Los arañazos y las pantallas de móvil rotas pueden tener los días contados. Científicos de la Universidad de California han conseguido desarrollar un material especial que, aplicado a la cara de los smartphones, consigue que estos se curen solos.
Puede parecer un poco surrealista, pero el equipo de investigadores norteamericanos ya ha hecho su presentación en una de las mayores citas científicas del año en Estados Unidos y sus resultados han sido publicados en Science Daily. Todo está en fase de desarrollo, pero su trabajo se encuentra en una etapa muy avanzada.
Para conseguir este hito, el grupo de científicos liderados por el doctor Chao Wang han creado un elastómero especial muy flexible y transparente. "Cuando era joven era un gran fan de Lobezno, de los X Men", explica Wang a la publicación científica. "Podía salvar el mundo, pero sólo porque se curaba a sí mismo. De ahí salió la idea de crear un material flexible que, al estirarse, volviera a su posición original. Es un proceso similar al que sigue la piel", dice.
"Nuestras primeras investigaciones fueron con una batería de litio que se reparaba sola", afirma el doctor. "Eso lo trasladamos a las pantallas. Cuando un móvil se cae se puede arreglar y así el dispositivo tiene una vida mucho más larga".
La clave para este proceso de auto reparación está en los enlaces químicos de los materiales. Existen dos tipos de uniones entre elementos, los covalentes, que son fuertes y no recuperar su forma una vez rotos, y los no covalentes, que son más débiles pero más dinámicos. Un ejemplo de enlace no covalente está en la unión que forman el hidrógeno y las partículas de agua.
El equipo de Wang, en cualquier caso, se ha centrado en un tipo especial de enlaces no covalentes, que reciben el nombre de interacciones ion-dipolo. A grandes rasgos y sin entrar en demasiados detalles, un ion es una partícula cargada de electricidad formada por un átomo, mientras que un dipolo es un conjunto de dos polos magnéticos de signos opuestos.
"Un enlace así nunca se había usado para hacer un polímero auto reparable", dice Wang. "Pero resulta que funciona bien", explica.
Según las pruebas desarrolladas en el laboratorio de la Universidad de California en Riverside, el material creado por los científicos de la institución tiene una elasticidad muy alta. "El material puede estirarse hasta 50 veces su tamaño original", resalta Wang.
Pero esa no es su funcionalidad más llamativa. Este plástico se puede cortar con unas simples tijeras y dividirlo en dos pero sólo tarda un día en volver a unirse de forma autónoma. No hay que hacer nada, sólo esperar un día. La carga eléctrica y las propiedades especiales del material harán que vuelva a estar unido en ese espacio de tiempo.
Las aplicaciones que este avance puede tener parecen fundamentales si tenemos en cuenta hacia donde se está dirigiendo el sector de los dispositivos móviles. Las pantallas son cada vez más grandes y más sofisticadas, lo que las hace más caras y difíciles de reparar.
Wang y su equipo están en una fase muy avanzada del proyecto, aunque los tiempos en la ciencia son algo más lentos que en otras industrias. Aún así, en muy poco tiempo habremos desterrado las odiosas marcas de caídas y los arañazos de nuestros smartphones. Un problema menos.
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