Con Podemos en 'modo revancha' contra sus ex socios y ceñido a una hoja de ruta en la que Irene Montero debe ser candidata a las próximas generales, la conformación de una lista unitaria a la izquierda del PSOE apunta cada vez más a una quimera, pese a la distancia del próximo proceso electoral. Si no hay adelanto, serán a mediados de 2027. Si lo hay, será mucho más complicado ese acuerdo en pleno clima de tensión. Los morados reivindican la necesidad de fortalecer a la izquierda, un atributo que ven abandonado por los actuales representantes de ese espacio que ahora integran el Gobierno de coalición.

Durante las últimas semanas, y especialmente en su quinta Asamblea, los de Ione Belarra y Montero han dejado claro que aspiran a "reequilibrar" el espacio y a volver a ser el referente, la brújula que ahora orienta hacia el conflicto contra el PSOE, hacia la presión en un 15-M artificial que ahora pivota en torno al rearme europeo. No tienen el apoyo de ningún socio político en torno a esa idea, pero sí se ha visto más proximidad con fuerzas como IU. En el cónclave morado se pudo ver representación de los izquierdistas, así como de ERC y EH Bildu, tres fuerzas con las que Podemos tiene mayor proximidad.

Antonio Maíllo, la llave

Desde que relevó a Alberto Garzón como coordinador general de IU, Antonio Maíllo se ha dedicado a abrir el diálogo entre los socios del espacio progresista para allanar el terreno de cara a los próximos procesos electorales. Primero, el de su Andalucía natal, de la que hasta el cambio de rol, ha sido coordinador regional. Después, para ese objetivo unitario de generales. Desde IU recalcan asiduamente que Sumar no ha llegado a ser "lo que pudo ser", pero que en la actualidad es la mejor herramienta posible que se ha articulado. Se pone en valor que, a diferencia que otras alianzas del pasado, como el propio Unidas Podemos, Sumar es quien mejor integración de fuerzas autonómicas ha hecho.

Sin embargo, los de Maíllo creen que debe replantearse de nuevo el proyecto, sin personalismos por encima de partidos, sino con "horizontalidad". Lo llevan reivindicando desde la segunda mitad de 2024, ya con la nueva dirección de izquierdas al frente. También de la mano del resto de socios, por lo que se renunció a integrar el 30% de las plazas de la ya fijada nueva dirección de Sumar y se exigió una remodelación de las competencias y los contrapesos de cada fuerza dentro del grupo parlamentario. La cual, con todo, no satisfizo a IU.

Maíllo es uno de los grandes valedores de la operación para reintegrar a Podemos en la alianza de izquierdas. Hay más de 570.000 votos esenciales —se evidenció en las europeas, con la candidatura autónoma de Montero— que serán claves para poder competir en unas futuras generales. Pero, al igual que es clave para ello, Maíllo también lo es para el Movimiento Sumar creado por Yolanda Díaz. Sin IU, quien más número de voto aporta a nivel estatal —también cede espacios locales y autonómicos para los magentas—. De ahí la estrategia morada para generar división.

Podemos solo abre las puertas a una gran alianza con IU, como en sus buenos tiempos. Mientras tanto, aboga por que tanto Díaz como Sumar se adhiera al PSOE, sus "sectores naturales" ahora fuera. Frente a esa clara estrategia de división, fuentes de IU advierten a los morados que no elegirán entre "papá o mamá". Que irán con el mayor número de fuerzas posibles, todo bajo primarias y con la posibilidad de que todos los candidatos que lo deseen, incluso el mismo Maíllo, se presenten a ellas.

Como Maíllo, la ministra de Juventud Sira Rego, su rival en las primarias de IU de mayo, cree que "hay que hablar con todo el mundo". Incluso con Podemos, porque en el diálogo programático "habrá muchos puntos en común". Así lo afirmó en una entrevista radiofónica a finales de septiembre, llamando a abordar en conjunto ese proceso para "repensar la izquierda". Ahora, aunque no gusta la presión de los morados, fuentes de su entorno acreditan que esa disposición sigue intacta. Desde IU sí se lamenta que Podemos asegure que el Gobierno no es transformador o está resignado en materia de Defensa, cuando en 2022 Podemos tuvo que tolerar un incremento del 25% en el gasto destinado al Ministerio.

La afinidad entre Podemos e IU, además, viene por la tradición poscomunista, más obrerista que verde, aunque sin despreciar la lucha ecofeminista. También por que son los dos únicos partidos españoles del ámbito nacional que coinciden en el grupo europeo The Left.

Movimiento Sumar, el 'obstáculo'

El instrumento que Díaz diseñó como pegamento de los socios, es para Podemos el problema. Sobre todo si la vicepresidenta segunda, en el futuro, decide volver a aspirar una candidatura de unidad. Incluso en el espacio consideran que Montero divide más que anexiona. Mientras que los morados intentan marginar al partido, principal obstáculo para los de Belarra, los de Lara Hernández y Carlos Martín llaman al sosiego.

Recalcan autonomía propia frente al PSOE, hacen valer su actual posición de referencia y optan por ignorar la ofensiva, por no abrir una guerra con Podemos por la hegemonía del espacio que puede ser terrible en términos electorales, con más división y desmovilización del voto progresista. Por el momento, no seguirán el juego ni harán primarias para posicionar a un rival desde ya con Montero. Tampoco lo quieren el resto de fuerzas asociadas. Y sin cerrar la puerta a Podemos, de hecho Díaz lleva desde enero ofreciendo diálogo sin respuesta a Belarra, que la ignora, exigen que cualquier plan de la izquierda se haga en conjunto y con primarias abiertas.

Los comunes, por la alianza

De los partidos verdes que integran Sumar, Catalunya en Comú es el más favorable a un gran pacto. Su coordinadora y diputada por Sumar en el Congreso, Candela López, ya se mostró a finales de año abierta a "volver a tejer entendimientos" con todas las fuerzas. "La ciudadanía quiere que nos entendamos", y la clave es hablar de programa, dijo en una entrevista en Cadena SER entonces. Ahora, desde el espacio, se asegura a El Independiente que la confianza a que se encuentre un modelo común con Podemos sigue contemplándose. "Tenemos la esperanza" de conseguirlo, se traslada.

Como IU, apuestan por esa tarea de reflexión de lo que debe ser el espacio de la izquierda en su conjunto. Acreditan que fue Podemos quien quiso romper la alianza catalana, tras el acercamiento progresivo de la fuerza a Sumar. De hecho, lo hicieron antes de las últimas autonómicas, no participando para no fraccionar a la izquierda más aún. Sí se presentaron en las europeas, donde Podemos obtuvo alrededor de 8.000 votos más que los comunes. Desde esa posición de fuerza ahora Podemos también quiere hablar. Este lunes, la rueda de prensa posterior a la asamblea, apuntó a que se darán un tiempo para empezar a dialogar con ellos y con IU. Como Maíllo, quieren un frente amplio. Pueden tirar de los morados.

Más Madrid y Compromís, del hartazgo a la omisión

La cara opuesta de la moneda son Más Madrid y Compromís. Ante la ofensiva de Podemos, la ministra de Sanidad y coportavoz del partido madrileño, Mónica García, ha sido la que se ha mostrado más dura en público, algo que se entiende en la alianza pero que rechazan imitar otras figuras claves de la confluencia para no elevar la tensión. "Estoy harta de que Iglesias y Montero nos den lecciones, nos digan qué hacer o cómo ser", estalló García en el último control al Gobierno en el Senado, después de insinuar Montero en una entrevista en TVE que Más Madrid debería integrarse en el PSOE por su perfil socialdemócrata.

Dentro de Más Madrid hay voces fuertes que instan a caminar solos en las próximas generales, presentando candidatura desde la circunscripción madrileña. Es el caso del portavoz adjunto de la Asamblea de Madrid, Emilio Delgado. Lo que está claro es que la alternativa de Podemos no gusta a los de García. Las relaciones son malas desde que a principios de 2019, cuando la candidatura municipal Ahora Madrid, de Carmena, aspira a repetir en el Ayuntamiento y a competir en la Comunidad. Íñigo Errejón deja Podemos, que rechaza concurrir sin sus siglas, para encabezar una lista regional. A partir de ahí la competencia por el espacio ha sido constante, así como la incapacidad de llegar a pactos prelectorales como en 2021. Los madrileños, a diferencia de los morados han ido creciendo y consolidándose. Errejón tardó apenas unos meses tras los comicios en aspirar con Más País al Congreso, dejando plantado a sus compañeros.

La concepción en Más Madrid es que perfiles como el de Montero restan al espacio, dado que continúan las formas de Iglesias y el viejo Podemos. No lo extienden al resto de nombres. Compromís, en cambio, elude esa batalla asegurando que se trata de algo del espacio nacional y ellos son puramente valencianistas. "Cuando llegue el momento, se abordará ese debate", responden desde la formación nacionalista cuando se les pregunta sin apuestan por una alianza amplia con Podemos. Lo cierto es que la experiencia de los de Joan Baldoví con los morados tampoco ha sido buena en los últimos años.

Al principio Compromís colaboró con Podemos en el territorio y hubo papeleta conjunta en 2015 y 2016. Fueron segunda fuerza en la Comunidad Valenciana por encima de los socialistas. Tras la repetición electoral, Compromís quiso contar con grupo propio, y eso tensionó a Podemos con un progresivo deterioro de las relaciones. En las generales del 2019, optaron por compartir papeleta con Errejón en las dos convocatorias de abril y la repetición de noviembre. Fuentes de Compromís, como otras de Sumar, son partidarias a no seguir el juego a Podemos en estos momentos, sobre todo cuando no hay elecciones en el horizonte.

La semana pasada, ubicada ya Montero como candidata a las generales, la portavoz parlamentaria de Compromís en el Congreso, dentro de Sumar, apreció que Compromís es de "estricta obediencia valenciana" y que no se sienten interpelados. Ahora bien, manifestó voluntad de "cooperar con otras fuerzas políticas para que nuestros objetivos se consigan" desde la "autonomía".

Quienes no se han posicionado en el asunto son Verdes Equo, que en Madrid van de la mano de Más Madrid. Compiten por el mismo espacio que Alianza Verde, que está asociada a Podemos y dirigida por Juantxo López de Uralde. De hecho el exdiputado promovió esa escisión a su marcha de Equo. Tampoco se han pronunciado Chunta Aragonesista, quien en los últimos años ha estado más ligado al Pacto del Turia con Más País y Compromís, que a los morados. Més per Mallorca parece alinearse con IU. La formación mantuvo conversaciones con Podemos y Maíllo a finales del año, en ese proceso de escucha.

Cualquier pacto generalizado estará condicionado por la altura de miras de todas las fuerzas y, en especial, por el contexto electoral. Por ahora, Podemos venderá muy alto su apoyo al Gobierno de coalición de PSOE y Sumar.