El entramado empresarial de cada uno de los integrantes de la presunta organización criminal, que tenía a sueldo al Policía Antiblanqueo detenido en Madrid con millones emparedados en su casa, está suponiendo todo un reto para los investigadores que deben esclarecer la ruta del dinero después del narcotráfico. Tres de los socios de este inspector jefe, Óscar Sánchez Gil, se escondían bajo sociedades de frutas, inmobiliarias, asesorías fiscales y hasta una empresa de ropa. Uno de ellos, Juan Ángel C. formaba parte de hasta 17 compañías en activo, mientras que en la vivienda de otro, de Eduardo M., se encontraron un Lamborghini y varios Mercedes y BMW.

El primero de ellos Juan Ángel C. no pudo ser detenido por la Unidad de Asuntos Internos (UAI) y la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional que llevaron a cabo los arrestos el pasado 6 de noviembre. Fuentes de la investigación sospechan que está fugado en Dubái, donde también creen que pueden estar los dueños de Abadix Fruits S.L., la empresa que traía el contendor con 13 toneladas de cocaína que fue incautado en el mayor alijo llegado a un puerto español en la historia del narcotráfico. La vivienda de Juan Ángel C., en cambio, sí que se registró.

Él consta como administrador único de casi una decena de empresas y como socio de otras ocho más. Se trata de compañías que se dedican a la venta de ropa y calzado al por mayor, a la promoción inmobiliaria, a la creación de páginas web, a la instalación de obras de construcción, a la gestión empresarial, etc. Algunas de ellas no han presentado cuentas ante el registro mercantil o llevan algunos años inactivas, pero tienen un capital social de alrededor de 3.000 euros. La empresa textil, por ejemplo, se encuentra ubicada en la misma dirección que una asesoría fiscal que también poseía este capo. Dicha compañía de ropa presentó resultados en 2023 y facturó 53.000 euros, si bien tiene una deuda de 100.000 euros, que puede tratarse de préstamos bancarios.

El segundo de los socios, Eduardo M., está vinculado al sector frutícola. La compañía, que regenta con su hermano, se dedica a la venta al por menor y al por mayor de frutas, verduras y hortalizas tanto frescas como congeladas. Su ascenso ha sido meteórico. En 2017 ganaron 120.000 euros, mientras que en 2022 rozaron el medio millón. Entre 2017 y 2022 el incremento es del 700%. Tanto esta empresa como otra en la misma línea que compartía con su familia tienen deudas tributarias.

Los agentes registraron su espectacular vivienda en la urbanización de Santo Domingo - Algete, al norte de Madrid. Allí incautaron varios coches de lujo que se pueden ver en una serie de fotografías que se han filtrado de la operación.

Como desveló El Independiente, el tercero de los socios es Ignacio T.D. a quienes citadas fuentes sitúan como "cabecilla" de la organización criminal. Él se reunía en los palcos del estadio Santiago Bernabéu para hacer negocios con el inspector jefe Óscar Sánchez, y poseía una empresa de reputación online. En su vivienda no encontraron prácticamente dinero en efectivo, así que los investigadores creen que debe tenerlo escondido en "algún lugar".

Todos ellos comparten el mismo perfil de hombres no muy mayores, españoles, trabajadores y con una vida aparentemente normal sin un gran historial delictivo. Ignacio T. D. sí contaba con antecedentes penales por tráfico de drogas, pero en 1999 y "muy leves", explican. Por eso, pudieron estar actuando al menos cinco años.

Asuntos Internos y la Udyco trabajan ahora en desenmarañar el blanqueo de capitales. Desbrozar cómo operaba cada una de estas empresas, cuáles son reales y cuáles son ficticias y quién más puede estar involucrado en la trama. La Policía registró también una asesoría fiscal que les ayudaba en su tarea de lavar dinero negro.

Parte del negocio creen que puede estar transformado en criptomendas que están rastreando, y otra parte se blanqueaba a través de licencias VTC que encontraron en casa de la cuñada de Óscar Sánchez. Tanto ella como su esposa, que también era policía, fueron detenidas y enviadas a prisión provisional por el Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional.

Dos fases

La investigación que se judicializó a raíz de una querella de la Fiscalía Antidroga en junio de este año se desarrolló en dos fases. Por un lado, la 'operación Machala' que interceptó el 14 de octubre el cargamento de plátanos que traía, en realidad, el polvo blanco escondido. El nombre de esta ciudad de Ecuador bautiza el operativo en el que sólo se arrestó a una persona, los otros dos miembros relacionados con Abadix Fruits S.L. consiguieron fugarse.

La Fiscalía Antidroga tenía perfectamente claro que este contendor estaba ligado con el policía de Antiblanqueo que, encima, había "ayudado" a su incautación. Pero los agentes dejaron que pasaran tres semanas muy valiosas para poder terminar de atar toda la información. Los tres socios y el resto de implicados se relacionaron entre sí y "se vincularon al contendor" ellos mismos. Fue entonces cuando se desarrolló la 'operación Augur' con 15 detenciones y 27 registros en toda España, que sigue bajo secreto de sumario en la Audiencia Nacional.