28 iniciativas legislativas que la coalición ha logrado sacar adelante en lo que va de legislatura, prueba, apuntó, de ese ejercicio de negociación constante.

¿Y hay plazo? Oficialmente, no. El Gobierno los quiere "lo antes posible", pero ya no se marca un horizonte temporal. A primeros de 2025 se marcó como umbral el primer trimestre de este año, pero ese deadline vence ya. Y aunque fuentes del Ejecutivo recordaban que los últimos Presupuestos de Mariano Rajoy, los de 2018, se aprobaron en verano —con Sánchez ya en la Moncloa en virtud de la moción de censura que ganó—, lo cierto es que ese proyecto de ley se aprobó el 27 de marzo en Consejo de Ministros, y el Congreso le dio su visto bueno definitivo el 28 de junio. Algo similar ocurrió en 2012: aquellas primeras cuentas de Rajoy, que ganó las generales de noviembre del año anterior, salieron del Ejecutivo el 30 de marzo y fueron validadas por la Cámara baja también otro 28 de junio.

Fuentes de Hacienda señalaban la semana pasada que el límite temporal que se da para los PGE de 2025 es mayo. Es decir, que como tarde a primeros de ese mes podría llevar el proyecto al Congreso. Más allá de ese umbral, habría que empezar a pensar en las cuentas de 2026, ya que el nuevo ciclo presupuestario empieza en junio con la activación de toda la maquinaria interna del Gobierno.