El plan de renovación se activó poco después de asumir la gestión de las prisiones en octubre de 2021. Las tres cárceles vascas necesitaban una puesta a punto y la nueva responsable penitenciaria, el Gobierno vasco, aseguró que se haría cargo. Desde entonces, las reformas y mejoras en los tres centros, la cárcel de Basauri (Bizkaia), Martutene (Gipuzkoa) y Zaballa (Alava) se han ido sucediendo.

El último capítulo es el relativo al descanso del alrededor de los 1.600 presos que cumplen condena en las prisiones de Euskadi. El Ejecutivo vasco ha adjudicado la renovación de buena parte de sus colchones y almohadas y lo ha hecho con una convocatoria en la que solicitaba a los proveedores ofertas por colchones de ‘primera calidad’ con un precio máximo de 140 euros. A ellos sumaba una licitación por almohadas que en ningún caso podrían superar los 6,5 euros de coste, IVA excluido, por unidad.

Finalmente, la compañía encargada de renovar una parte importante de los colchones será la empresa Galmédica que ha resultado la adjudicataria del contrato, entre las ocho que optaban a él, por un importe de 84.348 euros.

700 nuevos colchones

La renovación de los colchones se hará con dos modelos, 56 unidades de soportes de 135 centímetros de ancho por 180 centímetros de alto y 650 colchones más de 80 centímetros de ancho por 190 de alto. El tipo de colchón escogido, ambos con funda de poliéster, debe ser ignífugo, con “poro abierto” y una densidad mínima de 35-40 Kg/m3. En cuanto a las almohadas que se facilitará a los presos, serán de 80 centímetros de largo, 30 de ancho y 10 de alto y rellenas de fibra hueca siliconada.

El mal estado de las cárceles ha llevado en los últimos meses al Ejecutivo a renovar parte de sus instalaciones, como la renovación de la fontanería o la electricidad de las instalaciones o del material de algunos servicios como el de gimnasio –con la compra de nueva maquinaria para los internos- o la biblioteca. En esta renovación en junio del año pasado se procedió a la adquisición de televisores nuevos para las celdas de todos los internos. Así, se adquirieron 1.280 terminales con los que renovar las pantallas antiguas existentes e incorporar unidades en las muchas celdas y zonas comunes en las que no existen.

La mayor parte de las mejoras están encaminada a los centros de Basauri y Martutene, de mayor antigüedad –data de 1948-, y no así al de Zaballa, mucho más reciente. Una puesta a punto que ha abarcado incluso la actualización de los uniformes del personal de los centros con nuevos forros polares, camisas, pantalones y faldas de invierno y de verano.

Zubieta, la próxima cárcel

Más aún, está previsto que este año se pueda proceder al cierre de la cárcel guipuzcoana una vez se inaugure la prisión de Zubieta, aún en construcción y que acumula al menos dos años de retraso. Este complejo estaba proyectado para su puesta en funcionamiento en la primavera de 2023. Contará con 234 celdas dobles. Ya en 2020, durante su presentación, el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, aseguró que sería la prisión "más moderna de España" y que permitirá dejar atrás la actual prisión que calificó como "obsoleta”.

La modernización de las cárceles es una vieja reivindicación del Ejecutivo vasco que en reiteradas ocasiones ha subrayado la necesidad de mejorar las instalaciones. La última de las prisiones inaugurada en Euskadi, la de Zaballa, en 2011, es uno de los complejos más modernos de España. Sin embargo, las cárceles de Basauri, en Bizkaia, como la de Martutene, en San Sebastián son complejos antiguos.