La Guardia Civil detuvo en la tarde de este lunes al presunto autor de la muerte de Mateo, el niño de 11 años, que fue apuñalado en Mocejón (Toledo) el domingo. El autor ha confesado el crimen en su primera declaración, según confirman fuentes de la investigación, y ha señalado a los agentes el punto donde dejó el arma del crimen, lugar en el que ahora se está buscando. La detención se produjo después de horas de agonía en el pueblo de unos 5.000 habitantes y un amplio dispositivo de búsqueda.

Pocos detalles han trascendido sobre el sospechoso que supuestamente es un vecino del pueblo, si bien algunos vecinos señalan que vivía en Madrid con su madre. El joven tiene 20 años, según confirman fuentes de la Benemérita a El Independiente, a pesar de que en algunos momentos se especuló con que podía ser también un menor. Además, sufre una discapacidad.

Con todos estos datos sobre la mesa parece descartado que el asesinato tuviera algún móvil relacionado con el yihadismo o con bandas latinas. La delegada del Gobierno, Milagros Tolón, calificó este lunes el crimen de "hecho bárbaro" y dijo que todo el publeo estaba "en estado de shock". Tolón tiene previsto comparecer este martes ante los medios para informar sobre este asunto.

El arresto se produjo en la misma localidad de Mocejón donde la Guardia Civil practicó dos entradas y registros en el domicilio del padre del joven y de los abuelos. Las pesquisas están siendo tuteladas por el Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo y se encuentran bajo secreto de sumario.

El pequeño Mateo

Los hechos ocurrieron cuando el agresor entró en el polideportivo Ángel Tardío por un agujero en la valla cuando el pequeño jugaba con unos amigos al fútbol. El hecho de que entrara por este hueco hizo pensar desde el inicio a los investigadores que se trataba de alguien que conocía bien el pueblo y sabía de este acceso recóndito. El atacante asestó varias puñaladas con un objeto punzante al niño que no pudo huir, mientras los otros niños con los que jugaba sí pudieron zafarse. Supuestamente, el detenido llevaba la cara tapada.

En un inicio se creyó que se había dado a la fuga en un coche, sin embargo, con el avance de la investigación se ha revelado a través de las cámaras de vigilancia de un vecino que este huyó a pie.