Poner coto a la expansión de enfermedades muy peligrosas como el zika o el ébola no es nada fácil. La transmisión, que habitualmente se produce a través de la picadura de mosquitos, es un proceso al que prácticamente es imposible ponerle coto, por lo que la prevención se antoja el factor más importante. Y para ello es decisivo conocer al virus lo mejor que se pueda.
Pero los científicos tienen complicado analizar estos males antes de que infecten a un ser humano. Por eso Microsoft ha puesto en marcha su Project Premonition, algo así como Proyecto Premonición, que pretende capturar a los portadores de estos males para sacar la información directamente de ellos. La misión tiene sus dificultades, pues no es nada sencillo capturar a los mosquitos en su entorno natural sin que aquél que se dedique a hacerlo acabe infectado.
Por eso Microsoft ha decidido tirar de tecnología y ha creado una serie de drones para que se encarguen del peligroso pero necesario trabajo. Estos dispositivos voladores se encargan de atrapar a los mosquitos y, una vez dentro de sus celdas, los transportan ya muertos hasta los laboratorios, donde se puede conocer mucho más sobre virus que han causado la muerte de miles de personas.
Según las investigaciones del Project Premonition, entre el 60% y el 75% de las enfermedades se originan en animales y se contagian a los humanos, habitualmente a través de la picadura de ciertos insectos. Eso hace que sean muy difíciles de monitorizar.
Proceso de captura
Actualmente existen alrededor de 3.600 especies de mosquitos diferentes, cuya tarea en la naturaleza es bastante incierta. Lo que sí sabemos es que cuando pican a los animales los restos de la sangre de sus víctimas, que pueden ser portadores de muchas enfermedades que no les afectan pero que sí atacan a los humanos, quedan en su sistema y luego acaban transmitiéndose en la siguiente picadura.
Para conseguir analizarlos, por supuesto, hay que capturarlos. Microsoft ha dotado a sus drones de un dispositivo con 64 celdas inteligentes que emiten una luz que atrae a los insectos. Una vez que uno de ello entra dentro de estos bloques el propio dispositivo analiza por el aleteo si puede ser un mosquito o no, y en caso de identificación positiva se activa el movimiento y se cierra la celda.
Ese sistema puede funcionar de manera autónoma durante unas 20 horas y ya se han realizado más de 87 experimentos con ellas en Houston, donde fueron diseñadas, recogiendo más de 20GB de datos.
Cuando son analizados, y ya en un laboratorio, son los científicos los que reconstruyen el ADN para averiguar a qué animales ha picado el mosquito y cuáles son los virus que podría transmitir con su picadura. Así se puede poner coto a las zonas en las que están los virus y saber más de ellos de cara a mejorar la prevención.
La tecnología desarrollada por Microsoft ha contado con la colaboración de investigadores de Microsoft Research, y expertos de las universidades de Pittsburgh, John Hopkins, California Riverside o Vanderbilt. Todos ellos han puesto de su parte para frenar a estas enfermedades tan peligrosas.
El proceso de capturar a los mosquitos no es lo más difícil. Primero hay que identificar el punto en el que se encuentran, pues sus poblaciones tienden a concentrarse en muy poco espacio y a cambiar mucho sus lugares, en función del clima o de la humedad. Es habitual encontrar zonas infestadas y que unos metros más allá la ausencia de ellos sea total.
Por eso los drones de Microsoft lo primero que hacen es localizar lo que califican como hotspots, zonas calientes de población. La labor de los ingenieros de la compañía está ahora enfocada en mejorar la capacidad de estos dispositivos voladores para hacerlos más certeros en estas tareas.
Una vez en el laboratorio los científicos comienzan a producir una enorme cantidad de datos a través de la reconstrucción de la cadena del virus y del portador del mismo. Para ello se sirven de la nube de Microsoft, donde quedan todos almacenados, y de un algoritmo que se dedica a cotejar y a analizar todos los parámetros.
El zika, el ébola o la fiebre del Nilo son enfermedades mortales que la mayoría de países con pocos recursos médicos pueden hacer verdaderos estragos. En diciembre del año 2013 comenzó en Guinea un brote de Ébola que acabó por extender a Liberia, Senegal, Malí o Sierra Leona, pero que también afectó a Estados Unidos, Reino Unido y a España. La OMS llegó a declarar la emergencia de salud pública por la epidemia, que se dio por terminada el 29 de marzo de 2016.
Conseguir que estas epidemias sean cada vez menos frecuentes, pues la seguridad completa y la erradicación son casi imposibles, en países del Tercer Mundo sólo puede conseguirse con recursos y con proyectos como el de Microsoft. Aunque para ello haya que dedicarse a cazar mosquitos con drones. Todo sea por acabar con enfermedades que tienen una tasa de mortalidad que puede llegar hasta el 90%.
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