José Manuel vive con Magdalena en su casa en la Sierra de Jumilla de la que no quiere precisar su ubicación porque ya se han acercado muchas personas preguntando y no quieren más curiosos. Llevan un año viviendo en ella y ya pueden hacer balance. “La casa es más bien cómoda, el espacio es muy abierto, no tiene tabiques y el techo es muy alto, tienes la sensación de tener mucho espacio”, explica. Su casa no es una casa cualquiera, es una casa geodésica que además de ser una casa innovadora es la que encaja en su visión del mundo.
Ellos querían vivir en el campo y hacer la vida a su manera, la casa es un refugio y una herramienta para su modo de vida. “No queríamos vivir en la ciudad y trabajar para pagar el alquiler y vivir siempre al filo a fin de mes porque tienes que pagar mil cosas. Vivir para trabajar y no trabajar para vivir.” Según cuenta, su huerto y trabajos esporádicos en el campo les permiten mantener su forma de vida que es prácticamente gratis y prácticamente sostenible. Para eso se construyeron un casa geodésica que se puede levantar por menos de 60.000, sin el coste del suelo.
Buckminster Fuller en Murcia
Richard Buckminster Fuller (1895-1983) fue un arquitecto, ingeniero e inventor estadounidense cuya máxima preocupación fue mejorar la relación entre los humanos y el medio natural. Crear maneras eficientes de habitar en nuestro planeta. Uno de sus grandes inventos fue la cúpula geodésica.
“Una cúpula geodésica está construida mediante elementos lineales, barras formando una serie de triángulos y esta serie de triángulos al final conforma una la cúpula- explica el arquitecto Pablo Carbonell del estudio Ecoproyecta- la peculiaridad de este sistema es que es que optimiza mucho la cantidad de material que se necesita para cubrir un espacio y te permite cierta prefabricación, el consiguiente abaratamiento de costes y la agilización del montaje”.
Es una casa hecha siguiendo un sistema constructivo de cúpulas geodésicas
Este sistema trasladado al mundo real es una casa geodésica, como la que ha levantado su estudio para José Manuel y Magdalena. No es más que “una casa hecha siguiendo un sistema constructivo de cúpulas geodésicas”, explica Carbonell. Para este arquitecto lo interesante de una casa geodésica es la creación de espacios habitacionales, agradables y amplios a un coste más bajo.
A la idea original de Fuller de los años 50 han añadido la madera como material de construcción y además, apunta, “estamos aportando soluciones bioclimáticas ya que una casa con forma de cúpula funciona muy bien a nivel bioclimático porque el aire se mueve bien ayudando a la ventilación. Son espacios más o menos diáfanos con esa forma suave en la que el aire se mueve bien dentro. Es una de las estrategias importantes a la hora de aclimatar una casa de manera natural. En las casas que hemos construido hemos utilizado un sistema de ventilación a través de pozos canadienses.”
Se trata de unos conductos enterrados que aprovechan la inercia térmica del terreno, “A dos metros de profundidad la temperatura de la tierra la temperatura es prácticamente estable todo el año entre los 15º y 17º, el sistema de pozos canadienses introduce en la casa aire nuevo a la vivienda que en verano está fresco y hace que se pueda prescindir de una instalación de aire acondicionado; mientras que en invierno se introduce aire algo templado de forma que se ahorra en calefacción”, explica. Si a esto le añades una caldera que consume cáscara de almendra, como la que producen los almendros que rodean la casa de José Manuel, el coste de la calefacción se reduce al mínimo.
La construcción con madera
Si las cúpulas geodésicas están formadas de triángulos de igual manera la triangulación se tiene que dar para hacer posible la construcción de la casa geodésica. Alguien que la demande, alguien que la diseñe y alguien que la sepa construir. Es la pata que pone la constructora Maza de Pablo Soler.
Un constructor que apuesta por la madera como “el material más sostenible que hay en construcción, es reciclable, reutilizable, tiene todas las propiedades aislantes térmicas y acústicas, todos los beneficios posibles para una construcción sostenible”.
En España no tenemos cultura de este tipo de construcción así que “teníamos que empezar de cero. En 2012 nos fuimos a Italia a formarnos en técnicas de construcción con madera, ensambles, cerrajes, etc.”, explica el constructor.
Para Soler este proyecto tuvo una complejidad extra a la hora de construirse porque “una cúpula geodésica tiene una gran diferencia respecto a una vivienda normal. Mientras una estructura de hormigón o metálica tiene asentamientos y movimiento aislados, si un pilar se mueve, por lo que sea, es un movimiento aislado, repercute poco en la estructura general de la vivienda, pero en una casa con cúpula geodésica y de madera cualquier movimiento en cualquier parte de la estructura afecta a toda la estructura por igual”.
Para José Manuel, el dueño de la casa, la madera hace a la casa más cálida, “mucho más que si fuera de ladrillo”. Pero hay otra cosa que hace más especial esta casa y es que en la cúpula geodésica de esta casa de la sierra de Jumilla caben los sueños de Buckminster Fuller, los de los arquitectos y constructores y, sobre todo, los de José Manuel y Magdalena.
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