La exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal acude este martes de nuevo a la Audiencia Nacional para declarar en la macrocausa relacionada con el comisario José Manuel Villarejo, bautizada como Tándem. La vez anterior lo hizo como imputada, el 29 de junio de 2021 en el marco de la operación Kitchen que sustrajo al extesorero del PP Luis Bárcenas documentación sobre la Caja B del partido. Posteriormente, el juez Manuel García Castellón la dejó al margen, archivó su caso y ha quedado fuera del juicio. Esta vez lo hace como testigo por unos hechos parecidos, centrados ahora en la persecución a Javier Gómez de Liaño, el que fuera abogado del extesorero. Fuentes de la investigación auguran que la exministra puede salir de su comparecencia como investigada, si bien otras voces jurídicas dudan mucho que García Castellón acceda a su imputación.
En su anterior cita con el juez, Cospedal negó que Villarejo despachara información sensible con ella. Se conocían, sí, pero poco más. El comisario ha declarado en reiteradas ocasiones --la última ayer mismo-- que su relación con la exsecretaria del PP era bastante más estrecha. Explicó este lunes como testigo que estuvo con ella al menos "14 o 15 veces" y que él reportaba detalles de "inteligencia". El objetivo, según explicó, era saber todo lo relacionado sobre Gómez de Liaño y el entonces director de El Mundo Pedro J. Ramírez quien estaba publicando información sobre los 'Papeles de Bárcenas'.
Esta suerte de Kitchen-bis es la pieza número 36 de la macrocausa y trata de aclarar si la operación parapolicial que espió y persiguió a Bárcenas para tapar la trama Gürtel hizo lo mismo con su abogado. Para ello aprovecharon supuestamente la conexión de este con el capo de la mafia rusa Zakhar Kalashov, a quien defendía en las mismas fechas que al extesorero entre 2013 y 2014.
Atribuyeron a Gómez de Liaño el cobro de 4 millones de euros en negro por esta vía; investigaron la factura de 30.000 euros con la que la cuñada de Luis Bárcenas pagó la minuta del letrado; buscaron si existía blanqueo de capitales e incluso, según denunció el propio abogado, dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se presentaron en el gimnasio de la secretaria del despacho para tratar de sacarle información.
En la investigación aparece también un Abogado del Estado cercano a Cospedal que, supuestamente, ejerció de lobby para tratar de tambalear todo lo que rodeada al extesorero y hacer de muro de contención para que nada salpicara al PP. El letrado, que es víctima en este procedimiento, considera que la exministra pudo organizar todo este operativo de descrédito hacia él y en su lucha por esclarecer lo ocurrido llegó hasta la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional cuando el juez se negó a llamarla a declarar como testigo.
Por eso, y a pesar de que Villarejo dijo este lunes que ella "estaba al tanto de todo", las fuentes jurídicas consultadas dudan de que Cospedal vaya a terminar como investigada en este procedimiento. Esta ramificación ha sido impulsada tanto por el afectado como por la Fiscalía Anticorrupción que llegó a recurrir el archivo de la causa que García Castellón acordó de forma "prematura", según la Sala.
Los que sí figuran como investigados hasta el momento son otros cuatro abogados: José Aliste, Juan Ramon Moro, José Luis Moreno Cela y Mónica Gil Manzano. El primero, así como Oscar Jiménez Rubia (como testigo) declararon igualmente este lunes. Aliste explicó que hizo de intermediario entre Kalashov y Gómez de Liaño para encaramar su defensa, pero que en ningún momento pasó información de ningún tipo a Villarejo. Jiménez de la Rubia esgrimió que prácticamente no sabía quién era ninguno.
El germen de la causa
Esta pieza 36 se inició a raíz de una investigación en la que está involucrado Halit Sahijtaj, perteneciente al entorno del jefe de la mafia rusa Zahari Kalashov. Un juzgado de Marbella registró su casa el año pasado en el marco de otra causa y allí encontró un grabación en la que tres individuos hablan de un plan para obtener información comprometedora el letrado.
El juzgado de instrucción número 2 de Marbella envió el audio a la Audiencia Nacional y la Policía localizó de quién eran las voces. En este momento, se inició una segunda Kitchen en la que la Fiscalía ha aprovechado para tratar de cerrar algunos flecos que se quedaron pendientes de la primera.
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