La Policía Nacional ha suspendido de empleo y sueldo al comisario Emilio de la Calle, investigado en la Audiencia Nacional por varios delitos contra una subordinada, entre ellos el de abuso sexual. Según fuentes policiales a El Independiente, la decisión se tomó "desde el primer momento" en el que el Cuerpo tuvo constancia de los hechos.

El Juzgado Central de Instrucción número 1 investiga a este mando policial a raíz de una denuncia presentada por una subinspectora mientras ambos estaban destinados en la embajada de España en Nueva Delhi, la capital de la India. El juez Francisco de Jorge cree que del relato de la mujer se desprenden varios presuntos delitos, como el de agresión sexual, acoso, acoso laboral, delito continuado de amenazas y delito contra la intimidad, entre otros.

La Policía ha actuado de manera rotunda contra el comisario. Desde que la administración supo de los hechos de los que se le acusaban, se activó, en primer lugar, el protocolo de acoso laboral. Por eso el mando está apartado de sus responsabilidades en el extranjero y suspendido de empleo y sueldo. Esta será su situación administrativa hasta que se resuelva la causa judicial.

La demanda, articulada por el bufete Frago y Suárez, recoge varios audios grabados por la subinspectora, que llegó a Nueva Delhi el año pasado. Las actitudes del comisario empezaron en el verano pasado, y se han mantenido hasta los primeros meses de este año. Las fuentes policiales consultadas que han escuchado las grabaciones afirman que es "lo más denigrante" que han escuchado nunca.

"Se escuchan las collejas"

"Es para que no vuelva a trabajar". La denunciante relata amenazas, agresiones verbales y físicas. "Se escuchan hasta las collejas que le da" y que la denunciante relata. Las fuentes consultadas señalan que desde Régimen Disciplinario de la Policía, al escuchar la grabación, dieron parte interno "inmediatamente". De la Calle está citado para el próximo 21 de abril.

Este comisario, al que conocen como Mortadelo, lleva en duda por parte de sus compañeros desde hace años. Incluso antes de que se casara y consiguiese ascender. Son conocidas sus "malas praxis y hábitos" con "algunos confidentes de poco fiar", señala alguien con quien trabajó. Su primer destino como comisario fue Tarrasa. Al llegar se separó de su mujer, pero los problemas en la Policía se mantuvieron.

En mayo de 2020, en los momentos duros de la pandemia, el comisario, destinado a la Brigada de Extranjería en Barcelona, fue denunciado por el sindicato Jupol por organizar "almuerzos" de 20 personas. Tras la oportuna investigación y declaraciones de los agentes, "el asunto quedó en nada". Es más, "lo premiaron con una embajada", la de Nueva Delhi, donde fue destinado al año siguiente y donde se han producido los hechos ahora denunciados. "Es un tíoque siempre cae de pie". Algunos apuntan a su relación familiar con el mundo judicial.

Amenazas, besos, agresiones...

En la querella, adelantada por El Confidencial, la subinspectora relata hechos que supuestamente ocurrieron entre el verano de 2024 y los primeros meses de este año. Según su testimonio, el comisario, al frente de la delegación española en la India, frecuentaba su casa sin justificación, quería saber su agenda diaria personal y hacía comentarios de carácter sexual. "Ponte escotes para estas fiestas, que tienes un escote muy bonito", se lee en la denuncia.

La situación, según la agente, se agravó con un patrón constante de humillaciones laborales: llamadas y mensajes a todas horas, incluidas vacaciones, insultos frecuentes, y desprecio sistemático a su desempeño profesional. "Que te vayas al baño con el teléfono, que cagues con el teléfono", le dijo. La agente afirma haber sido agredida físicamente en varias ocasiones, incluyendo collejas y un episodio en el que fue sujetada del brazo y apartada violentamente en un acto público, hecho del que hay testimonio de un diplomático húngaro que está dispuesto a testificar.

En ocasiones hacía comentarios del tipo: "Tienes un tipazo, eh", "Que no eres modelo ni azafata de congresos, no lo eres. Lo has sido, pero ya no lo eres", ¿Tienes un pantalón corto? Que te pueda ver la pierna. O sea algo... A mí me da igual verte en bragas, eh", "entonces vamos a ver, vete a casa, date una ducha, saca el Satisfyer".

"Te voy a reventar"

La querella también incluye amenazas directas de agresión física ("te voy a reventar", "que te doy una hostia que te vuelvo loquita eh", "Pareces una niña con las excusas. Quere es una subinspectora, no una niña de 14 años". "¿Qué coño te has creído? Que estás aquí porque tienes una capacidad. Que no, que no la tienes") y advertencias sobre el poder del comisario para "hundirle la carrera" con informes negativos. A esto se suma un acceso no autorizado al teléfono personal de la policía, donde Emilio de la Calle habría revisado sus conversaciones de WhatsApp.

Todo este comportamiento, según informes psicológicos incorporados al procedimiento, ha provocado en la agente un cuadro de trastorno de estrés postraumático severo, que la mantiene en tratamiento desde octubre del año pasado. Los expertos recomiendan que evite cualquier contacto con el acusado, una medida que han pedido sus abogados.