La búsqueda de una tierra prometida ha dado hoy un salto de gigante. Científicos de la NASA han anunciado el descubrimiento de un sistema de siete planetas girando en torno a la cercana estrella TRAPPIST-1. Todos podrían albergar vida. Nunca antes se habían encontrado tantos planetas similares a la Tierra girando alrededor de una misma estrella.
En mayo del año pasado el cazador de exoplanetas belga Michaël Gillon, de la Universidad de Lieja, detectó tres planetas rocosos en las cercanías de las estrella enana ultrafría TRAPPIST-1, localizada a 39 años luz del Sol, en la constelación de Acuario. Lo hizo usando el telescopio TRAPPIST (Telescopio Pequeño para Planetas en Tránsito y Planetesimales), situado en el Observatorio Austral Europeo (ESO), en el desierto de Atacama, en Chile. Todos estos planetas cumplían las condiciones necesarias para la existencia de agua en estado líquido, imprescindible para la vida tal y como la conocemos.
A raíz de este hallazgo amplió la investigación usando el telescopio espacial Spitzer de la NASA, con el que encontró cuatro planetas más orbitando alrededor de ese mismo sol. El descubrimiento fue de impacto. También todos podían albergar océanos en su superficie. "Es el descubrimiento más emocionante que hemos hecho en los 14 años que lleva Spitzer operando", ha reconocido Sean Carey, coordinador del telescopio en Caltech/IPAC.
“Es insólito encontrar tantos planetas pequeños habitables”, valora para El Independiente María Rosa Zapatero Osorio, investigadora del Centro de Astrofísica (CSIC-INTA), que lleva 20 años estudiando el cosmos en busca de exoplanetas. “En los últimos años se han encontrado muchos planetas del tamaño de la Tierra en nuestra galaxia, pero los hallazgos del equipo de Gillon indican que estos planetas son mucho más abundantes de lo que creíamos”, asegura el astrónomo Ignas A. G. Snellen, del Observatorio de Leiden, en Holanda.
Aunque aún son necesarias observaciones adicionales para conocer las características de los nuevos exoplanetas, todo apunta a que seis de ellos tienen masas similares a la Tierra y están compuestos por rocas. También tienen atmósferas compactas comparables con las de la Tierra, Venus y Marte.
La estrella es tan débil que no se ve a simple vista ni con un telescopio de aficionado
La estrella que orbitan tiene una décima parte de la masa del Sol y emite mucha menos radiación, por eso los planetas están situados tan cerca de ella. Es tan débil que se ve a simple vista ni con un telescopio de aficionado. Las estrellas de este tipo son muy comunes en la Vía Láctea, sin embargo es la primera vez que se detecta un sistema planetario a su alrededor. "Los siete magníficos de TRAPPIST-1 son los primeros planetas del tamaño de la Tierra que se descubren orbitando una estrella de este tipo", subraya Gillon.
El nuevo sistema es muy compacto, plano y ordenado, gracias a un equilibrado baile determinado por la atracción gravitatoria. Los seis planetas internos dan una vuelta a la estrella en 1,5 y 13 días terrestres. En ese mismo periodo de tiempo, el planeta más interno hace ocho órbitas, mientras que el segundo, el tercero y el cuarto realizan cinco, tres y dos vueltas alrededor de la estrella respectivamente.
A pesar de la emoción por encontrar nuevo mundos, el hecho de que un planeta o luna sea habitable no implica que albergue vida. En nuestro sistema planetario, el Solar, hay dos cuerpos a la distancia adecuada de la estrella para poder contener agua líquida, la Tierra y la Luna. Sin embargo, el primero está inundado de agua y repleto de vida y el satélite tiene agua, pero congelada, no tiene atmósfera y es inerte.
El año que viene el telescopio espacial James Webb partirá al espacio para suceder al mítico Hubble en el estudio del Universo. Podrá analizar la composición de la atmósfera, la temperatura y clima de los exoplanetas y dilucidar cuáles tienen agua líquida.
En 1995 los astrónomos Michel Mayor y Didler Queloz descubrieron el primer planeta extrasolar. Orbita alrededor de la estrella Pegasi 51. El planeta se nombró Pegasi 51 b. Desde entonces, el ritmo de descubrimientos ha aumentado a pasos agigantados. "En los últimos diez años estamos descubriendo unos 50 planetas anuales, es decir, un planeta a la semana. De ellos unos 15 podrían albergar vida", calcula Zapatero Osorio.
El más cercano es Próxima b, descubierto en la constelación Centauro el pasado agosto. La mayoría han sido descubiertos por el telescopio Kepler que la humanidad subió al espacio en 2009. Ha contabilizado unos 3000 de los más de mil millones que podría haber en zonas habitables de otros sistemas solares. Sólo en 2016, descubrió un centenar de planetas potencialmente habitables.
Vivimos en una galaxia con miles de millones de estrellas, que a su vez forma parte de otro conjunto de miles de galaxias con otros millones de estrellas. La posibilidad de que haya vida en otros planetas es real, lo difícil es llegar hasta ellos para comprobarlo.
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