Encélado, un mundo más frío que Groenlandia situado en los anillos de Saturno, es uno de los grandes candidatos cercanos donde buscar vida –con permiso de Marte–. Cerca de un año después del fin de la misión Cassini de la NASA, los gigas y gigas de información que mandó la nave antes de ser engullida por Saturno nos dan una nueva sorpresa. Conforme a la espectrometría de masas, el equipo científico ha descubierto que de la luna Encélado brotan grandes moléculas orgánicas. Es decir, ladrillos para la vida. Eso no es nuevo en la astronomía. Se conoce en Encélado o en el satélite Europa, pero ahora se ha visto que emanan en chorros bajo su superficie helada. Y no son simples moléculas. ¿Significa que hay vida en los anillos de Saturno? No necesariamente.
Es el único astro conocido que satisface simultáneamente todos los requisitos básicos para la vida
"Estamos, una vez más, impresionados por Encélado", señala Christopher Glein del Instituto de Astrobiología de la NASA, especializado en oceanografía química extraterrestre. Es coautor del artículo en Nature que describe este descubrimiento. "Previamente solo habíamos identificado las moléculas orgánicas más simples que contenían algunos átomos de carbono. Ahora hemos encontrado moléculas orgánicas con masas superiores a 200 unidades de masa atómica. Eso es más de diez veces más pesado que el metano. Con moléculas orgánicas complejas que emanan de su océano de agua líquida, esta luna es el único cuerpo, además de la Tierra, que satisface simultáneamente todos los requisitos básicos para la vida tal como la conocemos". Los científicos creen que las reacciones químicas entre el núcleo rocoso de la luna y el agua cálida de su subsuelo están relacionadas con estas moléculas complejas.
Cassini tomó muestras de la columna de material que emergía del subsuelo de Encélado. El Analizador de Polvo Cósmico (CDA) y el Espectrómetro de Masa Iónico y Neutral (INMS) hicieron mediciones tanto dentro de la columna como en el anillo E de Saturno, que está formado por granos de hielo que escapan de la gravedad de Encélado.
Una fuente de energía para microbios
"Incluso después de su gran final, la nave espacial Cassini continúa enseñándonos el potencial de Encélado para avanzar en el campo de la astrobiología en un mundo oceánico", dijo Glein. "Este documento demuestra el valor del trabajo en equipo en la ciencia planetaria". Se cree que el hidrógeno molecular en el géiser se forma por la interacción geoquímica entre el agua y las rocas en ambientes hidrotermales.
Saturno, una caja de sorpresas que aún después de la misión Cassini, sigue abriéndose, tal y como ya adelantó en El Independiente el director de la misión, quien recuerda que en los próximos años toca procesar cantidades ingentes de datos recogidos por la sonda de la NASA. | Vídeo: Mario Viciosa.
"El hidrógeno proporciona una fuente de energía química que sostiene a los microbios que viven en los océanos de la Tierra cerca de los respiraderos hidrotermales", apunta Hunter Waite, investigador principal del INMS y también coautor del documento. "Una vez que haya identificado una posible fuente de alimento para los microbios, la siguiente pregunta es: ¿cuál es la naturaleza de los compuestos orgánicos complejos en el océano? Este documento representa el primer paso en esa comprensión".
"Los hallazgos del documento también tienen gran importancia para la próxima generación de exploración", dice Glein. "Una futura nave espacial podría volar a través del géiser de Encelado, y analizar esas complejas moléculas orgánicas utilizando un espectrómetro de masas de alta resolución para ayudarnos a determinar cómo se hicieron. Debemos ser cautelosos, pero es emocionante pensar que este hallazgo indica que la síntesis biológica de moléculas orgánicas en Encélado es posible ".
De haber vida, se podría parecer a esto
El pasado febrero, científicas de la Universidad Johannes Kepler y de la Universidad de Viena publicaron un estudio sobre cuáles serían las formas de vida candidatas a residir en Encélado. Confome a las sustancias encontradas en sus emanaciones, y con el metano como protagonista, apuntaron a tres células conocidas en la Tierra que se alimentan de hidrógeno: las arqueas Methanothermococcus okinawensis, M. marburgensis, y M. villosus. Recrearon en laboratorio las supuestas condiciones de vida del océano interior de Encélado. La primera y la última fueron las que mejor se adaptaron, pero la okinawensis vivió y se reprodujo sin problemas al echarle encima, por ejemplo, amoníaco.
En la Tierra, el microbio vive en un respiradero hidrotermal de aguas profundas frente a la costa de Japón. Pero los metanógenos no son la única fuente posible del metano de Encélado. Algunas fuentes hidrotermales en la Tierra pueden producir metano incluso en ausencia de vida. Los cometas, que en realidad no son tan diferentes de Encélado, parecen haber recogido metano de las nubes interestelares. E incluso si la vida en Encelado produce metano, no necesariamente tiene que ser similar a M. okinawensis. "La naturaleza es generalmente más inteligente que nosotros. Podría haber encontrado una manera de usar ese combustible de una manera completamente diferente", señaló en la presentación del estudio Hunter Waite, científico planetario del Southwest Research Institute.
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