Una acudió oculta tras un pañuelo y unas gafas de sol que se negó a quitarse. Otra alegó, apenas diez minutos antes de la cita, problemas psicológicos para no presentarse ante sus señorías. La comisión de investigación del Senado del 'caso Koldo' comienza a parecer más un vodevil que un trabajo parlamentario reglamentado y eso sin contar con las dificultades añadidas de poder contactar no pocas veces con los convocados. Y aunque han sido casos peculiares pero aislados, en el Grupo Parlamentario Popular empiezan a temer que este tipo de circunstancias se repitan más a menudo. Por eso estudian, en el ámbito del plan de trabajo de las comisiones o en el Reglamento de la Cámara, introducir dos modificaciones, dos cláusulas anti-Jéssica y anti-Úriz, para evitar que lo excepcional se convierta en norma.

La primera propuesta abordaría un sistema de preaviso para poder excusar la presencia programada a una comisión. La de Jéssica Rodríguez ayer en el Senado apenas llegó cuando ya todos sus miembros se hallaban en la sala Clara Campoamor. La situación no sólo generó un indisimulado malestar entre los senadores y personal de la Cámara que se desplazaron a Madrid este lunes sólo para ésto, puesto que esta semana no hay actividad parlamentaria, sino que no pocos lo consideraron una falta de respeto al Parlamento.

Preaviso de 24 o 12 horas

La idea, todavía embrionaria, es imponer un preaviso de 24 o 12 horas para excusar la asistencia por una cuestión de peso, dado que es obligatorio acudir a las comisiones de investigación y la ausencia debe estar fundamentada. En el caso concreto de la ex novia de José Luis Ábalos el justificante médico apuntaba a un problema de ansiedad. El asunto ha pasado a los letrados de la Cámara, que, entre otras cosas, verificarán si el parte es legal y si el colegiado existe. En caso de fraude, es la Fiscalía la que debe actuar por tratarse de un delito de desobediencia, conforme al artículo 502 del Código Penal.

Por otro lado, el show ofrecido por la ex esposa de Koldo García y antigua secretaria de Ábalos, Patricia Úriz, el jueves de la semana pasada ha inquietado a los senadores en la medida que puede repetirse con otros comparecientes futuros. "Se cubre la cara por vergüenza, pero para robar no se la tapó", le espetó la senadora popular Ana Beltrán a Úriz durante su comparecencia. Prácticamente irreconocible tras las gafas de sol y el pañuelo, la presidencia de la comisión consultó a la letrada si era legal la situación y ésta apeló al derecho fundamental a la propia imagen.

Comisiones en abierto, rostros ocultos

No deja de ser paradójico que las comisiones parlamentarias de investigación sean a puerta abierta por ley pero permitan mantener el rostro cubierto de los comparecientes, indican las fuentes populares consultadas. El primer Grupo de la Cámara Alta entiende la dificultad objetiva de un debate que genera no poca controversia, aunque estudian si es posible establecer una serie de excepciones en caso de que el ejemplo cunda. ¿Cuáles serían esas excepciones? "Estamos estudiando para intentar hacerlo", confiesan en conversación con El Independiente, aunque uno de los criterios pudiera ser si el declarante ocupaba un puesto público o cargo durante los hechos investigados o había recibido dinero público y si su rostro ya se conocía, situación que concuerda tanto en Jésica Rodríguez como en Patricia Úriz.

El portavoz popular de la 'comisión Koldo', Alejo Miranda de Larra, ya adelantó ayer algunas de las intenciones de su Grupo para evitar, en la medida de lo posible, situaciones similares. Por un lado regular en el plan de trabajo los plazos para la "presentación de justificaciones de incomparecencia" y, por otro, en el ámbito de la reforma de reglamento de esta Cámara, "tasar cuales son las formas en las que los comparecientes deben acudir a esta comisión y evitar que veamos a comparecientes disfrazados o tratar de ocultar la la su rostro o su identidad cuando son personas que ya están en los medios públicos".

Reforma del Reglamento del Senado

El Grupo Popular ha presentado una propuesta de reforma completa del reglamento de la Cámara que afecta a cuestiones como el desarrollo de las sesiones del Pleno y las Comisiones, "incluyendo cuestiones relativas al uso y los turnos de palabra o a las votaciones. En este sentido, parece necesaria una adecuación normativa a prácticas consolidadas y una más eficaz regulación de los debates parlamentarios que incluya, además de la revisión, también la supresión de normas en desuso o que han perdido su sentido con el correr del tiempo", aducen en la exposición de motivos.

Una de las principales dificultades con las que se han encontrado los populares es la del bloqueo sistemático en el Congreso de las proposiciones de ley aprobadas en el Senado. A base de sucesivas prórrogas del periodo de enmiendas, las propuestas quedan "congeladas en el frigorífico de Francina Armengol", dicen no sin ironía fuentes populares, en alusión a la presidenta de la Cámara Baja. Y este es otro de los temas en los que el PP quiere meter mano.

Trámite legislativo

De ahí, que dos de los objetivos de la reforma reglamentaria propuesta pasa por el trámite legislativo, "introduciendo una mayor claridad en los artículos que lo regulan y dando respuesta a situaciones que han ido suscitándose en la práctica parlamentaria" y en la tramitación de iniciativas de control e impulso político, tanto en el Pleno como en las Comisiones.

Los populares registraron su propuesta el pasado 7 de marzo y fue a la Mesa de la Cámara y a la Junta de portavoces cinco días después, concretamente el 11. Entonces se abrió un plazo de 15 días para presentar propuestas alternativas. Los independentistas sí recogieron ese guante para hacer aportaciones sobre el uso de las lenguas cooficiales en el Pleno, mientras que los socialistas optaron por el silencio, Ahora corresponde a la Mesa decidir cuando lo lleva a pleno -el próximo es el día 22- para pasar posteriormente a comisión.