Desde que el despertador suena a las seis y hasta que marca la medianoche, Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) no para ni un segundo. Decenas de actos, entrevistas, mítines "¡y reuniones de Gobierno!", como se encarga de recordar ella misma, copan la agenda de una campaña electoral desbocada que llega ahora a su final. Atiende a El Independiente en la última planta del hotel Eurobuilding, donde había presidido un coloquio hacía apenas unos minutos.
La candidata a la reelección está convencida de que los madrileños ratificarán su proyecto el próximo 4 de mayo porque su modelo de gestión, dice, "va más allá de los votantes del PP", y "eso es maravilloso". No aclara si permitirá o no que Vox entre en las instituciones porque "aspiro a tener un proyecto propio", sin tutelas, aunque sí desliza que no habrá pacto con el PSOE, al que augura un resultado pésimo en las urnas. Insiste en la idea de que Podemos "es más perjudicial para la convivencia" de lo que lo es Vox, y reitera el planteamiento "profundamente antidemocrático" de excluirles de las instituciones.
Pregunta.- Todas las encuestas coinciden en un diagnóstico: victoria asegurada y un resultado que doblará al que obtuvo en 2019. ¿Por qué cree que los madrileños le darán un voto de confianza el próximo 4 de mayo?
Respuesta.- Yo veo a los ciudadanos muy ilusionados. Vienen niños, vienen jóvenes, vienen mayores... Hemos vivido uno de los momentos más difíciles de nuestras vidas, y tenemos una sociedad que ha peleado junta. Y nosotros hemos sentado las bases para esa recuperación. Queremos aplicar políticas liberales que fomenten que cada vez más jóvenes, más artistas o más empresarios quieran establecer en Madrid sus proyectos. Lo más importante que se dirime en estas elecciones es el modelo de sociedad. Y yo defiendo un proyecto y un modelo de gestión de ciudadanos libres bajo la cultura del esfuerzo, del respeto y de la pluralidad. Es una región de oportunidades, donde se es madrileño desde el primer día. Es una ciudad donde se trabaja mucho, donde hay estrés, donde la vida es cara. Pero también ofrece oportunidades para empezar de cero.
P.- Ha nadado a contracorriente. En muchos casos, su gestión ha sido la opuesta a la del Gobierno y a la del resto de autonomías, incluidas las del PP. ¿Considera que su modelo para Madrid es el que debería importar su partido a nivel nacional?
R.- Lo que hemos hecho en Madrid se ha hecho en pocos lugares del mundo. Deberíamos estar más que orgullosos. Levantamos IFEMA, del que la OMS dijo que no había visto nada igual. El Isabel Zendal lo construimos en tres meses, y es el mejor hospital de pandemias del mundo y una proeza de la sanidad pública madrileña. No conozco más administraciones que hayan sido capaces de comprar cinco millones de test de antígenos ni que tengan un análisis con tanto detalle de las aguas residuales para saber cómo avanza el virus. La mayoría de ciudadanos piensan que lo que se ha hecho aquí es muy bueno. Y claro que este modelo es exportable, porque hemos defendido la vida por encima de todo, pero también a la gente que sigue en pie abriendo sus negocios después de todo.
P.- ¿El modelo de Isabel Díaz Ayuso trasciende a las siglas del PP?
R.- Actualmente sí. Es algo interesante, que creo que tenemos que estudiar con mucha humildad y cautela cuando pasen estas elecciones. El centroderecha está ahora mismo uniendo también a socialistas y personas de izquierda que han visto cómo les hemos defendido en momentos vitales, cómo hemos tomado decisiones siempre pensando en el bien de los demás. Hoy muchos miran Madrid y dicen: me siento orgulloso de vivir aquí. Y me muestran su cariño y su apoyo. Y no sólo votantes del PP. Va más allá, y eso es maravilloso.
Todos recibimos amenazas y vivimos con escolta. Forma parte de esto"
P.- La campaña electoral de Madrid se ha instalado en la polarización y en la violencia. Se han generalizado incluso las amenazas de muerte a políticos. ¿Considera que ha habido formaciones que han querido sacar rédito electoral de esta circunstancia?
R.- En algunos casos se ha exagerado. Antes de saber quiénes eran los remitentes, se señaló enseguida a otros partidos. Eso lo ha hecho la izquierda, y ha sido un error. Yo no voy a hablar más del asunto, ni siquiera de las balas que me han enviado a mí. Lo único que conseguimos es un efecto contagio que da alas a que otros se animen a hacer lo mismo. Al terror y a la violencia hay que darle la espalda.
P.- ¿La izquierda no lo ha hecho?
R.- Ha habido de todo. En mi caso, todos lo han condenado y eso me parece fantástico. Es lo que tiene que ser. La inmensa mayoría de las veces se ha dejado pasar, y así tiene que seguir. Yo creo que no podemos señalar constantemente al adversario político sin pruebas ni seguir dándole importancia al tema.
P.- ¿Ha recibido alguna otra amenaza durante la campaña que no haya hecho pública?
R.- He recibido múltiples amenazas tiempo atrás. Llegaron a publicar que mi nombre había estado en una lista yihadista, me han amenazado en redes sociales... todos las recibimos en algún momento. La inmensa mayoría de los políticos que estamos en primera línea vivimos con escolta. No es fácil. Pero forma parte de esto.
P.- ¿A quién culpa de la crispación que rodea a la campaña electoral?
R.- Más que a quién culpo es a quién creo que le puede beneficiar. A una persona con una campaña en positivo, desde luego, no. A mi equipo, no. Le beneficia más a quien peor se ve en las encuestas.
P.- ¿A quién se refiere?
R.- Al resto. Pero hay partidos que han coqueteado mucho más con ideas violentas que otros. Por ejemplo Pablo Iglesias, que siempre ha defendido sus escraches, que ha bebido de dictaduras chavistas, cuyas víctimas han venido a Madrid huyendo de esas políticas y luego resulta que aquí se encuentran con lo mismo. Esa gente es la que alienta quemar las calles, reventar cajeros y escaparates, guillotina para el adversario. Esa gente le da menor importancia a la violencia que el resto de partidos.
P.- ¿Sólo Podemos alienta la violencia? ¿Y Vox?
R.- Desde luego Podemos ha estado mucho más próximo. Lleva a condenados y a procesados en sus listas por agredir a la Policía. Eso no le pasa al resto de partidos.
P.- ¿Es real la dicotomía entre democracia o fascismo que ha planteado la izquierda?
R.- Eso no lo puede contestar una persona que ha convocado unas elecciones y que ha llamado a las urnas libremente a los ciudadanos.
P.- Usted también se ha pasado la campaña planteando otra dicotomía, la de comunismo o libertad. ¿De verdad cree que si usted no logra gobernar los madrileños no vivirán en libertad?
R.- En Madrid se perderían libertades. Una libertad fiscal, una libertad educativa, otra sanitaria, otra comercial... y la consecuencia sería la mayor dependencia de los ciudadanos a la política de la subvención, que debería ser algo transitorio. Sin embargo, se perpetúan en ellas aquellas comunidades gobernadas por el socialismo. Cuando esas políticas van a más, a más y a más sin freno, acaban convirtiéndose en una verdadera asfixia para la convivencia y para el emprendimiento. Por eso hay tantos jóvenes del resto de España que vienen a Madrid a buscar oportunidades, no digamos de Cataluña.
P.- ¿Sugiere que los ciudadanos de otras comunidades gozan de menos libertad que los de la Comunidad de Madrid?
R.- En otras comunidades no puedes elegir el colegio de tus hijos. En muchas comunidades no puedes comprar a según qué horas. En algunas hay comercios que no abren los fines de semana...
P.- O sea, que sí.
R.- Es que es una realidad. No digo que Madrid sea mejor, pero nuestra forma de vivir es diferente. Y algo tendrá cuando los ciudadanos la eligen. Veo necesario que otras comunidades aplicasen las mismas recetas, bajaran los impuestos a sus empresarios, flexibilizaran la administración... así creceríamos todos mucho más.
Podemos es más perjudicial para la convivencia que Vox"
P.- En esta campaña, Podemos ha llegado a tildar a Vox de "nazis a cara descubierta". ¿Acepta ese marco de ubicar a un partido en el fascismo?
R.- Rechazo hablar del fascismo con tanta libertad. Desde luego, establecer un marco mental por el que unos partidos son más bienvenidos que otros en las instituciones es algo profundamente antidemocrático. Si Podemos no quiere que Vox esté en las instituciones, que juegue limpio. Que no se levante de debates, que conceda entrevistas a todos los medios, también a los que son críticos. Y quizá de esa manera pueda convencer a los ciudadanos para no elegir el modelo de Vox.
P.- ¿Le parece correcto equiparar a Podemos con Vox?
R.- Yo no tengo que definir ni a uno ni al otro. Desde luego, las cuestiones más radicales y extremas que he escuchado en Podemos sólo se las he escuchado a ellos. Creo que en este sentido, ellos [Podemos] son más perjudiciales para la convivencia. (...) Yo no soy equidistante ante la violencia. Las condeno todas. Y tengo glaro que Podemos es un partido comunista, y que eso contrae mucha pobreza y miseria.
P.- Si no le dan los números y Vox pone como condición entrar en el Gobierno para prestarle sus votos, ¿qué hará?
R.- Es que a lo mejor me lo pide Ciudadanos. Aún está por ver. Aspiro a tener un proyecto propio. Los candidatos tenemos derecho a reivindicarlo, y creo que se puede conseguir.
P.- ¿Prefiere pactar una abstención con Vox o con el PSOE?
R.- Con este PSOE tengo poco que pactar. Es un partido que sólo ha mentido, que se ha pretendido adueñar de la sanidad pública, que pretende subir los impuestos. ¿Qué tenemos ahí que pactar?
A Gabilondo la campaña le ha sentado francamente mal. Se levanta de una manera y se acuesta de otra"
P.- ¿Ya no tiene buena relación con Ángel Gabilondo?
R.- La campaña le ha sentado francamente mal. Se levanta de una manera y se acuesta de otra. Cada día promete algo diferente. Eso le deslegitima.
P.- Pablo Casado rompió con Vox hace meses. Entre otras cosas, les acusó de hacer "populismo antiliberal". ¿Suscribe ese discurso?
R.- Nunca me he manifestado ni a favor ni en contra de Ciudadanos o de Vox en este caso, porque los tres partidos firmamos una coalición, dos dentro y uno fuera. Y ahí caminamos hasta que nos fuimos a unas elecciones porque un partido sobrerrepresentado y en caída libre estaba con el PSOE buscando cada vez mayores alianzas, y yo me oponía. Respecto a Vox, tengo puntos en común y en otras cosas diferimos. Yo aspiro a tener mi propio proyecto en libertad, mi espacio y mi mayoría.
P.- Pero le preguntaba si suscribe el discurso de que Vox es un partido "populista" y "antiliberal".
R.- Es que yo no soy Pablo Casado. No se presenta Pablo Casado a estas elecciones. No tengo que hablar constantemente de los demás partidos. Tengo pocos días, tengo el proyecto que tengo, y tengo un mensaje muy claro para los madrileños.
Yo no soy Pablo Casado. No se presenta Pablo Casado. No tengo que hablar constantemente de los demás partidos"
P.- ¿Con quién se sintió más cómoda en el Gobierno? ¿Con Vox o con Ciudadanos?
R.- Cada uno tenía su papel. Hubo muy buenos gestores de Ciudadanos. En Vox hubo también diputados que hacían buenas intervenciones.
P.- ¿Incorporará a algunos gestores de Ciudadanos a su equipo de Gobierno?
R.- Desde luego no lo descarto. Quiero un Gobierno con los mejores. No necesito adhesiones inquebrantables, ni que todo sea del Partido Popular.
P.- Ha planteado esta campaña como una batalla contra Pedro Sánchez. ¿Cuándo fue la última vez que habló con él?
R.- He dicho en alguna ocasión que la última vez fue cuando nos impuso el estado de alarma, una llamada, por cierto, muy breve en la que lo dio por supuesto. Pero es cierto que me recordaron que cuando pasó lo de Filomena y el Rey llamó, esa misma mañana lo hizo él también. Desde entonces no he hablado nada más con él.
P.- ¿Cree realmente que Sánchez ha hecho todo lo posible para castigar a Madrid?
R.- Pedro Sánchez ha sido el hermano mayor, el padre que se ha inmiscuido en esta campaña utilizando a sus ministros, que no han dudado en acusar al PP de toda suerte de maldades. Desde marzo del año pasado no ha tomado decisiones relevantes, dejando todo el peso en las comunidades autónomas. Cada decisión que ha tomado el Gobierno, nos ha afectado. Hasta se inventaba acciones contra Madrid porque lo pedía un comité de expertos que no existía. Tanto es así que se ha creado un sinsentido normativo para el que no hay solución cuando decaiga el estado de alarma. Es el presidente del Gobierno de España el que se ha metido en Madrid y el que ha intentado, con el poder que le ha dado Moncloa, entrar en estas elecciones y cambiar el signo político.
¿Qué hago yo a partir del 9 de mayo? Ya no puedo restringir las visitas a las casas, porque son libertades fundamentales. ¿Y qué hacemos con los bares y restaurantes?"
P.- ¿Lo conseguirá?
R.- Por lo que estoy testando, no. El PSOE va a cosechar los peores resultados de su historia.
P.- ¿Descarta que después de las elecciones Sánchez lleve una prórroga del estado de alarma al Congreso?
R.- Es capaz de cualquier cosa. Esta alegalidad en la que estamos sumidos es un sinsentido. ¿Qué hago yo a partir del 9 de mayo? Ya no puedo restringir por ejemplo las visitas a las casas, porque son libertades fundamentales. ¿Y qué hacemos con los bares y restaurantes? Sánchez nos deja a los pies de los caballos. Y sí creo que no quiere tomar decisiones impopulares antes de las elecciones para después forzar los tiempos y que nos tengamos que sumir en un estado de alarma como él quiera, usando el poder de Moncloa para decir que el resto somos unos insensatos por no hacer las cosas como él pretende. Siempre ha actuado así. Pero estas elecciones pueden cambiarle los planes.
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