Lo que diga Jésica Rodríguez este jueves en el Tribunal Supremo es de gran relevancia tanto para la instrucción del 'caso Koldo' como para la defensa del exministro de Transportes José Luis Ábalos. La que fuera su pareja durante varios meses mientras él era todopoderoso hombre del Gobierno acude por primera vez ante el juez Leopoldo Puente y su versión será, por primera vez, escuchada. Por mucho que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha plasmado su relación con el exministro en varios informes, ella siempre ha permanecido al margen del foco mediático. Hasta hoy.

El instructor del caso de corrupción que salpica a una parte del Gobierno va a escuchar hoy tanto a Rodríguez como al socio preferente de Víctor de Aldama, Alberto Escolano, a quien guardaba en su teléfono móvil como "hermano". Ambas declaraciones son relevantes y pueden cambiar el curso de la investigación. Escolano --que hoy acude como testigo, pero está imputado en la Audiencia Nacional-- porque puede apuntalar la versión de su amigo o, por el contrario, bifurcar su camino de defensa y contradecir al "nexo corruptor"; y Jésica Rodríguez porque está citada como testigo, pero nadie descarta que pueda salir como imputada si se confirma que fue partícipe del presunto cohecho.

La joven está citada a las diez de la mañana y uno de los puntos clave de su testifical será todo lo que rodea la lujosa vivienda en Torre de Madrid, en Plaza España, donde vivió desde marzo de 2019 hasta el mismo mes de 2022. El piso fue pagado, precisamente, por Escolano a través de una sociedad y abonaron durante años una mensualidad de 2.700 euros.

La Fiscalía Anticorrupción cree que estos pagos forman parte del delito de cohecho por el que los empresarios trataban de agasajar al exministro que, a cambio, tenía la capacidad de regarles con contratos. Otro de los vértices de la declaración consistirá en conocer si Jésica Rodríguez era, verdaderamente, amiga del asesor de Ábalos Koldo García o si fue contratada cuando ejercía la prostitución. De confirmarse este último extremo podría desmentir la versión de Koldo y de Ábalos, que sostienen que era una amiga y que le pagaron la vivienda por ese vínculo emocional, y agrandar el perímetro de la corrupción, pues se podría investigar de dónde provino el dinero con el que se pagó a Rodríguez.

Ella acompañó al exministro a varios viajes oficiales, pero según el investigado siempre lo hizo en calidad de pareja y sin cobrar por ello. Koldo sostuvo ante el juez Puente que la joven estaba en una situación de "emergencia" habitacional y que Escolano se ofreció a que se quedara en un piso que tenía alquilada la red de empresarios. A preguntas del instructor, Koldo reconoció que lo que iba a ser una estancia provisional terminó alargándose en el tiempo.

Rodríguez estuvo, además, contratada a través de Ineco (empresa que depende de Transportes) en el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) ejerciendo de trabajadora para Joseba García, el hermano de Koldo. En las conversaciones intervenidas en el Whatsapp de este último se ve cómo en abril de 2020, ambos hablan del salario que ella está percibiendo de unos 1.173 euros: "A mí me debe de haber bajado el sueldo a percibir porque al hacerme indefinida me habrán subido el IRPF" "Estos rojos comunistas. Que se llevan nuestros dineros", llegó a decir.

El juez investiga si esta contratación se amañó y se hizo ejerciendo la influencia del ministro sobre las empresas públicas. Koldo dijo ante el juez que ella estaba "preparada" y que hubo más candidatos, pero reconoció que la eligieron por ser persona de "confianza" para llevar "el tema de Joseba".

Además, este jueves pasarán por delante del instructor los empresarios Manuel Salles, José Ruz y Manuel Contreras. Aldama asegura que varias constructoras pagaban comisiones opacas al Ministerio de Ábalos para amañar concursos.