Más de 2.000 kilómetros en 40 días surcando el lugar más seco de la Tierra y uno de los más fríos, la Antártida. Una travesía para la que sólo hará falta una cosa: el viento. El trineo eólico ideado por el explorador español Ramón Larramendi pone rumbo al continente austral tras haber recorrido con éxito el Ártico, en la expedición científica Río del Hielo, el año pasado.
El explorador español Ramón Larramendi presenta a El Independiente este vehículo de exploración polar, adaptado en esta ocasión para la investigación científica en la Antártida. Es un trineo "cero emisiones". Unas cometas tiran de él para recorrer miles de kilómetros.Vídeo: M.V.
"Los retos serán muy diferentes en este lugar del mundo", recuerda Larramendi. Entre otros, ascender a la cima del Dome Fuji, a 3.810 metros sobre el nivel del mar. "Es un continente menos explorado por la dureza de sus condiciones –recuerda–, el equipo se someterá a temperaturas de unos -50ºC y llegará a zonas de difícil acceso".
Para esta aventura, han contado con el apoyo de una campaña de micromecenazgo en Verkami, que lleva recaudados a fecha de junio más de 23.000 euros. A eso se suma el apoyo de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, con 90.000 euros.
Este trineo, impulsado sólo por el viento, se presenta como opción "alternativa y ecológica a los convoyes tradicionales al generar cero emisiones" , añade Carol Portabella, de la Fundación.
Dispone de "una gran simplicidad logística, fiabilidad y versatilidad que le permiten llegar a zonas remotas y de forma más económica", lo que permite culminar "más investigaciones con éxito".
Ciencia del espacio
Durante el viaje, los cuatro tripulantes del vehículo desarrollarán hasta siete proyectos científicos, entre los que Larramendi ha destacado la iniciativa del científico y secretario técnico del Comité Polar Español, Antonio Quesada, para estudiar la capacidad de colonización de microorganismos en un espacio donde las interacciones y las influencias externas "son nulas".
Según Quesada, esta expedición es una "gran oportunidad" para todos los científicos, nacionales e internacionales, pues permite hacer "ciencia ultra pura, asegurándonos de que no emitimos contaminantes allá donde lleguemos, por lo que el impacto humano es mínimo".
El escenario antártico también servirá para probar otros instrumentos como el SOLID -para la búsqueda de vida fuera de la Tierra- o los MEDA -sensores incluidos en la misión Mars 2020- así como investigar otras áreas científicas como el impacto de los rayos cósmicos y la estructura magnética.
La Asociación Polar ha desarrollado el Trineo del Viento durante los últimos 18 años y 25.000 kilómetros con el objetivo de lograr integrarse en las infraestructuras oficiales españolas de investigación polar, como las bases antárticas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla o el buque de investigación oceanográfica Hespérides.
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