El tiempo es prácticamente ya escaso para que el PP pueda ir a una sesión de investidura con el voto positivo o la abstención de Vox afianzada, y solo sería compatible si ambos partidos consiguen cerrar un acuerdo este fin de semana. Y es que la decisión, de haberla, debe de trasladarse a la presidenta de la Asamblea Visitación Martínez. Solo hay dos fechas posibles ya para el debate de investidura: el próximo lunes o martes, dejando al menos un día para la votación. El límite es el 6 de septiembre, ya que al día siguiente, para evitar la convocatoria de nuevas elecciones y la disolución de la cámara regional, tiene que haber ya un presidente elegido. De no ser así, la la repetición sería el próximo 25 de octubre y caerían en miércoles.

Desde Vox aseguran a El Independiente que esperan que haya "novedades a lo largo del día" y su exigencia habría pasado de dos consejerías y una vicepresidencia, para corresponder al porcentaje obtenido en las urnas, de un 17,7%, a solo un cargo dentro del nuevo Gobierno como se pedía al principio de las conversaciones. Se desconoce si se sigue exigiendo la cesión de Agricultura u otras competencias medioambientales.

Fuentes de Vox trasladaron a este medio recientemente que este viernes 1 de septiembre era la fecha tope para poder tener las conversaciones algo avanzadas. "De no haber avance", indicaban, "ya será difícil llegar a tiempo". Precisamente hoy se reúne la Diputación Permanente de la Asamblea murciana para votar la convalidación del real decreto autonómico por el cual se prorroga la moratoria urbanística del entorno del Mar Menor, ligada a la legislación regional de protección y reparación de la laguna. Este evento fue señalado a mediados de la semana desde Vox Murcia durante conversaciones con el periódico, y será clave para determinar, si no hay anuncio previo, si tanto populares como ultraconservadores han llegado a algún entendimiento de legislatura. Fuentes del PSOE en la región lo dan por hecho. "Vox apunta a una abstención como muestra de buena fe para el próximo gobierno", intuyen.

Desde el PSOE aproximan una abstención de Vox al real decreto ley como muestra de buena fe para el próximo gobierno. Vox Murcia ve de momento lógico votar en contra"

La votación será importante si Vox escenifica un cambio de posición al respecto y se abstiene o directamente apoya la convalidación. Más siendo el partido más crítico con la norma, de la que ha dicho, entre otras valoraciones, que "desprotege" y "criminaliza" al sector primario y el turístico y no protege el ecosistema. Así se ha posicionado el líder de Vox Murcia José Ángel Antelo antes y después de las elecciones. La norma la promulgaron PP y Ciudadanos con el apoyo del PSOE en julio de 2020. De hecho, la derogación de la ley, y posteriormente el repliegue hacia una mera reforma, ha sido una de las principales condiciones de Antelo para el pacto con Fernando López Miras.

Este decreto fue aprobado por el PP, desde el Gobierno en funciones, a principios de agosto para extender ese plazo que mantiene la suspensión de la concesión de nuevas licencias urbanísticas. Y entre los objetivos clave de esta legislación de urgencia está solventar la polémica abierta alrededor de la moratoria. Hasta ahora dejaba en los consistorios ribereños la aplicación hasta estar concluido el Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca Vertiente del Mar Menor, previsto dentro de la Ley del Mar Menor, y que está muy avanzado, según la Consejería de Fomento.

Fuentes del partido en el territorio indican que "sería lógico que Vox vote en contra de esa propuesta del PP salvo que haya un acuerdo de gobierno en ciernes o muy avanzado". Algo que a priori, desconocen. Sobre el trámite otras fuentes académicas cercanas a Vox opinan que "no es una moratoria nueva, sino una restricción "eternizable" a capricho del consejero de Fomento". "No le da un plazo adicional para que aprueba el plan, sino que se establece sin fechas hasta que el Plan de Ordenación, después de tres años, se apruebe", añaden, considerando que "carece de sentido porque lo que se está protegiendo no es edificable".

Las malas relaciones que han ido configurándose entre López Miras y Antelo estos meses a cuenta de los distintos desencuentros, así como entre los miembros de los dos grupos -el PP niega que sea así-, han desgastado la capacidad de entendimiento. Se apunta a un diálogo en Madrid que estaría ultimándose a raíz de acuerdo entre PP y Vox para apoyar la investidura de Alberto Núñez Feijóo a finales de septiembre. Este jueves El Mundo daba cuenta de ello. El Independiente ya anticipó que en Murcia aproximaban esas conversaciones, aunque en el plano autonómico. Y a día de hoy, López Miras aún no ha llamado a Antelo.

Pese a que los barones, tal y como ha reafirmado hasta la fecha el líder del PP en Murcia, cuentan con "manos libres de Génova para pactar aquello que consideren mejor para sus territorios", en esta ocasión el PP nacional se habría visto obligado a intervenir -más allá de la insistencia que se hizo a María Guardiola para rectificar en Extremadura y no perjudicar la campaña de Feijóo- y a tomar las riendas de la conversación con mucha discreción. Entre Génova y Bambú, la sede de Vox en Madrid, y con discreción. Ambos dirigentes autonómicos, por tanto, esperarían órdenes de los suyos para sentarse, revisar los principales puntos y hacer la foto de la firma previa a la investidura.

Génova, centrada en la investidura de Feijóo, habría utilizado Murcia como moneda de cambio para seguir contando con posibilidades en el Congreso"

Hasta el momento López Miras ha rechazado dar su brazo a torcer como ganador de las elecciones y a falta de dos escaños para la absoluta. De hecho ha defendido que la premisa del PP es que, de requerirse solo una abstención, los gobiernos serían en solitario. Es el caso de Baleares. No el de Aragón o Extremadura. Como antagonista, Vox se instalaba en la negativa a pactar sin que quedara asegurada la representación y la tutela interna del Ejecutivo. Ello basado en la desconfianza generada en los de Antelo tras la experiencia de acuerdo previa en la legislatura anterior. "El PP se saltó el acuerdo de investidura para un gobierno junto a Ciudadanos y gobernó tras la ruptura con tránsfugas del partido", han reiterado desde Vox. Incluido en Madrid voces como Ignacio Garriga y Jorge Buxadé, secretario general y vicepresidente primero de Acción Política.

El giro de Génova, tras emplear Murcia como laboratorio de pruebas electorales previo a las generales, se debe a la dependencia de Vox para, al menos, llegar con cierto respaldo, que no mayoritario, a la investidura encargada por el Rey a Feijóo. Tras aceptarse las "cuatro condiciones" que Abascal puso sobre la mesa para seguir respaldando a Feijóo y sin entrar en el Ejecutivo, de haber opciones, Vox guarda silencio mediático ante la disposición del PP a sentarse con Junts, pese a entrar en contradicción con los objetivos de evitar que la gobernabilidad del próximo gobierno recaiga en los independentistas. Algo que el PP, según confirman fuentes, ha perseguido la oferta al PSOE de seis pactos a aplicar en dos años.

De esto se compromete a trasladar su opinión a Feijóo en su próximo encuentro en el Congreso. En contraste con la actitud incisiva de Bambú, Feijóo cuenta con libertad de movimientos, lo que plantea la más que probabilidad de que exista algún tipo de beneficio para compensar "la generosidad de Vox". Murcia vendría a ser la moneda de cambio.