El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no logró este lunes el gran acuerdo (y esperado), pero sí alcanzó uno chiquitito que, para algunas de las fuentes consultadas, es el paso hacia el grande. Los veinte vocales no consensuaron el nombre de quién debe ser su presidente, lo que decidieron fue abrir la lista de siete magistrados del Tribunal Supremo que manejaban hasta ahora para el puesto e introducir algunos que generan cierto consenso en ambos bloques como el de Isabel Perelló. Muchos confían en que la reunión que comienza este martes a las 10 de la mañana será la definitiva para lograr llegar con los deberes hechos a la apertura del año judicial que se celebra este jueves 5 de septiembre con la presencia del Rey Felipe VI.

Los nombres que se habían puesto sobre la mesa hasta ahora eran siete: del lado conservador Esperanza Córdoba, Antonio del Moral, Carmen Lamela y Pablo Lucas; y del lado progresista Ana Ferrer, Ángeles Huet y Pilar Teso. Si en las negociaciones en varias fases que se extendieron durante el mes de julio los candidatos finalistas fueron Pablo Lucas (con 10 votos de los conservadores) y Pilar Teso (con los 10 progresistas), ayer las posturas cambiaron y tras varias votaciones las apuestas se centraron esta vez en Carmen Lamela y Ana Ferrer, con los mismos votos.

Los conservadores modificaron su postulante para ajustarse a la condición inamovible de los progresistas y es que la presidencia la ocupe por primera vez una mujer. Y, además, buscan una progresista. Fuentes de este bloque recuerdan que de los 44 años de historia del Consejo, en 38 el presidente ha sido conservador. Pero no es fácil que los vocales elegidos por el PSOE voten a favor de la magistrada que imputó al mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero acusándolo de un "plan premeditado para evitar actuar" en Cataluña durante el referéndum ilegal del 1 de Octubre.

Por eso, Lamela no convence a los tres quintos del pleno, número que obliga la Ley Orgánica del Poder Judicial para elegir al presidente. Tampoco Ana Ferrer, del otro lado, que es miembro de la asociación progresista Juezas y Jueces para la Democracia y que firmó el voto discrepante para sí aplicar la amnistía a los líderes del procés. Teso y Lucas, en cambio, eran a priori los que más unanimidad podían suscitar sin que ninguno de los dos tenga un marcado perfil político. Ambos miembros de la Sala de lo Contencioso-Administrativa han firmado decisiones que afectaban a gobiernos de distintos colores sin distinción. Ella, por ejemplo, a favor de anular el ascenso a fiscal de Sala de Dolores Delgado; él como responsable de rubricar las órdenes judiciales del CNI desde hace años, siendo un gran conocedor de las entrañas del Estado.

En general, los siete togados tienen sobrados méritos para ocupar la silla presidencial y ese es el motivo de que algunos vocales fueran reticentes a abrir este lunes el listado con el que se lleva trabajando desde el pasado 25 de julio. Se llegó a hablar incluso de "vetos" por parte de los conservadores, pero la mayoría de los miembros del CGPJ no quiere que suba el voltaje de sus reuniones y se esforzaron en dejar expresamente escrito, en la nota de prensa que se repartió posteriormente, que la sesión había transcurrido "de forma fluida y cordial con la finalidad de lograr un consenso".

Los vocales elegidos por el PP propusieron desde primera hora de la tarde la posibilidad de ensanchar el listado de candidatos y, finalmente, fue la fórmula mágica para que todos se pusieran de acuerdo en algo. "Hemos modificado las reglas para la elección del presidente, con el objetivo de superar la situación", dice una fuente del CGPJ consultada por El Independiente. "Tal vez este es el paso que faltaba", consideran. A los menos convencidos no les quedó otro remedio que aceptar este extremo al final de la tarde cuando la negociación se había extendido ya casi cuatro horas sin resultados."Se han interpretado las normas de forma un poco más laxa a la vista de la situación de absoluto bloqueo", explica otro.

Según mentadas fuentes, este martes se inicia con otros nombres en el tablero como el de Isabel Perelló que han propuesto los conservadores como nueva candidata progresista y que parece que convence a "algún vocal" de los designados por el PSOE. Esta magistrada forma parte del Tribunal Supremo desde 2009 y en la última renovación del Tribunal Constitucional ya sonó para ocupar un despacho.

La intención de terminar la jornada con una presidenta es "firme". "Será un día importante", asegura una fuente progresista. "Confiamos", dice otra conservadora que asevera que la voluntad es real.

De no ser así el resultado podría ser muy doloroso para la carrera judicial que lamentaría por segundo año consecutivo que el jefe del Poder Judicial que acompañe al Rey en el día grande de la Justicia vuelva a estar en funciones. De hecho, ni siquiera hay consenso sobre quién daría el discurso de apertura del año judicial. Algunas fuentes señalan que sería el actual presidente interino del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, mientras que otras ven más adecuado que lo haga el vocal de mayor edad que está estos días presidiendo las reuniones del CGPJ.