La prioridad del presidente del Gobierno es una: la pedagogía. Explicar a los grupos y, sobre todo, a los ciudadanos. Contar por qué es necesario que la Unión Europea y España se pertrechen mejor, se preparen mejor. Gasten más. En seguridad y en defensa. Defender por qué es necesario un rearme, aunque rechace el término porque es "incompleto" y no describe las necesidades de un nuevo orden mundial que está despertando por la espantada de Estados Unidos ya patente en estos dos primeros meses de Donald Trump de vuelta a la Casa Blanca.

Esa labor de pedagogía vertebrará, por tanto, la comparecencia de Pedro Sánchez este miércoles en el Congreso. Su discurso arrancará a las 9 horas y el debate con los grupos se prolongará durante horas, hasta enlazar con la posterior sesión de control. Es la primera vez que el jefe del Ejecutivo se dirige a la Cámara para relatar cómo España y la UE afrontan el nuevo escenario geopolítico y el respaldo a Ucrania en sus inciertas negociaciones hacia la paz, de las que se ha visto marginada por la interlocución directa de Trump con Vladímir Putin. Pero, sobre ese telón de fondo, la gran pregunta que sigue presente desde hace semanas y que probablemente este miércoles aún no encontrará respuesta es en qué plazo y a qué ritmo el Gobierno espera poder llegar a un gasto militar equivalente al 2% del PIB.

Sánchez ha reiterado su compromiso de llegar al 2% antes de 2029, pero no ha anticipado a qué ritmo. Ha señalado que hay que esperar a la cumbre de La Haya de junio y a las decisiones que vaya tomando la UE

En la Moncloa avanzaban este martes que no es previsible que Sánchez ofrezca cifras cerradas. Para empezar, porque falta por conocer la base desde la que se parte. La inversión comunicada a la OTAN para 2024, pero la estimada, era de 1,28% sobre PIB. Pero Hacienda está rescatando partidas de otros ministerios que puedan computarse en Defensa y que puedan hacer engordar el porcentaje. El Ejecutivo tiene a la contra, paradójicamente, el crecimiento del PIB, un 3,2% el año pasado, por encima de lo esperado, lo que hace que una misma cantidad de gasto pesa menos en una economía más grande.

El presidente ha reiterado su compromiso de llegar al 2% antes de lo comprometido con la OTAN, antes de 2029. Pero no ha anticipado cuándo podrá tocar ese techo. Tras reunirse con los grupos, el pasado 13 de marzo, sostuvo que habrá que esperar a la próxima cumbre de la Alianza, la que se celebrará en La Haya en junio. Será entonces cuando se concreten los nuevos compromisos que pacten los Estados miembros, y que incluso podrían suponer un gasto más allá del 2%. En Defensa insistían en las últimas horas en que "aún es pronto" para tener cifras cerradas.

España propone que además de préstamos haya transferencias, y que estas tendrían que tener como principal destino los países nórdicos y bálticos, los más expuestos a la amenaza de Rusia

Pero es que aún quedan muchos elementos por cerrar. También en el seno de la UE. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ya puso sobre la mesa, y el Consejo Europeo lo avaló, un plan de rearme que supondría la movilización de hasta 800.000 millones de euros, buena parte financiado por las capitales, y la puesta en marcha de un instrumento, SAFE, un fondo con 150.000 millones en créditos. España propone que además de préstamos se habiliten subsidios, transferencias que no tengan que devolverse, una idea que rechazan algunos países. Sánchez, para combatir ese no, ha repetido que las subvenciones deberían tener como destino prioritario los países nórdicos y bálticos, los que están más cerca de la frontera con Rusia y, por tanto, más peligro asumen. El jefe del Ejecutivo cree que, igual que Europa fue solidaria con España y con otros países que más padecieron la pandemia del covid, ahora Europa también debe ser generosa con aquellas capitales que están más amenazadas por Moscú.

Más apoyo de los españoles al aumento del gasto

"Hablará más de horizonte que de cifras", "no se trata de un debate de anuncios, es un debate de pedagogía y filosofía", "el presidente contará qué entiende que necesita Europa, por qué es necesario un incremento del gasto, explicará qué se juega Europa y qué oportunidades de país se abren", aclaraban este martes fuentes de la Moncloa. Sánchez quiere dirigirse tanto a los grupos de izquierda, muy contrarios al aumento del gasto militar —especialmente ERC, Bildu, BNG y, por encima de todos ellos, Podemos—, como a su base electoral, y al conjunto de ciudadanos. España se ha caracterizado siempre como un país pacifista, aunque las percepciones también han cambiado. La semana pasada, el barómetro de marzo del CIS destacaba que el 75% de los ciudadanos cree que la UE debe ahora "aumentar sus capacidades de defensa". Un porcentaje abultadísimo.

La Comisión sí ha reconocido que la palabra 'rearme' no gusta en todas las capitales y que hay que "reflexionar" sobre la forma de comunicar las nuevas necesidades del Viejo Continente

Sánchez, no obstante, rehúye el término rearme. De hecho, se centrará en la necesidad de preparar mejor Europa frente a múltiples amenazas. Ha reivindicado que no basta con hablar de Defensa, sino que hay que referirse a la seguridad, en un sentido más amplio. Porque además las vulnerabilidades del sur de Europa no son las de los países más expuestos a una potencial invasión rusa. España, ha insistido, puede ser más víctima de ataques híbridos que físicos, lo que exige una mayor inversión en ciberseguridad, igual que ha de atender el peligro terrorista por la inestabilidad del Sahel, o la emergencia climática. "Hablamos fundamentalmente de tecnología y en muchas ocasiones de tecnología de doble uso", civil y militar, explicaba el pasado jueves en Bruselas, al término del último Consejo Europeo.

El discurso de Sánchez no será, pues, de exaltación del militarismo ni de entrega a una carrera armamentística, como remarcan en su equipo. Para evitar más fricciones con sus socios progresistas y por convicción. El pasado jueves, de hecho, tanto él como la primera ministra italiana, la ultra Giorgia Meloni, expresaron sus reticencias hacia la palabra rearme en la cumbre de los Veintisiete. Paula Pinho, portavoz de la Comisión, reconoció que la palabra no gusta en todas las capitales y que el Ejecutivo está dispuesto no solo a escuchar sino también a "reflexionar" sobre la forma que en que se comunica. De hecho, Bruselas presentó la semana pasada su Libro Blanco sobre la Defensa y rotuló las medidas económicas bajo el paraguas llamado Readiness 2030 (Preparación [para] 2030), un concepto "más completo y amplio".

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 5 de marzo de 2025 en un acto de Cepyme, en Madrid. | EUROPA PRESS / ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ

En la Moncloa asumen que este miércoles el Congreso acogerá un debate crispado. Difícil. Áspero. Por los reproches de los grupos de la izquierda y las acusaciones del PP, pese que las posiciones de Sánchez y de Alberto Núñez Feijóo, realmente, no sean tan distintas, ya que de hecho sus dos respectivas familias políticas son las que están pactando en la UE. "En realidad, pese a lo que pueda escucharse en la tribuna, no creemos que vayamos a quedarnos solos. Todos los grupos [salvo Vox] estamos contra la guerra de Ucrania y dentro de la estrategia europea, y un momento tan difícil requiere altura de miras. No estamos tan en desacuerdo como pudiera parecer. La oposición, eso sí, tratará de hablar de todo menos de defensa y seguridad. Pero los temas de los que va a hablar el presidente nos unen a todos".

En la Moncloa esperan un debate duro, pero creen que las posiciones de los grupos no están tan distantes. El momento, subrayan, requiere "altura de miras"

Sumar mantiene una posición complicada. Por sus diferentes sensibilidades internas, por su apuesta por la autonomía estratégica de Europa —en la que Yolanda Díaz hace mucho hincapié—, por su rechazo al aumento del gasto militar. Sánchez ha puesto en valor, pese a la "discrepancia histórica" sobre Defensa que el PSOE ha mantenido con su izquierda, en sus diferentes marcas, el respeto a los compromisos contraídos y el énfasis en que no habrá recortes del gasto social.

"El papel de España sí se considera" en la UE

"Tanto nosotros como Sumar, pese a las discrepancias que ellos mantienen en este asunto, somos conscientes de la trascendencia del momento. El presidente habla de seguridad, que es un punto de encuentro que permite tranquilidad. En definitiva, hay acuerdo más allá de cómo lo expresemos, incluido el PP", remachan en la Moncloa. "La intervención de Sumar será crítica, pero moderada. Las de Podemos, ERC o Bildu, duras. La de Junts, tal vez menos. El PP sí hará un debate crispado. Pero es que el presidente está muy convencido de lo que hace. Y en el conjunto de Europa podemos tener la sensación de que nuestros planteamientos no son los mayoritarios, pero el papel de España sí se considera. La gente escucha al presidente, Ursula lo tiene en cuenta porque sabe que representa a la familia socialdemócrata", complementan fuentes muy próximas a Sánchez.

El ala socialista no niega las discrepancias con Sumar, pero valoran que respete los compromisos y enfatice que no habrá recortes del gasto social. El Ejecutivo tratará de evitar una votación en el Congreso

El debate no se agotará este miércoles en el Congreso. Pero el Gobierno quiere evitar en la medida de lo posible una votación en la Cámara baja, que sí tensaría la relación con el bloque de investidura y le haría depender de los populares, de quienes no se fía. Sumar también ha lanzado señales de que aceptará esa mayor inversión en Defensa, y está de acuerdo, pese a que en público se manifieste a favor de un pronunciamiento parlamentario, con que se materialice a través de acuerdos en el Consejo de Ministros. La propia Díaz recordaba este lunes en La noche en 24 horas de TVE que en estos años el Ejecutivo ha ido engordando las partidas destinadas a Defensa y Sumar no ponía problemas en aquellas que sí compartía y presentaba alegaciones ante las que discrepaba. Pero la discusión no saltaba extramuros del Consejo.

La pregunta es si un aumento muy relevante del gasto puede aprobarse sin necesidad de acudir al Congreso. En Hacienda recuerdan que, aunque no haya unos nuevos Presupuestos Generales del Estado —los vigentes son los prorrogados de 2023—, hay margen de maniobra para las modificaciones, y las han hecho este Gobierno y los anteriores. Pero la redacción de la última ley de PGE confirió, en su artículo 9, si cabe más facilidades a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, para las transferencias de partidas.

La generación de crédito sí tiene que pasar por el Congreso

Para hacer crecer el gasto en Defensa, explican desde Hacienda, no solo hay que acudir al fondo de contingencia (3.964,4 millones), que es limitado. Se consiguen fondos por otras vías: por el menor pago de intereses de la deuda y por las partidas de ministerios no ejecutadas (inejecuciones). "No hay que olvidar que una cosa es el presupuesto y otra el gasto. Y muchos ministerios no ejecutan todo lo presupuestado", señalan. La ley permite al Gobierno hacer transferencias de créditos (mover recursos de una partida a otra) o cargar gastos al fondo de contingencia sin pasar por el Congreso. Pero si se trata de una generación de crédito sí que hay que acudir al Parlamento.

Para aumentar el gasto en Defensa, Hacienda no solo tiene el fondo de contingencia, sino también las partidas no ejecutadas de los distintos ministerios

El Gobierno también está expectante respecto a cómo se concretará la cláusula de escape que Bruselas pondrá a disposición de los Estados miembros. Eso supone que ese mayor gasto en Defensa no significará un incumplimiento de las reglas fiscales. "Pero una cosa es que tengas mayor capacidad de endeudarte y otra que no tengas que tengas que generar un crédito y, por tanto, ir al Congreso. Todo dependerá de cómo se articule técnicamente esa fórmula", y eso es en lo que se está trabajando aún en Bruselas. Además, en Hacienda advierten de que digerir un gran volumen de recursos no es fácil para la Administración. Y es que la OTAN lo que contabiliza no es el gasto presupuestado, sino el efectivamente ejecutado, de ahí que sea más complicado llegar al 2%.

Pase lo que pase, el Congreso llega a uno de los debates más importantes de la legislatura. No solo por lo que afecta a la política doméstica, sino por lo que supone en un nuevo escenario marcado por la deriva de Trump y sus nuevas reglas de juego.