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sobre Guerra Civil Española
La Guerra Civil Española es una guerra interna desarrollada en España que se desarrolló entre 1936 y 1939.
Desarrollo de la Guerra Civil Española
España se dividió en dos bandos: el bando republicano y el bando sublevado (también llamado «bando nacionalista» por ellos mismos).
El bando republicano estaba integrado por los partidarios del entonces gobierno, que era la Segunda República. En aquel entonces, estaba en el gobierno Frente Popular, una coalición de bandos republicanos (Izquierda Republicana y Unión Republicana) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). A ellos se sumaron el Partido Comunista de España (PCE), el POUM y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). A este bando lo apoyaron tanto el movimiento obrero como los sindicatos UGT y CNT.
El bando nacionalista estaba integrado por aquellos que se levantaron contra el gobierno. En él se encontraban Falange Española, los carlistas, los monárquicos alfonsinos, los votantes de CEDA, la Liga Regionalista. Aunque el Papa nunca se pronunció en favor de un bando u otro, algunos obispos manifestaron su apoyo por el bando sublevado, debido a la persecución a la Iglesia que se experimentó en zonas donde el bando republicano era predominante.
La Guerra Civil Española tuvo importantes consecuencias económicas (una crisis que duró décadas) y políticas. La consecuencia política de esta guerra, que finalizó el 1 de abril de 1939, fue la victoria del bando nacionalista y la llegada de Francisco Franco al poder.
De las numerosas batallas que acontecieron en la Guerra Civil Española, caben destacar: la Batalla de Brunete, la Batalla del Ebro, el sitio del Alcázar de Toledo y la Batalla de Madrid, siendo esta última la que finalizó la guerra.
La Guerra Civil Española en la actualidad
Tras la llegada de la democracia a España en 1975, con la muerte de Franco, la Guerra Civil Española ha estado aún muy presente en el panorama político español. Cabe destacar la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, donde fue enterrado inicialmente, o la Ley de Memoria Histórica, que pretendía tomar medidas para paliar los daños causados en la guerra. Entre las medidas que estipulaba esta ley, se encontraba la retirada de nombres (en calles, vías, plazas, etc.) susceptibles de herir la sensibilidad de los españoles y familias de las víctimas.