El juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional ha abierto una investigación contra el comisario Emilio de la Calle por delitos de agresión sexual, acoso, acoso laboral, delito continuado de amenazas y delito contra la intimidad, entre otros, contra una subordinada con la que trabajaba en la embajada de la India. Los hechos los investiga el juez Francisco de Jorge en ese órgano y no en un juzgado ordinario, precisamente, porque no se cometieron en territorio nacional. El magistrado había citado al comisario para su declaración el mayo, pero ha adelantado la cita al próximo 21 de abril, según el escrito al que ha tenido acceso El Independiente.

En la querella, adelantada por El Confidencial, la subinspectora relata hechos que supuestamente ocurrieron entre el verano de 2024 y los primeros meses de este año. Según su testimonio, el comisario, al frente de la delegación española en la India, frecuentaba su casa sin justificación, quería saber su agenda diaria personal y hacía comentarios de carácter sexual. "Ponte escotes para estas fiestas, que tienes un escote muy bonito", se lee en la denuncia presentada por el equipo jurídico del bufete Frago y Suárez.

En la Consejería de Interior de la Embajada de España en la India, situada en la ciudad de Nueva Dehli, trabajaban el comisario Emilio de la Calle y un subinspector, que pidió el traslado a España por motivos personales a principios del pasado año. A partir de julio de 2024 la policía, que solicitó la plaza, se trasladó a cubrir el puesto de subalterna del presunto agresor y con él pasaba el día a día en una oficina donde no había más personal. "Desde entonces", relata la denuncia, "prevaliéndose de ese ambiente íntimo que le generaba una sensación de impunidad y de su posición jerárquica, D. Emilio realizó conscientemente numerosas conductas delictivas".

La situación, según la agente, se agravó con un patrón constante de humillaciones laborales: llamadas y mensajes a todas horas, incluidas vacaciones, insultos frecuentes, y desprecio sistemático a su desempeño profesional. "Que te vayas al baño con el teléfono, que cagues con el teléfono", le dijo. La agente afirma haber sido agredida físicamente en varias ocasiones, incluyendo collejas y un episodio en el que fue sujetada del brazo y apartada violentamente en un acto público, hecho del que hay testimonio de un diplomático húngaro que está dispuesto a testificar.

La tensión llegó a tal punto, que la denunciante llegó a desmayarse un día. Estando tumbada en un sofá, con los ojos cerrados, el mando de la Policía le dio un beso en la "comisura de los labios que ella no consintió", se lee en la denuncia. En ocasiones hacía comentarios del tipo: "Tienes un tipazo, eh", "Que no eres modelo ni azafata de congresos, no lo eres. Lo has sido, pero ya no lo eres", ¿Tienes un pantalón corto? Que te pueda ver la pierna. O sea algo... A mí me da igual verte en bragas, eh", "entonces vamos a ver, vete a casa, date una ducha, saca el Satisfyer".

La denunciante ha aportado también grabaciones en las que se escucha al comisario: "Si yo te digo no asumas riesgos innecesarios. Si yo te digo no salgas a la calle sola no salgas a la calle sola, no vayas en transporte público, no vayas en transporte público por ejemplo. Pero a ver, no lo hagas. No lo hagas". El hombre le insinuó que le tenía informar de todos sus movimientos: "Aquí me tienes que informar... no te digo que si tienes la regla, pero casi". Le prohibió presuntamente tener contacto con gente que consideraba "peligrosa" y le preguntaba reiteradamente si estaba mal con su novio. Según su relato esto provocó que ella se aislara socialmente para evitar problemas.

"Te voy a reventar"

La querella también incluye amenazas directas de agresión física ("te voy a reventar", "que te doy una hostia que te vuelvo loquita eh", "Pareces una niña con las excusas. Quere es una subinspectora, no una niña de 14 años". "¿Qué coño te has creído? Que estás aquí porque tienes una capacidad. Que no, que no la tienes") y advertencias sobre el poder del comisario para "hundirle la carrera" con informes negativos. A esto se suma un acceso no autorizado al teléfono personal de la policía, donde Emilio de la Calle habría revisado sus conversaciones de WhatsApp.

Todo este comportamiento, según informes psicológicos incorporados al procedimiento, ha provocado en la agente un cuadro de trastorno de estrés postraumático severo, que la mantiene en tratamiento desde octubre del año pasado. Los expertos recomiendan que evite cualquier contacto con el acusado. La mujer ha aportado también grabaciones de seguridad de su vivienda en el país indio en las que se ve cómo el comisario pasaba por la zona sin justificación aparente. A veces le llegaba a decir que cerrar las ventanas porque le iban a entrar "monos".

La querella solicita a la Audiencia Nacional que se prohíba al comisario acercarse o comunicarse con la denunciante, tanto en India como en España, y lo acusa de siete delitos: acoso, acoso laboral, lesiones, amenazas, agresión sexual, violación de la intimidad y acoso sexual. En marzo de 2025, la policía ya denunció los hechos por la vía interna ante el Secretario de la Subdirección General de Recursos Humanos y Formación de la Dirección General de la Policía.