La noticia saltaba este fin de semana. Una joven polaca de 21 años, de nombre Julia Wendell (aunque también se ha publicado que su primer apellido es Faustyna), aseguraba que ella es Madeleine McCann, la pequeña desaparecida en Portugal en 2007 cuando tenía tres años. Y dice tener pruebas.
Wendell, adoptada, dice que su familia nunca le ha querido hablar de su pasado. Que le han negado los certificados de nacimiento. Que su abuela la ataca cada vez que pregunta. Además, tiene una marca en el ojo, fruto de un coloboma, muy similar a la de la británica.
Pero hay cosas que no cuadran. Wendell tiene, en principio, 21 años. Madeleine tendría ahora 19. Las fotografías también presentan diferencias, como en la zona de la barbilla. Los ojos también son algo más pequeños que los de Madeleine McCann.
"No había oído hablar de este caso hasta que comencé a hacerles preguntas a mis padres sobre mi infancia, ya que tengo poco o ningún recuerdo de eso. Los recuerdos son todos muy borrosos y cuando he tenido conversaciones con mis padres, las cosas no parecen cuadrar y siempre intentan cambiar de tema", ha explicado la propia Julia, en su cuenta de TikTok.
"No me cuadra"
"Sin conocer en profundidad los detalles, no me cuadra. No creo que sea ella", dice a El Independiente Francisco Marco, detective privado y propietario de la agencia Método 3. Él fue quien, junto a un socio, llevó la investigación encargada por Kate y Gerry McCann.
La red de detectives de la empresa intentó seguir la pista de lo ocurrido a Madeleine McCann en Praia da Luz, en el Algarve, la noche del 3 de mayo de 2007. Los hechos que se conocen es que los padres de Madeleine, que veraneaban con unos amigos, fueron a cenar a uno de los restaurantes del complejo donde se quedaban, de nombre 'Tapas'.
Los menores de todos los matrimonios se quedaron en el apartamento número 5A durmiendo. Los progenitores, cada 20 minutos, hacían ruedas de control para asegurarse que todo estaba en orden. En un momento dado, uno de los hombres amigos del matrimonio va hasta la casa, pero no llegó a entrar en el cuarto de la pequeña. La siguiente en el turno era la madre de Madeleine, que en un primer momento ve la puerta más abierta de lo que recordaba. Al entornarla, el viento de la ventana la cerró de golpe, lo que la alertó porque al dejar la casa no estaba abierta. Ahí es cuando entró en la habitación y se encontró con la desaparición de su hija.
Búsqueda de Madeleine McCann
Empezó entonces una búsqueda civil y policial sin tregua. Cada minuto contaba. En plena madrugrada, una amiga de los McCann recordó haber visto a un hombre con un crío en brazos alejarse del lugar de los hechos. Al principio no cayó en la cuenta, pero en cuando se percató lo puso en conocimiento de las autoridades portuguesas.
El papel de la Policía local, como el de Scotland Yard, que participó en la investigación, siempre ha estado en entredicho. Hubo varias hipótesis, algunas incluso que señalaron a Kate y Gerry y al uso de somníferos. Ninguna prueba relaciona hoy en día a los padres con la desaparición de su hija.
La novedad más reciente en el caso es que el ciudadano alemán Christian Brueckner, principal sospechoso de la desaparición y secuestro de Madeleine McCann, fue imputado por las autoridades alemanas a petición de la Fiscalía portuguesa.
El caso de la pequeña Maddie conmocionó al mundo. Los medios de comunicación prestaron mucha atención a lo que pasaba en aquella esquinita de Portugal. Wendell ahora pide una prueba de ADN que corrobore sus deseos. Al investigador español no le cuadra su historia.
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