Entre el 11 y el 13 de agosto se dan las mejores noches para cazar estrellas fugaces perdidas. Astronómicamente, no son la lluvia más abundante del año, pero sí la que, estadísticamente, suele gozar con más cielos despejados en el hemisferio norte. Te explicamos los trucos para verlas mejor y por qué este es un buen año, sin luz de Luna, para verlas.
Pintamos sobre el lienzo del cielo a Perseo y sus perseidas. Te explicamos en este vídeo cómo se forman estas lluvias de estrellas y cómo es el cometa del que provienen. | Vídeo: M.V.
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Vete de la ciudad
El peor enemigo de una observación celeste es el resplandor que las partículas de la atmósfera devuelve de las ciudades. Ese que tiñe de naranja o blanco los cielos. Hay una serie de lugares en España catalogados como idóneos por la Fundación Starlight: Monfragüe (Cáceres), Gúdar-Javalambre (Teruel), Los Pedroches (Córdoba), Fuerteventura, Sierra sur de Jaén, Sierra Morena, El Montsec (Lleida), cumbres de Tenerife y La Palma. Una vez allí, descarta el móvil y, si lo necesitas para orientarte o usar una aplicación astronómica, prueba con un filtro de luz roja. Es la que menos te va a molestar a ti y al resto de observadores.
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Parecen salir de Perseo, pero mira a todos sitios
Las lluvias de estrellas tienen una radiante, es decir, un punt del que parecen emanar en el cielo. En realidad, van en paralelo, como las vías de un tren, pero por una cuestión de perspectiva, aparentemente convergen en un punto (como las vías del tren). Ese punto es Perseo, una constelación que se eleva por el noreste hasta presentarse bien alta hacia la mitad de la noche. Es casi más reconocible su compañera Casiopea, formada por cinco estrellas que aparentan una W. De todas formas, no es preciso que mires sólo hacia allí. Las perseidas pueden aparecer por cualquier sitio. Lo mejor es tumbarse y tener paciencia.
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Olvida el telescopio. Agarra la cámara
No te van a servir de nada los prismáticos o el telescopio. Aquí se trata de tener la visión más panorámica posible del cielo. Las perseidas puede aparecer en cualquier sitio. Si quieres hacer fotos, cuenta con un buen angular o deja tumbado hacia arriba el móvil, con la cámara apuntando al cielo. Haz exposiciones largas sobre trípode y dale un ISO alto. La paciencia es tu compañera en estos casos. Las cámaras deportivas tipo GoPro pueden ser de ayuda para grabar vídeos que capten toda la bóveda celeste. Basta con que la tumbes boca arriba.
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Prepara una lista de hasta 100 deseos por hora
Si fuera cierto que se cumple un deseo por cada estrella fugaz, sería interesante prepararse unos cien este año, si vas a estar una hora mirando al cielo. Se calcula que se verán entre uno y dos meteoros por minuto en su pico de actividad. Pueden llegarse a verse 200 o más por hora, algunos años. Está lejos de lluvias de leónidas del siglo XIX en que se vieron más de 100.000 meteoros por minuto.
Según recuerdan desde el Observatorio Astronómico Nacional (IGN), esta lluvia proviene del cometa Swift-Tuttle. "Los cometas, según describen sus órbitas alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y escombros (materiales rocosos) que permanece en una órbita muy similar a la del cometa progenitor". Cuando la Tierra los atraviesa, partículas del tamaño de un grano de polvo entran en contacto con la atmósfera, se ionizan y calcinan, produciendo sus características estelas. El color depende del tipo de sustancia de que esté hecho.
Un meteoro difiere de un meteorito en que es una partícula que se desintegra antes de caer al suelo
"La altura a la que un meteoro se hace brillante depende de la velocidad de penetración en la atmósfera, pero suele estar en torno a los 100 kilómetros. Sin embargo, el alto brillo y la gran velocidad transversal de algunos meteoros ocasionan un efecto espectacular, causando la ilusión en el observador de que están muy próximos". Por supuesto, no hay peligro de que caigan a tierra. Hablamos de meteoros, no meteoritos, de mayor tamaño y que no llegan a desintegrarse.
Lo cierto es que hasta prácticamente 1950, no se sabía que las lluvias de estrellas provenían de cometas. Anteriormente, no se distinguían los fenómenos astronómicos de los atmosféricos. Las lluvias de estrellas más intensas terminaban por causar pánico entre la población, tal y como contamos en este podcast:
Ni San Lorenzo tuvo lágrimas, ni Perseo estrellas
El 10 de agosto se celebra la festividad de San Lorenzo, de ahí que a las perseidas se las conozca también como lágrimas de San Lorenzo. El diácono vivió en la Roma del siglo III. Fue condenado a morir en una parrilla. La tradición dice que, lejos de llorar, gozó de un inusual sentido del humor mientras era martirizado, afirmando a su verdugo: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". San Lorenzo es patrón de los cocineros.
Más complicado es el mito de Perseo. Era un semidiós griego, hijo de Zeus y Dánae. Polidectes se enamoró de su madre y, para quitarse al chico de enmedio, le mandó por recado ir a cortar la cabeza de Medusa y tirarla en una bolsa. Obediente, lo hizo, de ahí que se represente en el cielo, y con bastante imaginación, como un hombre que porta en su mano la cabeza de Medusa, con serpientes por cabellera, debajo de Casiopea.
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