Los partidos que aspiran a la presidencia de la Junta de Andalucía reanudan este sábado los grandes actos electorales a una semana de los comicios. El candidato del PP, Juanma Moreno, realizará un mitin en Málaga este sábado. Por su parte, el líder de los socialistas Juan Espadas, también estará en la provincia con Pedro Sánchez, pero en la localidad de Cártama, y Macarena Olona, tendrá la compañía del presidente de Vox, Santiago Abascal, hoy en Huelva y mañana de la líder de la ultraderecha italiana Giorgia Meloni en Marbella. Ciudadanos irá a Baeza (Jaén) e Inmaculada Nieto de Por Andalucía, visitará Córdoba junto a Yolanda Díaz.
Después del primer gran debate en Televisión Española (TVE), y a la espera del segundo en Canal Sur, el próximo lunes, la percepción generalizada de la campaña andaluza es de que se ha producido un cierto impás; un descenso del nivel mantenido por los principales seis candidatos. Apunta el experto en Comunicación Política Eduardo Bayón que, tras el cara a cara electoral en la televisión pública, los partidos han estado "dosificando los esfuerzos y la presencia mediática" para este fin de semana. Porque, "en rasgos generales, el debate fue bastante flojo".
El problema de la campaña es que, dado el propio marco en el que se mueve, los plazos están quedando demasiado extensos. "Mediáticamente, está acaparando la atención mayoritaria de con quién va a gobernar Moreno Bonilla. No se busca saber quién va a ganar las elecciones, sino quién va a ser el socio de investidura", añade Bayón. De ahí, que se aprecie cierta monotonía a mediados de la carrera electoral oficial.
Sobre este escenario, en el que "sabemos que hay un ganador anticipado y donde solo está por determinar el peso específico que tiene Vox", el director de Opinión Pública y Estudios Políticos de IPSOS España, José Pablo Ferrándiz lo define personalmente como "de continuidad corregida". "No son lo mismo unas elecciones competidas, donde el que aspira a quitar el puesto al presidente está cerca y lo puede plantear de alguna forma, que estas, por ejemplo".
La izquierda compite por no retroceder
Ambos expertos entienden que el bloque de izquierdas compite por ver qué papel tiene cada partido a partir del día posterior a la jornada electoral, como va a presentarse ante los ciudadanos y qué tipo de oposición va a hacer. Que no aspiran a gobernar ni tienen "una perspectiva de ganar", señalan, es algo que quedó certificado la misma noche del debate.
A Bayón le pareció interesante la actuación de la candidata de Adelante Andalucía en contraposición de su competidor en el mismo espacio electoral, Por Andalucía. "Quedó evidenciada la experiencia que tiene Rodríguez, la única que tuvo instantes de destaque por la confrontación directa con Olona", indica. Nieto, en cambio "jugó un perfil más amable, con comentarios amenos y con toques de humor", añade. Con su opinión sobre la candidata andalucista coincide Ferrándiz, que destaca que Rodríguez fue la única que no pareció transmitir un discurso impostado: "es creíble, le sale natural y eso hace, incluso que se pueda trabar. Pero realmente cree lo que está diciendo y para mí fue una de las mejores, incluso pese a su discurso, sabiendo que estas elecciones no van contra la extrema derecha".
La izquierda no tiene "una perspectiva de ganar", compite por ver qué papel tiene cada partido dentro del bloque"
Más difícil ve la posición de Nieto el representante de IPSOS España. "Es buena parlamentaria, pero esto no va de serlo, sino de ser un buen candidato". El objetivo principal que tenía la líder de la coalición morada era "darse a conocer a falta de poco tiempo para las elecciones, se jugaban mucho". "En el debate", algo que puede extenderse a la campaña en general, le ha sido difícil encontrar "un hueco para ubicarse entre Adelante Andalucía y el PSOE".
Precisamente, quien tiene más complicado el camino hacia el 19 de junio es Espadas. En el debate "no cree que en ningún momento destacase bastante", admite Bayón. Ferrándiz va más allá: el problema del PSOE "es que tiene que pasar por una 'travesía por el desierto' bastante grande". Indica que los datos les llevan diciendo durante bastante tiempo que los de Sánchez en Andalucía "no se rompen". Sin embargo, Ferrándiz considera que Espadas "es consciente de que es un 'fusible' para que no se venga abajo toda la luz del PSOE-A" tras el relevo del susanismo. "No es el candidato ni la gran esperanza del partido para iluminar ni recuperar terreno estas elecciones. El objetivo es mantener el tipo y seguir siendo la principal fuerza de izquierdas". Es una actitud que quedó claro con el debate, sostiene el sociólogo: "no creo que consiguiese movilizar a los suyos, pero cumplió ese papel de 'fusible'".
Pugna de escaños en la derecha
Mientras Moncloa y Sánchez están tutelando la campaña para dar visibilidad a Espadas -ese era uno de las metas del debate-, la situación del PP y de Moreno Bonilla es completamente inversa ya que cuentan con un candidato y una marca muy potente. "Solo hay que ver los carteles", dice Bayón, "donde el logo del PP queda relegado y se refuerza la imagen del presidente". Incluso cree que en los últimos momentos Ferraz se desligará ligeramente para no verse perjudicado por un posible mal resultado.
En el debate -y en la campaña- Moreno Bonilla "tenía mucho que perder y poco que ganar". "Tuvo momentos en los que intentó pasar más inadvertido y otro en los que saco su perfil presidenciable. Y Olona intentó dar la nota y diferenciarse del PP en cuestiones de hilo más cultural", explica Bayón. Para el de IPSOS España, "Olona en la derecha hizo lo que tenía que hacer y convierte a Moreno Bonilla en rehén".
Moreno Bonilla y Olona son los que más tienen que perder en esta campaña electoral"
Ferrándiz considera que tanto el del PP como la de Vox "son los que se jugaban más", algo que se proyecta, de igual manera, en el tramo final de la campaña. A lo largo de la próxima semana, y hasta el cierre del plazo para pedir el voto, se disputará un sistema de contrapesos dentro del espacio del centroderecha que determinará la relevancia, en escaños, que finalmente se le otorga a Moreno Bonilla para gobernar en solitario o a Olona para demandar una bancada junto al líder del PP-A en el Parlamento de Andalucía. "Todo lo que no sea acceder a la vicepresidencia o contar con una aritmética favorable, será una derrota para Vox", apunta Bayón, por la alta dedicación hecha por los de Abascal para esta cita, incluso 'sacrificando' a una de sus mejores bazas nacionales.
Marín, sin opciones
La actitud del aspirante de Ciudadanos está siendo cuestionada durante estas semanas, sobre todo a raíz de diversas entrevistas donde muestra una imagen desenfadada: desde un posado junto al equipo cadete de vóley femenino que entrena en Sevilla, en El Español, hasta otra para El Mundo sumergido en una piscina y haciendo el guiño junto a un flotador naranja. "Marín sabe lo que hay, que está fuera; y eso lo ha relajado", entiende Ferrándiz.
Bayón se muestra más crítico: "Ciudadanos está cayendo en un error bastante grave, y no es la primera vez. La situación es muy complicada y en ningún momento intenta diferenciarse de PP para taponar, que es a donde están yendo sus votantes desde 2019. Eso genera pocos incentivos para atraerlos o conservarlos".
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