"Haced llegar este mensaje a toda vuestra gente por favor: Ahora que ya se ha tenido tiempo de valorar nuestra acción reposadamente, os he de decir que me están pidiendo que os felicite.... aunque hayan negado vuestra presencia, la afectación que hemos provocado ha sido muy grande: les hemos tocado el orgullo!... os pido una última cosa que debéis cumplir al pie de la letra: borrad todos los chats, fotos, capturas de pantalla (donde salgan nombres de compañeros) y los contactos específicos que hayáis hecho para esta acción. Nunca hemos estado allí y olvidad que nos conocemos".

Este mensaje podría resumir a la perfección la investigación a 'Tsunami Democràtic' que se sigue en la Audiencia Nacional y en la que el juez Manuel García Castellón ha apuntado esta semana como máximo responsable al expresident Carles Puigdemont. Unas pesquisas en las que se ha logrado encontrar algún mensaje "especialmente revelador" como este a la vez que se ha acreditado que se cumplió el encargo porque falta gran parte del puzle de lo que ocurrió, gracias a los borrados masivos y a las comunicaciones encriptadas. Y para muestra un botón porque la Guardia Civil no ha sido capaz de acreditar quién es el autor de este recado.

En el sumario de la causa que se lleva instruyendo desde 2018 --buena parte bajo secreto-- hay referencias más explícitas a Puigdemont y otras en las que la Benemérita saca sus conclusiones. De lo que sí hay constancia, por ejemplo, es de que al líder de Junts que ya estaba fugado en Bélgica no le gustó la actitud que estaban mostrando los suyos entonces. En una conversación entre él y el empresario catalán Josep Campmajó Caparrós, el segundo dice: "Ayer estuve nuevamente en primera línea. Tanto en BCN como en GRN. Mi gente bien destruida". Y añadió: "O tú y 'Tsunami' tomáis el control o tendremos que comenzar a gestionar el precio de las bajas".

Puigdemont contestó: "Intentamos que el Gobierno se ponga las pilas". "President... Los diputados están cagados. La gente les pasa por encima. El Govern está acojonado...", replicó Campmajó. "Cierto. Y eso no es bueno", sentenció el primero.

Esa conversación terminó con el líder de Junts explicando desde su estancia en Bélgica cómo se veía desde allí la situación en España: "La imagen exterior no es tan dramática como se ve en el interior. De momento, la opción generalizada es que hay una reacción de indignación por unas sentencias escandalosas y que los disturbios son importantes pero que no alejan de lo que son ahora las protestas en las grandes ciudades del planeta. El problema puede venir si hay algún muerto, da igual de qué lado. Eso sería muy duro, y confirmará lo que siempre he dicho (y que me llevó a decidir ir al exilio): perdemos”, escribió.

El juez cree que él sabía del origen desde mucho antes que se presentara la plataforma que coordinó los disturbios en Barcelona tras la condena a los líderes del 'procés' en octubre de 2019. "El lunes 26 de agosto se dará a conocer los perfiles de la campaña de 'Tsunami Democràtic' como respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo. Supongo que desde Ómnium informarán directamente al presidente Puigdemont. Te lo avanzo para que tenga constancia", le dijo el trabajador del periódico La Directa, Jesús Rodríguez Sellés, al jefe de la oficina de Puigdemont en Waterloo, Josep Lluís Alay. Ambos están investigados por delitos de terrorismo.

La Guardia Civil comprueba que, efectivamente, el día del lanzamiento en redes sociales el perfil de Puigdemont tuitea su apoyo.

La reunión en Ginebra

Uno de los puntos del calendario en los que el juez pone chincheta es el del 30 de agosto de 2019. "En el análisis del calendario del terminal de Josep Lluís Alay desde el que se gestionaba la agenda del expresident Puigdemont, se han hallado diversas citas en Ginebra fijadas", reza el documento.

A ese encuentro en la ciudad donde está afincada Marta Rovira tras su fuga de la Justicia, se desplazaron también la que fuera líder de la CUP Anna Gabriel y el jefe de EH Bildu, Arnaldo Otegui. El juez quiere resolver "el alcance de la responsabilidad de los dirigentes mencionados en la planificación y dirección" de 'Tsunami Democràtic'.

Lo que hace que los investigadores sospechen que alguien movía los hilos desde arriba son, igualmente, una serie de mensajes en los que se habla de un "gran jefe". El periodista Oriol Soler (también investigado) pregunta a un usuario al que no han identificado --"Parecarbasser"-- si "¿el gran jefe sabe un poco quién soy? Es que hablaba con Marina de TD ['Tsunami Democràtic'] y ella tuvo la impresión que no tenía ni idea y yo le dije, of course (sic.). Nada, pura curiosidad".

Este investigado también tiene mensajes en los que habla del "líder". "El líder nos dijo que sí que estaban dispuestos. Nos contestó él en persona pero cuando le hicimos la propuesta del vídeo ya no nos dijo nada más. Solo se me ocurrie ir allá pero yo ahora mismo por temas familiares me es muy complicado. Estamos apretando desde aquí para que conteste", dice. Lo que ocurre es que la Guardia Civil no ha podido saber con certeza a quién se dice porque, nuevamente, los mensajes fueron borrados y ellos tuvieron que recuperarlos.

Por su parte, la defensa de Alay que comparte con Puigdemont, el abogado Gonzalo Boye, ya ha movido ficha en la Audiencia Nacional y ha afeado la "banalización" de la causa, la "criminalización de conductas que no son más que le ejercicio y difrute legítimo de los derechos y libertades" de reunión y manifestación y que investigar por terrorismo unas "protestas ciudadanas por muy masivas o concurridas que hayan sido" es "inimaginable".