Al Tribunal Constitucional no sólo han llegado 16 recursos de inconstitucionalidad por la Ley de Amnistía de parte de las Comunidades Autónomas y el PP, también ha recibido decenas de peticiones de recusación. "El Tribunal nunca recibió tantos asuntos en tan poco tiempo", dice una fuente del órgano. El pleno apartará la próxima semana al exministro de Justicia Juan Carlos Campo de todos los recursos porque él mismo ha pedido dar un paso al lado. Será el paso previo al "puzle organizativo" que pretenden comenzar a montar a partir de entonces para ir resolviendo las demás recusaciones.

Algunas autonomías gobernadas por la derecha han recusado tanto a Campo como al presidente Cándido Conde-Pumpido y a la magistrada Laura Díez. Lo hacen con el argumento de que el primero se apartó de los recursos que se estudiaron en la última etapa de las alegaciones por la sentencia del procés y si lo hizo entonces por qué no hacerlo ahora; a la segunda la recusan por haber formado parte del gabinete del actual ministro de Justicia, Félix Bolaños. Consideran que por su trabajo en la estructura jurídica del Gobierno puede estar contaminada.

En las últimas horas se ha sumado al carro el expresident Carles Puigdemont que --junto a Clara Ponsatí y Toni Comín, también defendidos por Gonzalo Boye-- han avanzado su intención de recusar al magistrado recién llegado José María Macías por haberse posicionado en público contra la norma del perdón.

Fuentes del alto tribunal señalan que tienen pendiente hacer un estudio interno sobre cómo resolver el asunto de las recusaciones de forma más eficiente y sin que todas tengan que llegar obligatoriamente al pleno. Incluso, aquellas que no tienen ninguna base. Sin embargo, explican que no va a ser con la amnistía cuando aborden este tema porque al tratarse de un asunto tan sensible sí quieren seguir los cauces tradicionales y que se delibere por el conjunto del órgano. "Ese tema se tiene que resolver, con carácter general, pero no es este caso el más adecuado, pues ya plantea bastantes problemas por sí solo", explican.

Una vez Campo se aparte, todas las peticiones de recusaciones contra él quedarán sin objeto y se podrán a repartir las ponencias que le tocaban a él. El número de papel disminuirá y se designarán a otros ponentes para tramitar las demás recusaciones. Las fuentes consultadas en ambos sectores dudan que cualquier otro magistrado tenga que dar un paso a un lado, ni por haber opinado de forma genérica sobre la ley, ni por haber ocupado un puesto anterior. Cómo quede el pleno después de resolver las recusaciones es de vital importancia porque puede modificar la correlación de fuerzas en la que ahora, incluso sin Campo, vence el sector progresista.