Carles Puigdemont abandona el Consell de la República (CxR), la entidad que el propio Puigdemont creó en 2018 como representación de la "legalidad republicana" en el exterior, subvertida a juicio del ex president por la aplicación del artículo 155 tras la declaración unilateral de independencia. El Consell ha sido el vehículo a través del que se ha financiado el "exilio" catalán instalado en Waterloo durante los últimos seis años, un vehículo desacreditado ahora por las denuncias de fraude en la gestión de quien en ha sido la mano derecha de Puigdemont en Bélgica, Toni Comin.

El Consell ha anunciado este miércoles la convocatoria de elecciones a la presidencia de la entidad, tras la dimisión de Puigdemont. El propio Puigdemont anunció su intención de dimitir una semana antes de hacerse con la presidencia de Junts.

100.000 suscriptores

Desde el CxR argumentan ahora que, en aras a recuperar la unidad independentista, Puigdemont no puede ostentar a la vez la presidencia de la entidad y de Junts, en plena guerra abierta entre los dos grandes partidos independentistas. Aunque lo cierto es que Esquerra se desvinculó de la entidad apenas dos años después de su creación, a la vista del control absoluto de Puigdemont sobre ella.

El 27 de octubre, "el presidente del Consell fue escogido presidente de su partido político" señala el CxR. "En consecuencia, en la reunión del pasado 4 de noviembre se decidió la convocatoria de elecciones y el consecuente cese de todos los miembros de su gobierno". Un grupo del que surge también el nuevo hombre de confianza de Puigdemont, Antoni Castellà, ascendido a vicepresidente de Junts apenas tres días después de fusionar su partido, Demòcrates, con el de Puigdemont.

Llegó a tener 100.000 suscriptores/donantes dispuestos a sostener un "gobierno en el exilio" desde el que Carles Puigdemont pudiera reclamar la atención internacional sobre los anhelos independentistas catalanes. Pero la entidad languidece ahora entre la indiferencia del independentismo y las denuncias de fraude.

Irregularidades de Comin

Hace un año, una treintena de miembros del CxR ya denunciaron el comportamiento poco ético de la mano derecha de Puigdemont en Waterloo. "La presencia y las acciones de Toni Comin, movido por la promoción de intereses personales" los llevaron a dimitir con una carta abierta que no fue atendida por Puigdemont.

Este otoño, la auditoría externa encargada por CatGlobal ASB -la entidad privada desde la que se gestionan las donaciones recibidas y que da paraguas legal al consejo en Bélgica- confirmaba los desmanes de Comin, que fue apartado de la gerencia de la entidad. Cuando en julio de este año salió la primera de las acusaciones, el órgano de gobierno del Consell cerró filas con Comín, pero encargó una auditoría, cuya conclusión fue clara: hay 15.530,35 euros de gastos de Comín que el gestor considera que no están debidamente justificados.

Unos gastos derivados en buena parte de las vacaciones estivales de Comin. Entre estos gastos destaca el alquiler de un vehículo por 15 días de 1.997,35 euros, un apartamento en el sur de Francia por un total de 2.562 euros, los impuestos derivados de su casa en Lovaina (Bégica) que llegan a los 4.608 euros, además de una retirada de 6.000 euros en efectivo.

CatGlobal también acusa a Comín de haber usado donaciones destinadas a la defensa de los agentes de los Mossos de Esquadra arrestados por haber ayudado a Puigdemont en su huida, para pagar una deuda del Consell de 2022, correspondiente a la celebración del aniversario del 1 de octubre, según ha publicado el digital El Món.