ETA

El PSE confía en que el patinazo de Otxandiano movilice a los suyos y corte el ascenso de Bildu

El candidato soberanista no solo no condenó ETA, sino que no la reconoció como una organización terrorista | Los socialistas creen que esas palabras pueden determinar el voto de los indecisos, en varias direcciones: 'despertar' a sus votantes (y también a los de Podemos y Sumar), ayudar al PNV en su pugna con la izquierda 'abertzale' y hacer que los electores de mediana edad con "memoria" de lo que fue la banda se alejen de los de Otegi

Zapatero se vuelca con la amnistía y con la defensa de Sánchez: "No he conocido su fortaleza en ningún líder político"

El expresidente subraya que la medida de gracia es "paz" y es un "test para la democracia": "A España le va a sentar muy bien" | Describe al actual jefe del Ejecutivo como un hombre de "acero inoxidable", muy "resistente" y "valiente" | El etarra 'Thierry' pidió hablar con él para detener una matanza, pero se negó para no sucumbir al chantaje de la banda

Más información sobre ETA

Euskadi Ta Askatasuna (ETA) es una organización terrorista fundada el 31 de julio de 1959. Nacida tras la escisión de una parte de las juventudes del PNV, que consideraban que se debía elevar la presión contra la opresión de la dictadura franquista contra la identidad y los símbolos vascos, durante su etapa de violencia armada provocó 879 muertos y decenas de miles de heridos. La organización anunció el 11 de octubre de 2011 el cese de su actividad armada y escenificó su desarme el 8 de abril de 2007. ETA aún no ha anunciado su disolución.

Surgida como una organización que se autoproclamó independentista, abertzale, socialista y revolucionaria, a lo largo de su historia ha sufrido numerosas escisiones en su seno. Así, durante años ETA mantuvo dos corrientes, ETA Político-Militar (ETA P-M), la mayoritaria, de origen obrero y que supeditaba la violencia a la lucha política, y ETA Militar (ETA-M). La primera de ellas, renunció al uso de la violencia en 1982 y se disolvió como organización para integrarse en la formación política Euskadiko Ezkerra. Desde entonces sólo ha perdurado ETA militar.

Su objetivo de constituir una Euskal Herria independiente como un estado socialista, abertzale y revolucionario ha contado con el respaldo de una parte de la izquierda abertzale. El llamado ‘brazo político’ de ETA, conformado por la Izquierda abertzale, se constituyó desde la creación de Herri Batasuna en 1977 y sus numerosas marcas posteriores. El entorno afín a ETA ha contado con una compleja estructura de apoyo tanto de carácter sindical (LAB), mediático (Egin, Gara) como juvenil (Jarrai, Haika, Ernai).

Los centenares de atentados y asesinatos cometidos por ETA se dirigieron inicialmente contra representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para extenderlos posteriormente a otros ámbitos como la política primero y la judicatura, el empresariado o los periodistas después. ETA cometió gran parte de sus atentados con la colocación de coches bomba, los disparos a quemarropa o el envío de cartas bomba. Junto a ello, la amenaza y la extorsión, y el secuestro se convirtieron en parte de su acción terrorista. Se estima que extorsionó a cerca de 10.000 empresarios.

A lo largo de su historia, el rechazo a la acción criminal de ETA se fue intensificando en la sociedad vasca y española. El temor inicial se superó en gran parte gracias a la actuación de movimientos cívicos (Gesto por la Paz, ‘Basta Ya’), los procesos de asilamiento del entorno de apoyo social y política de ETA (Pacto de Ajuria Enea, Pacto de Lucha Antiterrorista, Ley de Partidos) y la movilización social, es especial tras atentados como el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco en julio de 1997 o el secuestro de José Antonio Ortega Lara.  

La batalla policial, la colaboración de Francia –durante años convertida en refugio de los terroristas- y la presión social contra el entorno de la izquierda abertzale debilitaron no sólo la estructura de la propia organización sino también su respaldo en la sociedad vasca.  

En febrero de 2018 ETA aún está activa como organización terrorista. Se anuncia su posible disolución para este año. Entretanto, el debate del relato sobre lo sucedido se convierte en el nuevo pulso para cerrar la profunda herida que casi medio siglo de dolor ha dejado en nuestro país. ETA tiene casi 300 presos en sus cárceles y 379 asesinatos por esclarecer.