Carles Puigdemont ha oficializado este miércoles su candidatura a presidir Junts en una reunión con la presidenta de la formación, Laura Borràs. Desde julio de 2022 Puigdemont no ostenta ningún cargo orgánico en la formación, pese a que su opinión ha sido determinante para todas las decisiones adoptadas por el partido en los dos últimos años, desde la salida del Govern de Pere Aragonés al apoyo a la investidura de Pedro Sánchez. Ahora, Puigdemont quiere recuperar el poder orgánico sobre el partido que tiene un papel clave en la estabilidad del Gobierno de España.

El partido ha anunciado en un comunicado que Borràs y Puigdemont se han reunido en Waterloo (Bélgica) donde el ex president reside desde que se fugó de España en 2017, para "definir el relevo al frente del partido". Un relevo que pasa por recolocar a Laura Borràs al frente de la nueva fundación del partido, Fundación Demòcrates de Catalunya (FunDem), incorporada gracias a la fusión con Demòcrates, que se oficializó hace apenas 24 horas. La presidencia de la fundación le otorga a Borràs una silla en la futura ejecutiva de Junts, que Puigdemont ha diseñado a medida para mantener el control sobre el partido.

En este contexto, la nota asegura que "la presidenta ha expresado su convencimiento de que el lugar desde el que puede seguir sirviendo al proyecto del partido y al movimiento independentista es a través de la fundación". Añade que Puigdemont "quiere seguir contando con el capital político" que representa Borràs, y abona el discurso sobre la supuesta persecución judicial a Borràs por su papel al frente de Junts en los últimos años.

Condenada por prevaricación

En marzo de 2023 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) condenó a la también ex presidenta del Parlament, Laura Borràs, a cuatro años de cárcel por el delito de falsedad documental, y a una pena de trece años de inhabilitación especial por un delito de prevaricación administrativa, y multa de 36.000 euros, lejos de los 144.000 solicitados por la Fiscalía. El TSJC añadía, sin embargo, la petición de indulto sobre la pena de cárcel para evitar su entrada en prisión.

Desde entonces, Borràs ha sostenido, con la aquiescencia de su partido, que su condena correspondía a un caso de lawfare del que habría sido víctima por su condición de líder independentista. Un argumento que no le sirvió para evitar su cese como presidenta del Parlament, pero sí para mantenerse en la presidencia de su partido.

A pesar de ello, en los dos últimos años Borràs ha perdido prácticamente todo su poder sobre la estructura de Junts, con la caída en desgracia de sus principales apoyos en la ejecutiva del partido Francesc de Dalmases y Aurora Madaula. Paralelamente, Jordi Turull se hacía con el control de la estructura de Junts, un control que ha puesto al servicio de Carles Puigdemont, especialmente desde que la formación se convirtió en clave para la mayoría que sustenta el Gobierno de Pedro Sánchez.

Hegemonía del PSC

En un mensaje desde sus redes sociales, Puigdemont argumenta tras oficializar su candidatura su voluntad de "contribuir a la nueva etapa" del partido. Una etapa que se inicia en un "nuevo contexto político y social en Cataluña", además de las crisis mundiales "que nos afectan de forma directa". El líder de Junts se refiere así al nuevo dominio del PSC en la política catalana, tras hacerse con el Govern de la Generalitat y las alcaldías de Barcelona, Tarragona y Lleida, además de los gobiernos de todas las diputaciones provinciales excepto Girona.

En este contexto, Puigdemont define a Junts como "un partido central en Cataluña, que lidera la alternativa a la hegemonía institucional socialista" y aboga por reforzar el partido a partir del próximo congreso para "crecer en espacio ideológico -con la absorción de Demòcrates- e implantación social para dar respuesta a sus objetivos, centrados en la independencia".

Añade el ex president que su partido es "la mejor herramienta para servir al propósito de la independencia" y promete "avanzar sin ninguna renuncia, para que al final de camino haya una Cataluña soberana". Aunque advierte que para alcanzar ese objetivo "tenemos que reforzar" el partido para "convencer" a los votantes que todavía no apoyan la independencia.