Es el día. O eso parece. Es miércoles 26 de marzo y en el Congreso, además de la comparecencia monográfica del presidente del Gobierno sobre el rearme europeo, se espera el acuerdo. El cierre de la crisis entre las dos vicepresidentas, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, a cuenta de la tributación del salario mínimo interprofesional. Las posiciones, tras semanas de tormenta y de abierta tensión, ya parecen encauzadas después de la orden de Pedro Sánchez a ambas para buscar el arreglo. Pero todo se tuerce. Descarrila. El acuerdo que se quería anunciar esa mañana fracasa.

Siguen horas de duras conversaciones, de intercambio de papeles, de convulsiones, de ruptura aireada en la tele y de acuerdo anunciado apenas unos minutos después. En los segundos de descuento. Al límite. Sobre la bocina. Nada nuevo, por otro lado, en una legislatura agitada y acostumbrada al infarto, a la vida en el alambre.

Montero había reiterado durante semanas que la posición estaba fijada y que no tenía margen para negociar. Pero el tiempo para reaccionar se agotaba: el tope, este viernes 28 de marzo

El pacto, el que podía esperarse y que quizá era el único posible: que ningún trabajador que cobre el SMI tendrá que pagar el IRPF en 2025, porque se le compensará a través de una deducción cuando presente la declaración de la renta. El año que viene, ya se verá, pero para Sumar queda blindado que el salario medio alcanzará el 60% del salario medio neto, como marca la Carta Social Europea. Y ese adjetivo, neto, es precisamente una de las claves de una negociación costosa y con desgaste para los socios de coalición.

Montero lo había repetido durante semanas. No sentía que tenía que acercar posturas con Díaz. No quería negociar. La posición del Ministerio de Hacienda estaba fijada. Y la del ala socialista del Ejecutivo, que en los primeros días de la crisis no estaba tan clara, también. Pero el tiempo para llegar a un acuerdo y evitar el choque frontal estaba agotándose. El viernes 28 de marzo, a las 18 horas, acababa el plazo para que el Gobierno presentara los vetos a las proposiciones de ley de PP, Podemos y Sumar, las tres con el mismo objetivo: eximir de tributación a los perceptores del SMI, a los que este año cobran 1.184 euros brutos al mes en 14 pagas, 50 euros más mensuales que en 2024. O sea, 16.576 brutos anuales, con una mejora de 700 euros sobre el ejercicio anterior.

Montero y Díaz se reúnen en la Moncloa el martes tras el Consejo de Ministros, después de que Sánchez les pidiera buscar un arreglo. Ambas delegan luego en sus hombres de confianza, Carlos Moreno y Manolo Lago

El lunes 24, Díaz remite una propuesta de acuerdo a Montero (y también a Sánchez). Lo revela en La noche en 24 horas, en TVE, ante el periodista Xabi Fortes. El martes, día de Consejo de Ministros, el presidente habla con sus dos vicepresidentas y les insta a buscar un arreglo, a explorar todas las opciones y así zanjar la crisis. Tras la reunión del Gabinete y antes de que la titular de Trabajo vuele hacia Bruselas, ambas charlan en la Moncloa y arrancan de manera formal la negociación, que delegan en sus dos hombres de confianza: Carlos Moreno, director de Gabinete de la titular de Hacienda, y Manuel Lago, responsable económico de Sumar en el Congreso. Por la tarde, en los pasillos del Senado, la propia vicepresidenta primera avanza a los medios que ha ofrecido a su socio de coalición una "compensación" para el 20% de los perceptores del SMI —o sea, medio millón de contribuyentes—, básicamente asalariados solteros y sin hijos, y librarles así del pago del IRPF. Se produce una primera reunión entre Carlos Moreno, Manolo Lago y el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón. Esa noche, el acuerdo ya se toca con la punta de los dados. Igual que el miércoles por la mañana.

Pero las conversaciones encallan. Montero quiere que quede claro que el mecanismo funcione "exclusivamente" en 2025, y que no se ligue la cuantía del SMI al mínimo exento. Sumar pide que no se cierre la puerta a extender la compensación los siguientes años: entiende que en algún momento el salario mínimo deberá tributar, pero cuando sea más elevado. El jueves, durante la rueda de prensa sobre el cierre presupuestario de 2024, la vicepresidenta primera insiste en que la deducción ha de estar operativa solo este año y avanza que tendrá un coste de "algo más de 200 millones de euros" para las arcas públicas. No los 1.500-2.000 millones que habría supuesto alzar el mínimo exento. Hasta diez veces menos.

Las conversaciones siguen por la tarde entre Moreno y Lago. Telemáticas. Se prolongan hasta la noche. Hasta que, según Sumar, el equipo de Montero "se levanta de la mesa". Entonces, añaden, se suceden los contactos entre los gabinetes de Díaz y Sánchez, para intentar desatascar la negociación. "Hubo momentos de mucha tensión por la noche. Una parte del PSOE presionaba a María Jesús para que cerrara el acuerdo", relatan. No coincide la versión de la Moncloa: Diego Rubio, jefe de Gabinete del presidente, habló con Montero y con Virginia Uzal, la mano derecha de la vicepresidenta segunda, su directora de Gabinete. "Habla con ambas por separado, y para informarse de cómo iba la cosa. Pero jamás intercedió en el tema porque estas cosas las lleva María Jesús", cuentan en el equipo del jefe del Ejecutivo.

En Sumar señalan que han sido claves las "presiones" de una parte del PSOE hacia la titular de Hacienda. En la Moncloa sostienen que no intercedieron, que se confió en las gestiones de Montero

Viernes 28. Primera hora de la mañana. Sumar traslada que la negociación está "rota", Hacienda, que las posiciones están "alejadas", pero no habla de portazo. Díaz, en declaraciones en Telecinco, acusa a la vicepresidenta primera de haberse "levantado de la mesa" a las 22 horas del jueves, de haber dado "la instrucción de romper" las conversaciones. Expone que le había enviado hasta "cinco propuestas" para intentar alcanzar un acuerdo. "El aroma que rezuma es que a ella le parece que el salario mínimo es muy elevado", denuncia.

A las 10 de la mañana está convocada la reunión de la Mesa del Congreso. El PSOE quiere resolver la disputa. No hay margen. Aunque el plazo para registrar los vetos acaba formalmente a las 18 horas, el Gobierno tiene que entregarlos en mano por la mañana. La razón, como explican en el Grupo Socialista, es que no hay una nueva reunión prevista del órgano rector de la Cámara para la semana que viene, pero el 1 de abril se ordena el pleno siguiente, el que comienza el día 8, y en él el PP puede incorporar su propuesta para eximir del pago del IRPF a los perceptores del SMI. Si antes no se pronuncia la Mesa, el Grupo Popular tiene derecho incluir su iniciativa sin problemas. De ahí que el veto del Gobierno tenga que entrar en la reunión de la Mesa de este viernes 28. Para que PSOE y Sumar lo admitan y frenen el texto del PP y de Podemos. Y eso implica también que los de Díaz retiren su iniciativa.

El cambio de la ley del IRPF se introducirá a través de una enmienda a una iniciativa legislativa que esté en tramitación, para que su aprobación sea más rápida

A las 10.15, Sumar anuncia el acuerdo entre Trabajo y Hacienda para que los perceptores del SMI no tengan que tributar en 2025, para lo que se introduce una deducción en la cuota del IRPF. Dicho de otra manera, la retención se devuelve al hacer la declaración de la renta. El cambio en la ley del IRPF se introducirá en una enmienda a una iniciativa legislativa que esté en tramitación ahora mismo en el Congreso, para que su aprobación sea más rápida. En la reunión de la Mesa, socialistas y magentas rechazan las iniciativas de PP y Podemos. Los de Díaz ya han retirado la suya.

El match ball está salvado. Casi sin tiempo. En Sumar cuentan que Montero se resiste hasta el último minuto, pero que da su ok final tras recibir muchas "presiones" de los suyos. En la Moncloa lo niegan: "A María Jesús no le da órdenes ni el Papa". Es ella la que lleva las riendas de la negociación, la que "se sale con la suya", porque la compensación operará solo en 2025. Recuerdan que la vicepresidenta es una persona de la máxima confianza de Sánchez, "la ministra de la que más se fía". Ella es, no en vano, su número dos. En el Gobierno, en el partido. La responsable de Hacienda. Y, desde enero, la jefa del PSOE en Andalucía, el granero socialista más preciado y hoy muy debilitado.

El socio minoritario de la coalición culpa a Montero de haber montado "un lío" porque "nunca quiso ceder". No hubo esta vez una conversación de Sánchez con Díaz para desbloquear el acuerdo

Desde el entorno de Díaz, sin embargo, recalcan que fue Montero la que sumergió a todo el Gobierno "en un lío", porque "nunca quiso ceder". "Pero cuando piensa que va a perder el debate, se apropia de la propuesta de Yolanda y la cambia para que la deducción se aplique exclusivamente en 2025". Apuntan en Trabajo que no llegó a haber una conversación de Sánchez y Díaz para desbloquear el acuerdo. "Yolanda no quiso utilizar la fuerza de ser socia de la coalición", indican. En Sumar están convencidos de que las "presiones" a Montero fueron claves para que ella transigiera y el pacto cuajara.

"El miércoles el acuerdo estaba prácticamente cerrado. Todo lo que viene después es relato de Yolanda —reconstruyen fuentes de la Moncloa—. Las posturas estaban claras para todos. Pero Sumar necesita parecer un partido fuerte y nosotros lo entendemos. Pero todo es puro relato. Si no, ¿cómo se explica que media hora después de que Yolanda acusara a María Jesús de levantarse de la mesa y de dar por rotas las negociaciones se anuncie un acuerdo? María Jesús no se planteó dimitir ni nada de eso, antes que eso ocurra el presidente rompe con Sumar. Nunca va a poner al mismo nivel a Yolanda y a María Jesús, como es lógico".

El miércoles el acuerdo estaba cerrado. Todo lo que viene después es relato de Yolanda", dicen en la Moncloa. Los socialistas subrayan que la vicepresidenta primera no actúa por libre

"La vicepresidenta primera no se siente desautorizada por el presidente, para nada —señalan desde Hacienda—. La propuesta la elabora, la escribe la Agencia Tributaria, porque es ella quien mejor sabe articularla técnicamente y quien tiene hace todos los cálculos para evitar errores de salto. Montero no actúa por libre, y menos en algo como esto, la tributación del SMI, que no es popular. Tú no defiendes esto como un kamikaze teniendo al presidente en contra".

Las dos partes se sienten ganadoras y se felicitan del acuerdo. Lo cierto es que las dos vicepresidentas ceden. Montero, porque no quería negociar y al final tuvo que sentarse con Trabajo porque el presidente ordena que se busque el arreglo. Díaz, porque finalmente no se eleva el mínimo exento y la deducción estará operativa solo en 2025, al menos de momento. El acuerdo final, de hecho, es muy parecido al que planteó esta semana la titular de Hacienda.

La vicepresidenta segunda se anota el tanto a las puertas de la asamblea de Sumar, que se celebra este fin de semana, y de la que saldrá como miembro de la ejecutiva. "Nosotros conseguimos que no tribute ningún perceptor del SMI en todo 2025, porque hasta ahora iban a tener que pagar y ahora esa retención se les devolverá —explican en el equipo de Díaz—. Y no se habla de 2026 porque no tiene sentido, ya que la cuantía del salario mínimo se cierra año a año y habrá que recalcular todo otra vez. Nosotros no comprábamos aceptar la tributación del SMI sin que se garantizase que alcanza el 60% del salario medio neto. La batalla estaba ahí, en que se tuviese como guía el salario medio neto". Trabajo ha reiterado que la premisa de que el SMI equivaliera al 60% del salario medio neto no se cumplía en los asalariados solteros sin hijos, puesto que la tributación —de los 700 euros de mejora, unos 300 se iban a destinar al IRPF— hacía que ellos sí se quedasen por debajo de ese umbral.

Trabajo reitera que era capital que se garantizase que todos los trabajadores que ganan el SMI alcancen el 60% del salario medio neto, y con la tributación los solteros sin hijos no llegaban a ese umbral

Para Hacienda, se trata de una justificación sin base, porque el informe que los expertos entregaron a la vicepresidenta segunda en enero ya hacía los números teniendo en cuenta el salario medio neto. Este fue, en 2024, de 25.665 euros al año. Los 16.576 euros brutos anuales de SMI (un 4,41% más que el año pasado) son, en neto, 15.399 euros, el 60% de los 25.665 € del salario medio neto. Pero Montero, en declaraciones a los medios este viernes en Granada, sí reconoció que el acuerdo "asegura algo que las organizaciones sindicales venían demandando": no solo que "en promedio" los perceptores del SMI alcanzasen el 60% del sueldo medio neto, sino que todos ellos lo toquen, incluso los solteros sin cargas familiares. Es decir, que se consigue que "ningún trabajador" que perciba el SMI se quede sin alcanzar el 60% del salario medio neto. "Como firmamos en el acuerdo de investidura [aunque en él solo se habla de salario medio, no se especifica si neto o bruto] y como plantea el grupo de expertos", añaden en el PSOE.

"El acuerdo respeta las líneas rojas de María Jesús y de Yolanda", sostienen en la Moncloa. Montero aseguró que el pacto interno permitirá "siga subiendo el SMI" los próximos años y que se cerrase la puerta a las proposiciones de ley de Podemos y PP que suponían una "merma en la recaudación". Díaz, en Al rojo vivo (La Sexta), hizo hincapié en la importancia del salario medio neto —"Si no, de nada nos hubiera valido subir 50 euros—. "Lo hemos conseguido por el bien de nuestro país, por el bien de los trabajadores. Creo que se ha hecho justicia. Y hoy los trabajadores que perciban el salario mínimo no van a tributar a Hacienda". También puso en valor la otra pata de la entente: que la Agencia Tributaria facilitará a los agentes sociales los márgenes empresariales del sector para que los puedan utilizar en la negociación colectiva.

El texto no se conoce aún, por lo que ha trascendido la parte técnica del ajuste. Se trata, en todo caso, de una ingeniería más fina que la de la elevación del mínimo exento que se utilizaba hasta ahora. Porque se devolverá la retención a los que tengan que pagar el IRPF —ese 20% de los perceptores del SMI, en torno a medio millón de personas—, pero también se tiene que bajar el impuesto para los que cobran rentas un poco por encima de los 16.576 euros, para impedir que quien cobre un bruto más alto acabe ingresando en neto menos que aquellos que ganan el salario mínimo. Por eso Montero hablaba de una deducción "a medida, personalizada para cada trabajador".

Montero también recalca que "ningún trabajador" queda ya por debajo del sueldo neto. Señala que se trata de una deducción "personalizada" que se devolverá al hacer la declaración de la renta

Acaba una semana dura para el Gobierno. Pero acaba también la crisis más grave para la coalición en lo que va de legislatura. Nunca estuvo en riesgo, sin embargo, la supervivencia de la alianza de PSOE y Sumar. Incluso los de Díaz reconocen que este choque a cuenta de la tributación del SMI "era nada", sobre todo en relación con otros temas, o en comparación con un asunto que sí genera más fricción y hasta fisuras internas dentro de Sumar, el aumento del gasto militar.

El problema, como lo entienden en el partido de la vicepresidenta segunda, estaba en Montero, por "haberse pasado cuatro pueblos", por haberse enrocado. Para Hacienda y para la Moncloa, en cambio, la titular de Trabajo se enredó por el "relato", por cómo vendía su batalla, especialmente de cara a su competencia con Podemos. "Porque la realidad", esgrimen en el círculo de la vicepresidenta primera, "es que lo que se va a aprobar en el Parlamento es lo que se dijo desde el minuto cero esta semana: una compensación para ese 20%".

28 de marzo. Fin de una crisis que estalló el 11 de febrero. En aquella delirante rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. En aquella comparecencia en la que los dos socios de coalición iban a la guerra en directo y ante las cámaras. Por la tributación del SMI. La crisis ya está zanjada. Pero han tenido que pasar seis semanas con las heridas a flor de piel. Y está por ver si este capítulo deja más secuelas.