2024 ha de ser el año en que se haga realidad un sistema de "financiación singular" y el traspaso de Rodalies a la Generalitat. Son los objetivos fijados por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en su discurso institucional de cierre de año, que el republicano trasladó al llegar a la presidencia al día de Sant Esteve. Aragonès ha hecho balance de lo conseguido en los últimos 12 meses, en buena parte fruto del acuerdo de investidura de Pedro Sánchez. Y ha reclamado apoyo del resto de fuerzas para aprobar los próximos presupuestos de la Generalitat, que muy probablemente serán los últimos de su mandato.
El 2024 "debe ser el año" en que acordemos una "financiación singular con el Estado". Un modelo que "ponga fin a un déficit fiscal insoportable" añadía Aragonès, que "nos priva de destinar los recursos que ya pagamos, pero administran otros" a mejorar las políticas sociales, desde la sanidad a "luchar contra las violencias machistas".
Aragonès ha puesto el foco en la financiación, un objetivo a medio plazo que el propio Pedro Sánchez validó como factible en su última visita a Barcelona para reunirse con Aragonès en el Palau de la Generalitat. Pero no ha olvidado la referencia a su auténtica meta independentista. El próximo "tiene que ser el año en que abordemos la segunda fase de negociación con el Estado" para que Cataluña "pueda decidir libremente su futuro, votando sobre la independencia".
Los réditos de la investidura
Entre los logros de 2023, el president ha destacado la Ley de amnistía "que no hace demasiado nos decían que era imposible". Una amnistía que a juicio del republicano "permitirá el fin de la represión y la recuperación de derechos" además de permitir el "regreso" a España de Carles Puigdemont y Marta Rovira.
Ha destacado también el prometido traspaso de Rodalies y la gestión del Ingreso Mínimo Vital desde la Generalitat, uno de los puntos del acuerdo presupuestario para 2023 que se hizo realidad en el último Consejo de Ministros del año.
Entre los retos para el próximo año, Aragonès ha destacado especialmente la sequía, a las puertas de la declaración de emergencia que implicará nuevas restricciones para seis millones de catalanes. También crisis educativa desatada por los resultados del Informe PISA, que situó a los alumnos catalanes a la cola de España. En este contexto, sin embargo, la receta sigue siendo el "compromiso con el catalán, con más presencia que nunca" en todos los ámbitos.
Aragonès no ha olvidado en su discurso la mención a las víctimas de la guerra en Gaza, mención obligada tras las críticas vertidas desde Podemos y otros sectores de la izquierda por la omisión de este tema en el discurso de Navidad de Felipe VI. El president reclama no olvidar Gaza, "donde se setá viviendo una catástrofe humanitaria por los ataques contra la población civil" y ha defendido como "imprescindible" un alto el fuego "definitivo" que "frene la masacre".
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