El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha llegado al Tribunal Supremo un cuarto de hora antes de la hora en la que está citado a declarar por la filtración sobre el caso del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. A su entrada en el órgano un pequeño grupo de ciudadanos le ha increpado entre gritos de "dimisión" y "a la cárcel".

García Ortiz ha llegado en coche y ha accedido por la puerta principal del alto tribunal, por la que entran las autoridades. Está ataviado con un traje gris y una corbata con la balanza de Justicia. Le ha recibido el fiscal de Sala de lo Penal Javier Huete. La otra opción que tenía y que no ha utilizado ha sido la entrada lateral por la que suelen entrar los investigados, los abogados, los testigos o la que usó la fiscal Superior de Madrid, Almudena Lastra.

No ha hecho manifestaciones a la prensa y tampoco está previsto que las haga a la salida de su declaración. Es la primera vez que un fiscal general del Estado está imputado en un procedimiento penal.

El jefe del Ministerio Público comparece ante el magistrado Ángel Hurtado después de que así lo hicieran más de una decena de testigos, incluida la fiscal superior de Madrid Almudena Lastra; el jefe de gabinete de Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez; el exlíder del PSOE de Madrid, Juan Lobato; dos jefes de prensa de la Fiscalía y varios periodistas.

No obstante, García Ortiz es el primer investigado en esta causa en acudir al Supremo. Está previsto que este jueves lo haga la fiscal provincial de Madrid y el 5 de febrero el teniente fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General. Al comparecer como investigado, podrá acogerse a su derecho a no declarar o elegir si contesta solo a su defensa o a todas las acusaciones.