En el Ejecutivo no han gustado nada las palabras que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, pronunció el miércoles en Varsovia. El dirigente holandés afirmó que España "está diciendo que quiere llegar al 2%" de gasto militar sobre PIB "este verano". Pero para la Moncloa, esa afirmación no es cierta. Porque Pedro Sánchez no le trasladó esa idea cuando ambos se vieron a primeros de año en Madrid, porque el Gobierno no ha definido la senda de cumplimiento de ese 2%, aunque el compromiso sí se alcanzará, según lo ratificado por el presidente en las últimas semanas —y solemnizado ante el Congreso el miércoles—, antes de lo previsto, antes de 2029.

Sánchez recibió en la Moncloa a Rutte el pasado 27 de enero, apenas siete días después de la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca. Y lo que le aseguró, según señalan fuentes gubernamentales a El Independiente, "fue que, de aquí al verano, España intentaría acercarse lo máximo posible al 2%". "No, no se dijo que España cumpliría en esa fecha con dicho compromiso. Eso no fue así", certifican.

No, no se dijo que España cumpliría en esa fecha con dicho compromiso. Eso no fue así", señalan en la Moncloa sobre el encuentro del presidente con el secretario general de la OTAN de enero

En el equipo del presidente, y también en el Ministerio de Defensa, no esconden que hay "molestia", malestar, por la "ligereza con la que el secretario general de la OTAN habla, en esos términos, de un asunto que concierne a otro Estado, en este caso a España". "No tiene que hablar de los países. Cada país y cada Gobierno es el que tiene que decidir el cómo, cuánto y cómo llega al 2% de gasto militar. Rutte debería hablar de lo suyo y no de cada país, debería ser más medido", abundan fuentes próximas a la ministra Margarita Robles.

Durante el pleno monográfico del miércoles en el Congreso, y pese a la presión de los grupos, Sánchez no adelantó cómo se cumplirá el compromiso del 2%. Y en qué plazo. Apuntó que cuando se conozcan con detalle los mecanismos de financiación que Bruselas ponga a disposición de los Veintisiete se podrá afinar. La concreción por parte de la Comisión llegará "en las próximas semanas". "Solo cuando eso ocurra sabremos con claridad con qué recursos europeos contamos y podremos definir con precisión cuál será nuestra senda estatal de inversión para llegar a ese 2% del PIB. Naturalmente, informaré a esta Cámara y a la ciudadanía de todo el proceso. Con absoluta transparencia. Como he hecho siempre", sostuvo.

"Sí, hay algunos países que todavía no han alcanzado el 2% [de gasto] —apuntó Rutte durante su conferencia en la capital polaca—. Me gustaría poder decir que desde que asumí el cargo [de secretario general de la Alianza] el 1 de octubre las cosas empezaron a cambiar. Pero eso no es cierto, algo ocurrió el 20 de enero en EEUU [el retorno de Trump a la Casa Blanca] y miren lo que ha pasado a continuación". Y lo que ha pasado es que "los belgas han estado diciendo que quiere llegar al 2% para el verano. España ahora está diciendo que quiere llegar al 2% este verano. Sabemos que Portugal, Italia, todos están teniendo esos debates ahora".

No tiene que hablar de los países. Cada país y cada Gobierno es el que tiene que decidir el cómo, cuánto y cómo llega al 2% de gasto militar. Rutte debería hablar de lo suyo y no de cada país, debería ser más medido", protestan fuentes de Defensa

El político holandés añadía que está diciendo a los líderes que ahora es él quien les llama para pedirles que logren ese 2% para el verano, para que, de manera conjunta, los aliados puedan moverse por encima del 2% después. "Porque tenemos que gastar mucho, mucho más del 2% —apremió Rutte durante el coloquio—. Ahora os estoy llamando yo, pero os puede llamar un hombre muy paciente de Washington si no me escucháis a mí. Me encantaría escuchar esas conversaciones telefónicas, pero esperemos que no sean necesarias. En este momento, debo decir que todos esos países que no están en el 2% están teniendo debates genuinos para llegar al 2% antes del verano".

Ciberseguridad, en Transformación Digital

El problema es que aún no se sabe el nivel del que se parte. La cifra estimada de gasto en 2024, comunicada por España a OTAN, era del 1,28% sobre PIB (19.723 millones). El último puesto de la tabla, el país menos cumplidor de los 32 aliados. Pero faltaban meses para cerrar el ejercicio. El PIB creció más de lo previsto, hasta un 3,2%, y eso hacía más complicado aproximarse al 2%, ya que con una economía más grande hace falta inyectar más recursos para alcanzar ese umbral. En estas semanas, el Gobierno ha intentado localizar partidas que puedan identificarse como gasto militar aunque no estén cobijadas bajo la rúbrica del Ministerio de Defensa.

Lo explicaba este jueves la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La métrica que utiliza la OTAN para computar el gasto militar no es la misma que se utiliza para los Presupuestos. El gasto militar no es para la Alianza solo el que se asigna al Ministerio de Defensa. Ocurre, por ejemplo, con la ciberseguridad, que "depende del Ministerio para la Transformación Digital, que es quien impulsa la compra de tecnología híbrida", ilustró. "Estaremos a lo que nos diga el Ministerio de Defensa", aseguró, porque es el departamento de Robles el que "está en contacto con OTAN".

Sánchez ha repetido que España gasta 10.000 millones más en defensa que en 2018, por lo que la inversión se situaría en 21.000 millones, algo más de un 1,3% de un PIB de 1,59 billones de euros

Sánchez, en sus últimas intervenciones, recuerda que quien contrajo el compromiso del 2% fue Mariano Rajoy. Fue en la cumbre de Gales de 2014, en la que se fijó que el horizonte sería el de diez años, hasta 2024. En 2014, la inversión en España era del 0,92% y en 2018, cuando Rajoy salió de la Moncloa por la moción de censura, era del 0,93%. Una centésima más. Desde entonces, España ha aumentado el gasto, ha repetido, "en 10.000 millones de euros". Teniendo en cuenta que en 2018 el Gobierno desembolsó 11.172 millones, ahora la inversión se situaría en unos 21.000 millones. Como el PIB en 2024 se situó, a precios corrientes, en 1.591.627 millones de euros —son los números del INE de este pasado miércoles—, entonces el porcentaje de gasto se situaría en el entorno del 1,32%. Esta sería una cifra que sacaría a España del furgón de cola y la colocaría "más cerca de Canadá (1,37%) o Italia (1,49%)", tal y como avanzaba El País y admitían fuentes de Defensa a este diario.

Con un PIB a precios corrientes de 1,59 billones de euros, un gasto del 2% es equivalente a 31.832,54 millones. Es decir, que tomando como precisa la inversión de 21.000 millones en 2024, harían falta otros 10.000 millones más para alcanzar el 2%. La clave será, pues, saber el ritmo de cumplimiento. El ministerio de Robles tropieza con otro obstáculo: OTAN computa sobre gasto efectivamente ejecutado, no presupuestado. Y hay armamento que solo entra en contabilidad cuando se entrega, en ocasiones varios años después de la compra. Es decir, que incluso equipamientos que se adquieran ahora pueden no engordar la cifra de inversión porque no se cuenta hasta que el proveedor se lo da a España.

Un plan por definir

La otra pregunta es cómo se llegarán a inyectar más recursos. Sin recurrir al Congreso y sin unos nuevos Presupuestos, Hacienda dispone de cuatro vías básicas: acudir al fondo de contingencia —una bolsa de 3.964 millones de euros—, transferir créditos de otras partidas, aprovechar la mejora del déficit con que se cerró 2024 (casi 3.200 millones de euros) y utilizar las partidas no ejecutadas de diferentes ministerios.

Los aliados podrían consensuar otro porcentaje en la cumbre de La Haya de junio. Rutte querría el 3%, y Trump ha apuntado al 5%, un porcentaje que ni siquiera cumple EEUU (3,38% en 2024)

Ni la Moncloa ni Defensa quieren avanzar cifras. Lo que sí prometió el presidente es que el Gobierno pondrá en marcha "antes de verano", un "gran plan nacional para el desarrollo e impulso de la tecnología y la industria de la seguridad y la Defensa españolas". La iniciativa estará lista, aseguraban en el equipo de Sánchez, antes incluso de la cumbre de la OTAN de La Haya, programada para el 24 al 26 de junio. Una cita en la que, en efecto, los aliados podrían consensuar un compromiso de gasto superior al actual 2%. Rutte empuja para que ronde el 3%, pero Trump pide el 5%, un porcentaje que ni siquiera EEUU cumple: se sitúa en el 3,38%. El país que encabeza la tabla es Polonia (4,12%), que ha aumentado extraordinariamente su inversión en defensa desde 2014 (1,88%). Y en ello influye su cercanía a Rusia, una proximidad que le hace sentirse muy amenazada.

Porcentaje de gasto militar sobre PIB de los 32 aliados de la OTAN. | OTAN

La cláusula de escape, 150.000 millones en préstamos, la movilización de dinero por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la reprogramación de los fondos destinados a la cohesión son las herramientas que, por ahora, y a falta de concreción, ha puesto Bruselas a disposición de los Veintisiete. España activará todas ellas menos la reutilización de los fondos de cohesión, porque entienden que es prioritario seguir destinando recursos a la convergencia territorial. Para Montero, el arma clave es la cláusula de escape, porque es la que permite gastar más en defensa sin que compute en el déficit público, lo que hace que quede "blindado el gasto social". Sánchez dará la batalla, además, para que, como ocurrió con la pandemia, se aprueben transferencias directas a los Estados. Es decir, subvenciones que no se tengan que devolver y que irían destinadas, sobre todo, a los países del Este, los más expuestos a la amenaza rusa. Hay resistencias en varias capitales, así que el final de esta guerra no está todavía decidido.