Jornada de reflexión en Andalucía, y las cartas sobre la mesa. Los partidos que presentan candidatura a presidir la Junta de Andalucía ya han reivindicado sus propuestas y dado a conocer qué política de pactos seguirán una vez la aritmética parlamentaria quede fijada con el escrutinio definitivo. Todos, excepto el Partido Popular (PP) andaluz de Juanma Moreno. Los populares, según ha reafirmado la secretaria general Cuca Gamarra, en una entrevista concedida a El Independiente este viernes al cierre de campaña, son "el único partido que no habla de pactos mientras el resto está viendo como puede sumar para tener poder". Y en ese sentido, el PP dice que su único objetivo es "pactar con los andaluces" un proyecto estable.
Alejados de las distintas estrategias de campaña, y en vista a las encuestas electorales, e, incluso, de los pronósticos internos del propio partido, que les dan entre 45 y 49 escaños, al PP se le abrirán tres posibilidades poselectorales a partir del domingo por la noche. La primera es la vía madrileña. Moreno Bonilla ya ha dejado claro que su referente, en todos los sentidos, es Isabel Díaz Ayuso y la Comunidad de Madrid. Por ello, la preferencia que tiene es gobernar en solitario con la abstención de Vox y Macarena Olona.
Las otras dos opciones restantes son más comprometidas. La segunda conllevaría tener "las manos atadas" y estar condicionados por Vox en un gobierno de coalición similar al de Castilla y León. Eso rompería de golpe el discurso empleado por la formación y la faceta centrista que ha mantenido desde el 26 de abril Moreno Bonilla. Por último, y en tercer lugar, la alternativa es que otro grupo permita al PP andaluz dirigir con mayoría simple el Ejecutivo desde el palacio de San Telmo. Una responsabilidad que desde la cúpula del partido ya han dejado caer en el tejado de los socialistas andaluces. "Si el PP puede gobernar en solitario, el PSOE no debería impedirlo", expresó Gamarra a este medio. Si al PSOE "le molesta Vox", que "lo acredite" con una abstención, dijo horas más tarde el presidente del partido Alberto Núñez Feijóo.
"El PSOE lleva toda la campaña" insistiendo con "que Vox ha de estar en el gobierno de la Junta", pero "no somos ni Vox ni el PSOE", especificó este miércoles el dirigente nacional desde Vícar (Almería) en una visita en el marco de la campaña. Bajo ese parámetro, Feijóo fue más allá este jueves en Jaén, tras reunirse junto al cabeza de lista de la provincia y vicesecretario Económico del partido, Juan Bravo, con la confederación de empresarios jienenses. El gallego aseguró que hay barones socialistas que entienden la abstención a Moreno Bonilla. Concretamente, ha expresado que le "consta" que dentro del PSOE hay personas con alta "experiencia política", que "han tenido responsabilidades de Gobierno" y sentido de "Estado", que entienden que hay que dejar al PP gobernar si consigue un resultado "muy claro, diáfano, transparente y contundente en las urnas".
A Feijóo le consta que experimentados del PSOE entienden que Moreno Bonilla debe gobernar si gana contundentemente
El gallego no ha mencionado de qué personalidades le consta tal posicionamiento, pero su intención sí denota un interés de presionar a Pedro Sánchez y al secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas, para que opten por una abstención que libre al PP de enlazarse nuevamente con los de Santiago Abascal. Y el planteamiento está bien ejecutado, dado que el PSOE ha convertido a "la ultraderecha" en su principal recurso electoralista para evitar un gobierno de Moreno Bonilla. "Si Juanma Moreno no dice que no a un matrimonio de conveniencia con Vox, tendremos que ganar las elecciones los socialistas, porque solo nosotros paremos a la ultraderecha. Que nadie caiga en esa trampa, es el timo de la estampita", ha insistido Espadas al cierre de la campaña para los comicios del domingo.
Desde el PP no matizan a qué personalidades achaca Feijóo ese impulso abstencionista para dar estabilidad en Andalucía sin depender de Vox. Pero iría en línea con la propuesta realizada por la formación meses atrás de acordar por escrito que la lista más votada, entre populares y socialistas, gobernaría en solitario con la abstención del contrario. Eso limita bastante la lista. En vista a los actuales gobiernos y las encuestas publicadas con anterioridad, los territorios donde el PSOE tiene más fuerza son Aragón, Castilla La-Mancha y la Comunidad Valenciana. O lo que es lo mismo, la vieja guardia susanista ahora integrada en el seno del aparato de Sánchez. Asturias, donde Adrián Barbón, afín a la actual cúpula de Ferraz, es la excepción, al liderar los sondeos y aventaja en hasta casi veinte puntos al PP de Teresa Mallada. En Extremadura, Guillermo Fernández Vara, también susanista, no tendría problemas para conseguir la mayoría.
Eso deja bajo el foco a Emiliano García-Page en la mancha, al aragonés Javier Lambán o al valenciano Ximo Puig; barones que apoyaron en las últimas primarias a la expresidenta de Andalucía y ahora senadora y que continúan al frente de sus respectivas comunidades con una importante contundencia.
García-Page, Puig y Lambán son los barones a quien más beneficiaría la abstención del PP en mayo de 2023
Según las últimas publicaciones demoscópicas, no tan continuadas como por ejemplo en Andalucía por la aún lejana fecha del grueso electoral autonómico, en mayo de 2023, la continuidad de García-Page pende de un hilo por tan solo un escaño. Pese a que ganaría las elecciones, la suma de PP y Vox alcanzaría los 17 representantes necesarios para la mayoría. Lambán, ahora en coalición con Podemos-Equo, el PAR y la Chunta Aragonesista con IU apoyando, además, desde fuera está demostrando capacidad de unidad frente a Sánchez y su gobierno de coalición. Las proyecciones auguran un cierto retroceso en escaños para el PSOE en la comunidad y de conseguirse reeditar el pacto, sería de manera muy ajustada. Lambán, apuntan, quedaría ligeramente por delante de PP, por lo que asegurar que podría gobernar con la abstención de los populares le daría garantías.
En las mismas estaría Ximo Puig. En plena crisis interna tras la remodelación del Gobierno regional y por la reciente imputación de Mónica Oltra, los sondeos le auguran poder repetir el pacto con 50 escaños, la cifra exacta que se necesita para la mayoría. Quedaría también por encima de los populares a algo menos de un punto en porcentaje de voto.
El PSOE se niega a optar por la abstención
Frente al órdago lanzado por los populares, para poner en un compromiso al PSOE ante su propio discurso combativo por la posibilidad de encontrar acuerdos con Vox, los de Espadas dejan claro que no optarán por la vía de la abstención. Una constante del partido es mencionar que, en 2018, el PP no permitió que gobernara Díaz. Incluso, según apunta El Periódico de España, consideran que una repetición electoral ayudaría a movilizar a su electorado e incrementar los resultados.
Para el PSOE, que se produzca un pacto entre el PP y Vox serviría para combatir el discurso moderado que enarbola Feijóo desde que tomó las riendas del partido. Y, así, evitar que su electorado opte por apoyar al PP. La meta de los de Espadas es, al menos, la de salvar los muebles en la región manteniendo los 33 escaños que actualmente poseen. Asimismo, confían en que entre el abstencionismo que decida votar y el importante número de indecisos que hay, aumenten el colchón electoral.
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