En el Tribunal Supremo recelan de la versión que este miércoles ofreció la exasesora de Moncloa y actual 'número dos' del PSOE madrileño, Pilar Sánchez Acera, en el caso que mantiene imputado al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, según explican fuentes jurídicas. El hecho de que Sánchez Acera recordara detalles de ese día, pero no quién le envió la carta de la pareja de Isabel Díaz Ayuso ha sido recibido con desconfianza en la sede judicial en la que tratan de esclarecer si se cometió un delito de revelación de secretos cuando se difundió la confesión de Alberto González Amador (pareja de la presidenta madrileña) que terminó en la prensa.

Sánchez Acera siguió ayer dos líneas fundamentales: no apuntar a ningún miembro del Gobierno y no disparar tampoco contra la Fiscalía. El juez Ángel Luis Hurtado la había citado para aclarar por qué ella la mañana del 14 de marzo remitió al diputado en la Asamblea de Madrid Juan Lobato una carta que iba adjunta en un email interno del procedimiento contra González Amador. "Sácasela en la pregunta. Un 'quién miente señora Ayuso, usted o su novio?'. La imagen con la carta es potente", le sugirió esa mañana.

La exasesora de Moncloa explicó que ella sólo tuvo acceso a una imagen donde no figuraba el destinatario y que, en ningún momento, accedió al email completo; que sólo compartió esa información con Lobato y que no recibió ninguna orden del Gobierno para hacer llegar al exlíder de los socialistas madrileños ese detalle. Su actuación se enmarcó en las funciones de secretaria de política institucional del PSOE de la capital que tenía en ese momento.

Sin embargo, distintas fuentes jurídicas consideran que la declaración estuvo trufada de inconsistencias porque dudan de que Sánchez Acera pudiera actuar sola en esta cuestión, cuando entonces era jefa de gabinete de Óscar López que, a su vez, era jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Varias veces fue preguntada si Sánchez conoció todo este vaivén de información lo cual negó continuamente la testigo.

Además, dichas voces destacan que el que fuera secretario de Estado de Comunicación Francesc Vallès también comentó un hecho al que dan importancia y es que la misma tarde del 13 de marzo Sánchez pidió en el Congreso de los diputados la dimisión de Ayuso. "Sean ustedes también coherentes con lo predican, señoría", dijo dirigiéndose al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, "ustedes hace meses pidieron la dimisión de la directora general de la Guardia Civil, la señora María Gámez, por un caso que afectaba a su pareja y que posteriormente fue archivado. Le exijo señoría que pida la dimisión de la señora Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid. Que tenga coraje, que sea valiente aunque eso le cueste el puesto como al señor Casado", le espetó.

Vallès explicó que él no tuvo acceso a ningún mail de la causa y que lo sólo se enteró por la prensa, además de que estaba centrado en las elecciones catalanas, pero también añadió que el asunto de González Amador formaba parte de la comunicación del Gobierno y que el día 13 estaban "alerta" y se "alinearon en la estrategia", señalan tres voces distintas presentes en el interrogatorio. Por eso, algunas fuentes recalcan la importancia que tiene este hecho para el instructor del Supremo puesto que pone contexto a la situación política en la que se desarrolló la presunta revelación de secretos.

A esto se suma las suspicacias que ha generado el hecho de que Sánchez Acera haya reconocido que también cambió de móvil y que ya no conserva las comunicaciones que se intercambió en ese momento. Ella ha precisado que cambió de teléfono al abandonar su cargo en La Moncloa en septiembre del pasado año y que en ese proceso se eliminó la información que almacenaba por seguridad ya que contenía detalles de su anterior cargo en el gabinete de Presidencia del Gobierno. Las acusaciones le han preguntado si guardaba, al menos, la anterior SIM, que también cambió cuando su teléfono se reflejó en un informe de la Guardia Civil, y si estaría dispuesta a entregarla en el Supremo. Ella contestó que así lo haría si el juez se lo requería.

De momento, el magistrado Hurtado no lo ha considerado pertinente, pero ninguno de los consultados se atreve a descartar que en las próximas semanas la 'número dos' del PSOE madrileño pueda terminar imputada a resultas de lo que de su declaración pueda contrastarse con lo existente en el sumario. Voces de las acusaciones son claras: "Es evidente que ha mentido".

A su vez, otras fuentes destacan un detalle más del interrogatorio. La teniente fiscal del Tribunal Supremo, María Ángeles Sánchez Conde, que hasta el momento se había mantenido sin preguntar en prácticamente todas las declaraciones a la espera de resolver si el registro del despacho del fiscal general era legal, ha enseñado una carta a Sánchez Acera para ver si la reconocía. La actual asesora del ministro López ha contestado afirmativamente y al juez le ha interesado esta cuestión, puesto que esa carta no es la misma que supuestamente llegó al email de García Ortiz la noche del 13 de marzo.