La estela del Consejo Fiscal en el que ayer el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, desginó a Dolores Delgado fiscal de Memoria Democrática no parece que vaya a ser corta. Este viernes hasta cinco históricos fiscales de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) -a la que pertenecían tanto Delgado como Ortiz- se han dado de baja. Una cascada de salidas que gran parte de la carrera vive con estupor por lo que dicen ha sido la "degradación" del Ministerio Público.
La fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, el fiscal jefe de Salamanca, Juan José Pereña, el que fuera fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, el fiscal del Tribunal de Cuentas, Carlos Castresana, y la fiscal de Madrid Lorena Álvarez han pedido salir este viernes de la UPF, según confirman fuentes fiscales.
La carta que Lastra ha dirigido a la secretaria de la asociación, Inés Herreros, le reprocha no haber atendido a los asociados en toda esta polémica. "No te oculto que, hace ya tiempo, día a día me he ido sintiendo más ajena a la derivada que ha ido tomando esta asociación, cada vez más centrada en la 'lucha funcionarial' que siempre caracterizó a las otras asociaciones de fiscales y en la búsqueda del 'progreso personal' de algunos, despreocupados por el diseño de una verdadera carrera profesional", dice una carta que se ha distribuido a los miembros del Ministerio Público.
A pesar de estas discrepancias y de que la asociación "iba cayendo en picado en el descrédito", continúa la jefa de Madrid, se resistía a darse de baja. "El -a mi juicio- lamentable espectáculo que nos ha brindado el Consejo Fiscal celebrado ayer -no por esperado menos doloroso- precedido de un clamoros silencio cómplice del Secretario que diriges durante los días previos, ante una situación que para mí no tiene encaje posible en esos principios democráticos que creía comunes, ha rebasado todas las líneas rojas".
Con esta petición, Lastra abandona la UPF a la que ha pertenecido los últimos 30 años de su carrera. "No puedo dejar de imaginarme a muy queridos compañeros como Serafín Zarandieta, Juanjo Martínez Zato, Jesús Vicente Chamorro, Miguel Miravet, Miguel Gutiérrez Carbonell o Pepe Jiménez Villarejo revolverse en sus tumbas. ¿De verdad era necesario llegar a esta situación?", se pregunta.
Para muchos compañeros que García Ortiz ascendiera este jueves nuevamente a la que fue su antecesora a un puesto en el que algunos ven incluso incompatibilidad por el trabajo de su pareja es un acto imperdonable. Delgado tras renunciar al cargo de fiscal general debía regresar a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, pero en el primer Consejo Fiscal, García Ortiz la elevó a la máxima categoría de la carrera y la convirtió en fiscal de Sala del Tribunal Supremo. En el tensísimo Consejo Fiscal celebrado esta semana dio un paso más y la colocó al frente de la nueva fiscalía creada por el Gobierno para defender la Memoria Democrática y los Derechos Humanos.
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