Agua caliente, calefacción y cocina, en el hogar o en el negocio son los usos más comunes del gas natural, pero hay muchos más. Mover vehículos, autobuses, trenes o barcos, calentar invernaderos, estadios de fútbol o grandes fábricas y ser materia prima para desarrollar otros elementos es sólo parte de lo que puede darnos.

Como combustible, el gas natural es una de las alternativas más ecológicas a los carburantes tradicionales. Tanto en su forma comprimida (gas natural comprimido) como en su forma líquida (gas natural licuado) es el combustible más eficiente y sostenible ya que conjuga en equilibrio importantes ventajas medioambientales, a través de la reducción de emisiones y de una menor contaminación acústica, y también económicas.

Su uso como combustible para vehículos está extendido desde hace muchos años en diversos países del mundo, especialmente en Latinoamérica, pero también en muchos países de Europa. Un ejemplo es Italia, donde hay más de 1 millón de vehículos con gas; Ucrania (800.000) o Alemania (400.000). En España, las matriculaciones de vehículos de gas natural han aumentado un 133% desde 2015.

Reducir las emisiones

El gas natural vehicular es una alternativa real que está permitiendo mejorar la calidad del aire de las ciudades ya que, se trata de un combustible de emisiones casi cero de NO, NO2 y partículas en suspensión, principales causantes de enfermedades cardíacas y respiratorias en la población. También reducen un 24% las emisiones de CO2, principal gas de efecto invernadero, por lo esta energía contribuye en la lucha contra el cambio climático.

De hecho, una sustitución del 5% del parque de vehículos pesados y turismos de gasolina y diésel por un parque de gas natural en Madrid y Barcelona, reduciría las emisiones de todos gases contaminantes hasta en un 5%, según el informe Contribución del gas a la calidad del aire, elaborado por Sedigas.

Un cambio que ya empieza a calar, por ejemplo, entre los profesionales del taxi. Josefa Maraver lleva cinco años utilizando uno de gas natural. “Quería un coche ecológico por dos motivos: el primero y principal por principios, este aire lo respiramos todos y yo quería poner mi granito de arena; el segundo, evidentemente por cuestiones económicas”.

Quería un coche ecológico para poner mi granito, este aire lo respiramos todos"

Josefa decidió comprarse un híbrido Toyota Prius (eléctrico y gasolina) que adaptó al gas. “Hablé con compañeros que habían llevado sus coches a talleres que se encargan de hacer transformaciones y me decidí a hacer la inversión”. Ahora, Josefa conduce un taxi de gas natural, pero cuenta con electricidad y el depósito de gasolina como alternativas en el caso de que se quedara sin combustible. Una inversión que “en 15.000 kilómetros ya estaba amortizada, puesto que cuando suscribes el contrato con Gas Natural Fenosa te hacen una bonificación y además existen ayudas de las empresas automovilísticas, institucionales y fondos europeos”.

Estación de gas natural de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona).

Los coches con gas natural son más silenciosos. Los motores reducen en más de un 50 % la emisión sonora percibida y vibraciones respecto a los motores diesel y en consecuencia reducen la contaminación acústica y comportan una mejora en la calidad de vida de las personas.

Combustible competitivo

Más allá de las ventajas medioambientales, el gas natural es un combustible muy competitivo desde el punto de vista económico. El coste por kilómetro de un vehículo a gas es un 30% menor que con gasóleo y un 50% menor que el de gasolina. Si repostáramos 20 euros en el depósito de un coche de gasolina recorreríamos unos 383 kilómetros; con uno de gasóleo unos 493 kilómtros; pero con uno con gas natural haríamos 694 kilómetros, casi el doble que con un coche de gasolina. Con 20 euros de gas en el depósito se puede ir de Barcelona a Madrid.

Con las restricciones, cada vez nos resulta más complicado conducir por las vías urbanas"

Este fue el motivo por el que en la Autoescuela Gala decidieron sustituir parte de la flota de diesel a gas natural. “Además del ahorro de costes, otro de los temas que nos impulso al cambio fue la movilidad. Con las restricciones, cada vez nos resulta más complicado conducir por las vías urbanas. Por otra parte es una cuestión de imagen y ecologismo. En nuestra Responsabilidad Social Corporativa está el luchar contra la contaminación”, confiesa Miguel Ángel Blanquez, director de Autoescuelas Gala.

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Si los particulares quieren comprar un coche que funcione con gas natural, los principales fabricantes automovilísticos disponen de modelos a gas natural y motores bi-fuel que pueden funcionar alternativamente con gas natural y gasolina. Josep Castelltort es un particular que conduce desde hace años y por principios un coche a gas natural. “Somos ecologistas, vivimos en una masía entre Pons y Oliana, en la carretera de Andorra. Tenemos placas para producir corriente eléctrica, además, la calefacción y el agua sanitaria la producimos con pellets elaborados a partir de serrín seco sin aditivos. Nos decidimos por el coche de gas natural porque es el que menos contamina, también es cierto que resulta más barato”. En la zona que vive Castelltort cuenta con tres estaciones de servicio para repostar. “Y en Barcelona hay unas cuantas también, no tenemos ningún problema a la hora de repostar”.

Si te soy sincera, me gustaría tener un surtidor de gas en cada barrio"

En cambio, a Josefa Maraver le gustaría que hubiera más puntos para llenar el depósito. “Si te soy sincera, me gustaría tener un surtidor de gas en cada barrio. No hay muchos, pero son suficientes. Si te quedas sin gas siempre tienes la opción de pasar a la conducción eléctrica o a la extensión de gasolina”, matiza la taxista.

Gas Natural Fenosa acredita más de 25 años de experiencia ofreciendo soluciones de movilidad sostenible a través del uso del gas natural como combustible de automoción y es la empresa española líder en servicios de movilidad a gas, ofrece un servicio integrado que incluye diseño, implementación y operación de estaciones de gas natural. 27 de las cuales están gestionadas por Gas Natural Fenosa. En España existen actualmente 53 estaciones públicas que suministran gas natural y 10 en Portugal.


Este contenido ha sido elaborado con la colaboración de Gas Natural Fenosa