Llegó a tener 100.000 suscriptores/donantes dispuestos a sostener un "gobierno en el exilio" desde el que Carles Puigdemont pudiera reclamar la atención internacional sobre los anhelos independentistas catalanes. Pero con el regreso de Puigdemont a la política nacional, gracias a su papel clave en la investidura de Pedro Sánchez, el Consejo de la República (CxR) que debía poner las bases de la futura república catalana agoniza entre la indiferencia de sus impulsores y las denuncias de corrupción.

Denuncias que tienen un nombre propio, el de Toni Comin, colocado por Puigdemont al frente del gobierno del Consejo, desde el que habría desviado los fondos de la entidad a su cuenta particular y sufragado gastos tan personales con las vacaciones familiares en un velero con el que recorrió la Costa Azul francesa, según algunas fuentes. El ahora reelegido eurodiputado como cabeza de lista de Junts en las pasadas elecciones europeas negó este jueves las acusaciones en una tensa reunión de la dirección del consejo, que sigue presidida por Puigdemont. Finalmente, se impuso la continuidad de Comin, pero también la necesidad de una auditoría externa ante las denuncias de los socios belgas del CxR.

Denuncias internas

De hecho, el pasado septiembre una treintena de miembros del CxR ya denunciaron el comportamiento poco ético de la mano derecha de Puigdemont en Waterloo. "La presencia y las acciones de Toni Comin, movido por la promoción de intereses personales" los llevaron a dimitir con una carta abierta que no fue atendida por Puigdemont.

Ahora, sin embargo, la denuncia llega de CatGlobal ASB, la entidad privada desde la que se gestionan las donaciones recibidas y que da paraguas legal al consejo en Bélgica. En una carta avanzada por el digital El Mon, advertían que "hemos detectado una lista de incidencias relativas a la contabilidad, fiscalidad, legalidad y en general a la gestión financiera que, más allá de mostrar una clara inoperancia, a menudo no se han hecho de acuerdo con la legalidad belga".

Auditoría externa

La denuncia de CatGlobal provocó una reunión de urgencia del gobierno del CxR en la que el Consejo cerró filas con Comin, argumentando que las cuentas anuales "se presentan a las autoridades competentes sin incidencias", y rechazaba su sustitución como representante del CxR en Catglobal. Pero acordó también encargar una auditoría externa de la gestión financiera del Consejo.

También reactivó viejas tensiones que afloraron en la reunión del martes, como la dimisión de la sindicatura electoral o de Sergi Miquel como gerente de la "Casa de la República" de Waterloo. Mientras, la ex diputada de Junts Aurora Madaula publicita su "alarma, consternación e indignación" por los hechos denunciados y se postula como sucesora de Comin en el CxR.