Carles Puigdemont ha descalificado este martes las criticas de quienes cuestionan su pretensión de ser investido presidente de la Generalitat, pese a que fue el socialista Salvador Illa quien ganó las elecciones del 12M con 42 escaños, frente a los 35 obtenidos por la candidatura Puigdemont + Junts per Catalunya. El líder independentista insiste en que tiene más apoyos que Illa, dando por descontado el apoyo de ERC a su candidatura, y señala a los socialistas que han obtenido cargos institucionales tras las últimas elecciones pese a ser segundos: Pedro Sánchez y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.

En un mensaje en su perfil de la red X, Puigdemont tacha de "incoherente y muy extraño" el hecho de "discutir la legitimidad de que ahora, en Cataluña, se pueda hacer lo mismo" que hizo Sánchez en el Congreso, gracias al apoyo de Junts, entre otros.

"Todo el mundo tiene derecho a intentar formar gobierno si cree que puede reunir el apoyo parlamentario" suficiente para conseguirlo, añade Puigdemont, que el lunes fue el primero de los candidatos al 12M en hacer una valoración de los resultados para iniciar la presión sobre ERC, convertida en fiel de la balanza que decidirá la investidura.

Socialistas que gobiernan en minoría

Así, Puigdemont critica que se "descalifique" su pretensión. "Sobre todo por parte de quienes se han beneficiado siempre este juego y considerar que criticarlo es no reconocer la legitimidad del gobierno resultante" añade el líder de Junts en referencia al PSOE.

En este contexto, Puigdemont recuerda que en 2006 Artur Mas "ganó las elecciones con 6 diputados más de los que tiene ahora el PSC, pero no gobernó". Ha un año, prosigue, Collboni "perdió las elecciones al Ayuntamiento de Barcelona y fue alcalde gracias a un pacto con el PP, y tiene un gobierno en minoría".

Por último, apunta a Pedro Sánchez, que "perdió las elecciones españolas, pese venir de presidir durante cuatro años el Gobierno, y hoy sigue en el cargo gobernando en minoría". Se trata en los tres casos de tres socialistas que han gobernado pese a perder las elecciones, lo que a juicio de Puigdemont justifica sus aspiraciones.