Las hormigas Matabele africanas (Megaponera analis) atienden las heridas de sus compañeros soldados lesionados en enfrentamientos con otras especies de termita y lo hacen con bastante éxito. Sin esa asistencia, el 80% de las hormigas heridas muere; después de recibir tratamiento "médico", solo el 10% sucumbe a sus lesiones. Además, se asisten "lamiéndose" las heridas como los perros.

Los profesores Erik T. Frank, Marten Wehrhan y Karl Eduard Linsenmair, de 'Julius-Maximilians-Universität Würzburg' (JMU), en Baviera, Alemania, detallan su hallazgo en la revista Proceedings of the Royal Society B. No se conocen otros insectos que cubran las heridas de sus camaradas y los biólogos de JMU incluso creen que tal comportamiento es único en todo el reino animal.

Las hormigas Matabele corren un alto riesgo de lesionarse todos los días: los insectos, que se distribuyen ampliamente en el África Subsahariana, se preparan para atacar a las termitas de dos a cuatro veces al día. Procediendo en largas filas de 200 a 600 animales, atacan a las termitas en sus sitios de alimentación, matando a muchos trabajadores y arrastrando a la presa de vuelta a su nido, donde finalmente la devoran.

Sin embargo, las hormigas se enfrentan a la feroz resistencia de las termitas soldados bien armadas que son muy hábiles en el uso de sus poderosas mandíbulas para defenderse de los atacantes. Durante este tipo de combates, se producen lesiones y muertes entre las hormigas.

 

"Operación" de rescate

Por ejemplo, las hormigas con frecuencia pierden miembros que son mordidos por las termitas soldados. Cuando una hormiga se lastima en una pelea, llama a sus compañeras para pedir ayuda excretando una sustancia química que les hace llevar a su compañero herido de vuelta al nido. Erik T. Frank ya describió este servicio de rescate en 2017.

Pero los biólogos de Würzburg llegaron más a fondo, y se preguntaron qué sucedía una vez que las hormigas heridas estaban de vuelta en el nido. Según los científicos, las hormigas tratan las heridas abiertas de sus compañeros heridos "lamiéndolas" intensamente, a menudo durante varios minutos. "Suponemos que lo hacen para limpiar las heridas e incluso aplicar sustancias antimicrobianas con la saliva para reducir el riesgo de infección bacteriana o fúngica", explica Frank.

El equipo del 'JMU Biocentre' descubrió más detalles emocionantes sobre el servicio de rescate de emergencia de las hormigas Matabele. Las hormigas malheridas que pierden cinco de sus seis patas, por ejemplo, no reciben ayuda en el campo de batalla. Pero la decisión de a quién se salva y a quién se deja atrás no la toman los rescatadores sino las propias hormigas heridas.

Las hormigas levemente heridas se mantienen quietas e incluso tiran de sus extremidades restantes para facilitar el transporte. Sus contrapartes gravemente heridas, en contraste, luchan y atacan violentamente. "Simplemente no cooperan con los ayudantes y se quedan atrás", dice Frank. Entonces, los casos sin esperanza se aseguran de que no se invierta energía en rescatarles.

Cuando las hormigas Matabele sufren lesiones leves, se mueven mucho más lentamente de lo normal una vez que los posibles ayudantes están cerca. Este comportamiento probablemente aumenta sus posibilidades de ser detectadas por las otras hormigas que regresan al nido en una columna. O puede ser que las hormigas puedan localizar la "sustancia de salvamento" más fácilmente en las hormigas en reposo.

Las nuevas ideas dan lugar a nuevas preguntas: ¿cómo pueden las hormigas reconocer dónde se lesionó exactamente a una compañera? ¿Cómo saben cuándo dejar de cuidar las heridas? ¿El tratamiento es puramente preventivo o terapéutico después de que ha ocurrido una infección? Erik T. Frank continuará abordando estas y otras preguntas en la Universidad de Lausana, en Suiza, donde ha estado realizando investigaciones postdoctorales desde febrero de 2018. Recientemente completó su tesis doctoral en JMU.