Carles Puigdemont regresará a España cuando se celebre el debate de investidura del próximo presidente catalán en el Parlament. Lo aseguró este lunes el secretario general de Junts, Jordi Turull, a pesar de que el Tribunal Supremo acababa de anunciar que mantiene la acusación de malversación contra Puigdemont y Oriol Junqueras, a los que no aplicará la amnistía por ese delito. No se levanta, por tanto, la orden de detención contra Puigdemont, y se mantienen también las inhabilitaciones de Junqueras o Turull, entre otros líderes del procés.

"No dejaremos que ningún juez interfiera en nuestro calendario ni en nuestros compromisos políticos" advirtió Turull en una comparecencia para valorar la decisión del Supremo, que tachó de "decisión claramente política". Poco antes, Puigdemont se había referido a la "Toga Nostra", haciendo un paralelismo con la mafia para descalificar la decisión del TS respecto a la aplicación de la Ley de amnistía.

Una decisión que impacta directamente en el futuro político del líder de Junts puesto que -conocida la decisión del Supremo- sigue corriendo el mismo riesgo de ser detenido si regresa a España que antes de aprobarse el perdón pactado por el PSOE con los independentistas. Pero desde Junts aseguran que daban por descontada una decisión así, y utilizan la posición del Supremo para redoblar la presión sobre Esquerra.

Unidad independentista

"Sabíamos que habría jueces que intentarían boicotear la amnistía, lo sabíamos" proclamó Turull, para quien "esto refuerza" la necesidad de "ir a la una". Entienden en el partido de Puigdemont que la insistencia de la Sala Penal del Supremo en "perseguir" a los líderes del 1-O obliga a las formaciones independentistas a recuperar la unidad de acción con un Govern "de estricta obediencia catalana".

O lo que es lo mismo, que el nuevo ataque del Supremo a sus planes obliga a ERC a sumar fuerzas con Junts en la investidura de Puigdemont y obviar la posibilidad de un tripartito con PSC y Comunes. Junts y ERC no alcanzan la mayoría absoluta necesaria para la investidura. Tampoco sumando los 4 escaños de la CUP. Pero Puigdemont insiste en que, una vez recuperada la unidad del bloque independentista el PSC se verá obligado a abstenerse para evitar la repetición electoral. Posibilidad que Salvador Illa ha negado reiteradamente.

En este contexto se inscribe la acusación de Turull, quien aseguraba este lunes que la decisión del Supremo pretende "no sólo frenar la aplicación de la Ley de amnistía, sino también interferir en el calendario político", algo que ha asegurado que no conseguirán.

ERC anuncia medidas legales

Desde Esquerra, la secretaria de Derechos Marta Vilaret anunció que presentarán un incidente de nulidad y recurso de amparo al Tribunal Supremo contra los autos de los jueces Manuel Marchena y Pablo Llarena. "Lo que está haciendo el Supremo ya no es reinterpretar la ley, reinterpretar la malversación o el enriquecimiento, sino intentar derogar y no aplicar una ley vigente" advertía Vilaret.

"Es insultante, gravísimo y actuaremos en consecuencia" añadía la responsable republicana de la respuesta legal a los juicios derivados del procés, quien aseguraba que "las resoluciones pese a ser surrealistas no nos han sorprendido".

Reunión Puigdemont-Junqueras

Paralelamente, Puigdemont y Junqueras se habrían reunido en París en las últimas horas, según publica La Vanguardia. El encuentro tendría por objeto limar asperezas entre los dos líderes del 1-O, cuya relación ya era tensa cuando compartían gobierno, y se rompió definitivamente tras la huida de Puigdemont y el ingreso en prisión de Junqueras.

Desde Junts, sin embargo, negaban que Puigdemont se haya movido de Waterloo en los últimos días. "No confirmo ni desmiento nada, la agenda de Puigdemont y Junqueras deben comentarla ellos" argumentó Turull. Los neoconvergentes sí confirman el encuentro mantenido por Puigdemont con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en Ginebra. Encuentro que sirvió para decantar el voto de los republicanos a favor de Junts en la elección de la Mesa del Parlament.

Rovira lidera el equipo negociador de ERC, mientras Junqueras fue forzado a abandonar la presidencia del partido tras los malos resultados del último ciclo electoral, y prepara su regreso a la dirección republicana en el congreso extraordinario que el partido celebrará el 30 de noviembre. En los últimos años, además, Rovira ha sido el puente de unión más firme entre republicanos y Puigdemont, con quien comparte "exilio".