Ni un cometa. Ni un asteroide. La estrella de Navidad o de Belén posiblemente no fue siquiera una estrella. Pero las calles, abetos y pesebres domésticos se llenan de astros. Más allá de lo recogido en la historia y leyenda de los Magos (astrónomos) de Oriente, prácticamente todas las culturas han celebrado el solsticio de invierno mirando y representando luces y estrellas.
No es casual. En estas fechas confluyen cinco lluvias de meteoros. Tampoco es casual que tengamos más de 14 horas de cielo nocturno para observar desde las latitudes peninsulares. Estas noches se pueden ver las estrellas fugaces más activas del final de año: las Gemínidas.
Su pico de actividad coincide con el amanecer de buena parte de España: hacia las 7 de la mañana del 14 de diciembre. Por eso la noche de este jueves (y su pronóstico meteorológico) resultan más propicios para la observación, pero también la noche del 15.
Entre cena y cena de empresa, conviene mirar al cielo de madrugada. A cualquier punto de la bóveda, aunque las estrellas fugaces parecerán emanar de Géminis. La constelación se levanta por el este hacia las 20h (referenciado al tiempo y cielo de Madrid).
Las Gemínidas tiemen una actividad por encima de los 100 meteoros por hora durante varios días antes y después del máximo. Además de la frecuencia, estos meteoros destacan por su velocidad moderada (35 km/s) y por ser brillantes y coloridos en muchos casos. Este año, la Luna no será un estorbo luminoso para su observación. Conviene, eso sí, alejarse de las luces de la ciudad.
Nos visita un asteroide
A diferencia de las demás lluvias de estrellas, esta no se debe a la presencia de un cometa. De hecho, hasta hace relativamente poco, no había una explicación para las Gemínidas.
Científicos de la Universidad de California-Los Ángeles, plantearon su relación con el asteroide Faetón 3200. Descubierto en 1983, es un objeto de roca y hielo. Al acercarse al Sol, se calienta su superficie, desprendiéndose trozos de esa agua helada junto al polvo del asteroide. A diferencia de la mayoría de asteroides, tiene cola. La tierra atraviesa cada año esa zona polvorienta y, al entrar los granos de arenisca y hielo en la atmósfera, se ionizan, desprendiendo luz en forma de Gemínidas.
El nombre no es casual. Faetón (Φαέθων) es el hijo de Helios, el Sol. El asteroide se acerca casi más que ningún otro al astro rey. En la mitología, Faetonte condujo el carro solar durante un día, perdió el control, aproximándose tanto a la Tierra, que produjo estragos en el planeta, al que casi prende fuego.
Gemínidas en directo
Desde el Observatorio del Teide (Izaña, Tenerife) se transmitirá en directo la entrada de estos pequeños fragmentos rocosos a través del canal sky-live.tv. STAR4ALL es un proyecto en el que trabajan 8 instituciones de 6 países europeos y que tiene como objetivo concienciar a la población sobre la existencia de contaminación lumínica en muchos de los lugares en los que vivimos y la importancia de tomar medidas para reducirla.
La Navidad, más allá de su estrella
Recuperamos este podcast en que explicamos algunos de los hechos científicos que hay tras los iconos recurrentes en estas fechas, incluida la Estrella de Navidad.
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