La histórica victoria del PP de Juanma Moreno en Andalucía supone un golpe contundente sobre el tablero político que desde Génova leen en clave nacional. Por primera vez, los populares han conseguido vencer unos comicios andaluces por mayoría absoluta, con 58 escaños -el récord eran los 50 de Javier Arenas en 2012- y un porcentaje de voto del 43,13% con el 99,68% de los resultados escrutados. Y, además, ganar en todas las provincias por más de veinte puntos en comparación de la convocatoria de diciembre de 2018: en Almería un 45,53% de sufragio; 42,48% en Cádiz; 44,70% en Córdoba; 42,19% en Granada; 42,72% en Huelva; 42,53% en Jaén; 46,98% en Málaga, y en Sevilla el 40,14%, un territorio que tradicionalmente quedaba teñido de rojo a terminar el recuento electoral.

Moreno Bonilla no solo ha ganado los comicios, ha consolidado un cambio de ciclo político en la región que inauguró su pacto de coalición con Ciudadanos hace tres años y medio y que ahora continuará en solitario. En cambio, el PSOE, que veía en Andalucía su principal granero de votos autonómico y para unas generales, ha visto como, pese a sufrir una derrota algo más dulce de lo esperado -perdiendo tres escaños y 127.182 votos-, su bastión estratégico ha cambiado oficialmente de manos.

Lo certifican hechos tan relevantes como la derrota de los socialistas, por primera vez en unas elecciones, en Sevilla, que desde anoche queda teñida de azul oscuro. Concretamente, en 2018 el PSOE obtuvo 119.797 votos más que el PP, mientras que en esta ocasión los roles han tornado con una diferencia entre ambos de 115.000 papeletas.

El de Sevilla no es el único bastión del centroizquierda español que queda noqueado para los de Juan Espadas y Pedro Sánchez. Dos Hermanas (Sevilla), otro de los feudos clásicos donde el socialismo celebraba grandes mítines, ha caído en favor de Moreno Bonilla. En las anteriores elecciones, el PP 6.792 votos y quedó en cuarta posición por detrás de PSOE, Adelante Andalucía y Ciudadanos. Ahora, la división de la izquierda y la absorción de la influencia de los naranjas de Marín, le ha permitido lograr encabezar el escrutinio con 19.839 sufragios frente a los 13.661 de los socialistas. En este municipio histórico para el PSOE, se han perdido más de 2.100 votos.

Alcalá de Guadaira (Sevilla) es otro enclave que rota ideológicamente con viento de cara al centroderecha. Si bien en 2018 la candidatura de Moreno Bonilla consiguió 4.505 votos y la cuarta posición, esa cifra se ha incrementado a 13.413; más de 9.000 nuevos electores en las filas populares. Resultado de una dinámica de adherencia de Ciudadanos y de división entre las fuerzas progresistas similar a Dos Hermanas. El PSOE, en este caso, pierde 900 votos y queda en 7.815 papeletas.

En definitiva, la provincia de Sevilla ha sido una de las grandes damnificadas, produciéndose en conjunto una pérdida de 24.063 electores socialistas. El PP se ha hecho con 366.389 votos, un saldo positivo de 219.437, frente a los 243.041 del PSOE. Algo que le ha valido a Moreno Bonilla para cambiar la distribución de escaños de tres a seis, a nueve frente a cinco.

No todo queda en Sevilla

La provincia de Jaén, otro bastión incuestionable para la izquierda socialista, ha dejado de serlo. Históricamente el PSOE ha sido el partido más votado en la provincia y en la capital, hasta este momento. A nivel provincial, si en 2018 sacó una ventaja de 38.807 votos al PP, ésta a virado para los populares a 49.114 sufragios y una diferencia de reparto de escaños que pasa de tres y cuatro, a seis y cuatro para Moreno Bonilla, que obtiene 135.237 votos. Por su parte, y a nivel local, la capital jienense siempre ha sido conservadora si se contemplan los resultados obtenidos en los últimos años. Sin embargo, el PP ha incrementado notablemente su representación: de 13.836 el 2-D y a pocos votos de ceder la primera posición al PSOE, a pasar a 23.504 papeletas en la urna.

Linares ha sido otro lugar de notable importancia para los socialistas que cambia de dinámica. El PP se hace con 12.177 apoyos, más del doble de los 5.400 conseguidos en 2018. La pérdida del PSOE es mínima, 307 votos, pero cede lo más alto de la tabla.

Huelva, tradicionalmente ha estado teñida de rojo en cada recuento. Antes del inicio de la campaña electoral, las encuestas indicaban que Vox ganaba músculo en Andalucía y podría arrebatar más de treinta feudos al PSOE. Entre ellos, varios en la provincia. Finalmente, y ante la debacle del 'efecto Olona' en la comunidad, el PP ha pasado de salir victorioso en nueve localidades onubenses, a ganar en 45. La candidatura liderada por la secretaria general del PP andaluz, Loles López, ha cosechado la victoria en lugares como Isla Cristina, Ayamonte, Almonte o Gibraleón.

En la provincia de Málaga también se ha producido un descalabro en municipios pequeños. El PP lidera los escrutinios en lugares que el PSOE veía amenazados por el ascenso de Vox como Cártama o Benamocarra. Y en la provincia de Cádiz, como en San Fernando. Allí Ciudadanos ganó por la mínima al PSOE con en torno a 13.ooo sufragios, pero ahora, la candidatura de los de Moreno Bonilla ha superado al PSOE, en segundo lugar, por casi 10.000 votos. Un escenario similar se ha producido en Chiclana de la Frontera, lugar histórico para el PSOE donde en 2018 también compitió por Ciudadanos.

Génova pide al PSOE reflexionar

La secretaria general de los populares a nivel nacional, Cuca Gamarra, consideró durante la noche electoral que el PSOE y Pedro Sánchez "deberían reflexionar". "Su modelo de gobierno está cada día más agotado. Este resultado es lo antagónico a un Gobierno débil que busca alianzas sin importarle las necesidades de los españoles en su día a día", explicó en una comparecencia tras conocerse el resultado.

Según indicó Gamarra, "los españoles quieren un cosa diferente" a las políticas del Ejecutivo de coalición. "Se necesitan gobiernos estables con una mayoría suficiente para estar centrados en los ciudadanos", y se ha optado "por una manera diferente de hacer política, por el rigor, la gestión, la moderación y por sumar", dijo Gamarra.