Ciencia y Tecnología

Ophelia y los incendios provocados

Galicia: entre el huracán y las llamas

Huracán Ophelia e incendios en Galicia | EFE / NASA

Cercada por el fuego en tierra. Amenazada por el huracán en el mar. Galicia ha padecido uno de sus peores fines de semana del año. 28 incendios declarados sólo en la noche del sábado al domingo, cuando las labores de extinción son más complicadas. Cuatro muertos. Todo, cuando se esperaban los vientos procedentes del huracán Ophelia, aún secos, pues la lluvia no ha empezado a hacerse presente hasta la noche del domingo. Cóctel trágico que se suma a las críticas por el despido de los 436 brigadistas que sólo tienen contrato durante el verano. Y un hecho repetido: "son intencionados", sentenciaba este domingo el presidente de la Xunta de Galicia Alberto Núñez Feijóo.



Así ha sido el trágico domingo de incendios en Galicia antes del paso del huracán Ophelia | Vídeo: M.V.,  agencias

 

El huracán Ophelia, con fuerza 3 (de 5) tras su paso cerca del archipiélago portugués de las Azores, se dirige hacia Irlanda y Reino Unido con vientos máximos sostenidos de 165 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos. Aunque el pronóstico situaba el ojo del mismo a más de 1.000 km de la costa gallega, el Gobierno autonómico activaba la alerta naranja por olas de más de cinco metros en el litoral de las Rías Baixas y Costa da Morte.

El viento, de entre 60 y 100 kilómentros por hora, no es precisamente un aliado de las labores de extinción. De hecho se considera el factor más importante en la propagación de un gran incendio. Sólo la lluvia y caída de las temperaturas servirán de alivio desde este lunes.

Lluvia y "bajada de temperaturas impresionantes", asegura María Souto, de Meteogalicia, por lo que "volverá la normalidad» meteorológica para esta época del año".

Lo que no es normal es un huracán en estas latitudes. Formados habitualmente en las aguas cálidas del Caribe, es la primera vez que se da uno de esta intensidad tal al este del Atlántico. Al menos, con los registros en la mano.

Los huracanes se forman al ascender el aire cálido a ras de océano. Se generan bajas presiones (aire que pesa poco) a ese nivel. Los vientos van subiendo en direcciones opuestas (el aire frío gira en sentido inverso y baja), formándose una especie de remolino. La presión va disminuyendo en las capas altas. Para rellenar ese espacio, se empieza a succionar más y más aire cálido de la superficie del océano. Pueden horas o días hasta que la depresión se convierte en huracán. Tan al este y norte del Atlántico las aguas no suelen ser tan cálidas como para que se forme o llegue con fuerza un huracán.

La escala Saffir-Simpson mide el grado del fenómeno. En el caso de  categoría 3, se dan vientos de entre 178 km/h y 209 km/h.

En el mar, el episodio de viento ha mantenido avisos activados hasta el mediodía, mientras que por olas de entre 5 y 7 metros, tendrá el aviso naranja activo toda la jornada en las Rías Baixas y Costa da Morte.

Víctimas mortales

Cuatro personas han perdido la vida en el medio centenar de incendios permanecían activos al final del domingo, con una situación de riesgo real para la población en once puntos repartidos entre las provincias de Lugo, Ourense y Pontevedra.

Unos 350 brigadas, 220 motobombas, cuarenta palas y una veintena de medios aéreos de la Xunta y del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente trabajan desde primera hora en la comunidad gallega para las más 4.000 hectáreas en llamas. Se han producido 146 nuevos focos desde el viernes.

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