Por ahora es más ficción que ciencia, pero hay quien está particularmente interesado en surcar el cosmos a bordo de un velero solar. La tecnología de propulsión por velas en el espacio recoge la misma filosofía que llevó a la humanidad a conquistar los mares, pero con mundos más alejados del sistema solar. Una especie de tela superresistente que recoja los vientos de las estrellas e impulse pequeñas naves a grandes distancias y velocidades. Un desarrollo en el que cada año están en juego 10.000 millones de dólares, en lo que es el concurso científico mejor dotado.
En 2016, el físico millonario Yuri Milner se unió a Stephen Hawking y Mark Zuckerberg para lanzar una iniciativa que conquistase exoplanetas. Huelga decir que viajar a la estrella más próxima a la Tierra después del Sol es una empresa más difícil que la conquista de América en su momento. Pero Milner y su esposa, cual Reyes Católicos, están dispuestos a financiar parte de aquel proyecto que consiga poner nanosatélites ligeros más allá del sistema solar mediante Breakthrouh Initiatives. A poder ser, para descubrir extraterrestres. Unos extraterrestres que, en un borrador de artículo bastante peculiar, estarían ya usando velas solares.
En general, el primer problema de un viaje tan lejano es que no hay depósito que aguante semejante distancia. La parte buena de las velas es que no necesitas combustible", explica desde el CAB-INTA Juan Ángel Vaquerizo (@JA_Vaquerizo). Ahí exiten diferentes alternativas. Desde aprovechar el impulso de la luz (la del Sol o la de un láser), a apoyarse el el chorro magnético y eléctrico de las estrellas (el plasma solar, por ejemplo).
El Sol sopla siempre de Levante
Empecemos por dejar claro que la luz, aunque no lo parezca, ejerce una presión. Eso lo observó el mismísimo Johannes Kepler, cuando le resultó extraño que los cometas siempre formasen su cola en dirección opuesta a la estrella. A finales del siglo XIX ya teníamos claro los humanos que, teniendo o no masa la luz, pueden empujar cosas como una vela especial.
La ventaja de esta tecnología es que, a diferencia de propulsores, "el Sol puede ejercer un empuje pequeño pero continuo", explica Vaquerizo. Si una sonda velera pasa cerca de él, puede propulsarse lo suficiente como para que, con la ayuda extra de su gravedad, pueda coger la una velocidad que le permita viajar a otra estrella. La NASA y la ESA han hecho ensayos de laboratorio. Los japoneses de JAXA lanzaron ya una en 2010. En general, todos con velas pequeñas de prueba.
Un rayo láser desde la Tierra puede ayudar al empuje de la vela
Ahora bien, tanto la luz como "el viento solar sólo sirve en la vecindad del Sol. Para viajes interestelares no es tan intenso", aclara Vaquerizo, de ahí que la iniciativa Breakthrouh ya apuntase a un rayo láser potentísimo que insuflase "una luz coherente y muy concentrada" a esa vela, hasta llevarla a nuestra segunda estrella más cercana: Proxima Centauri.
"El fundamento tiene sentido y la tecnología de velas se está probando" ya que es, junto con la propulsión iónica, "la única que nos puede llevar tan lejos en un tiempo razonable". Varias decenas de años de viaje, según los cálculos de Breakthrouh, Con las tecnologías de propulsión actuales, una sonda como la Voyager 1 tardaría unos 76.000 años en ponerse en Alfa Centauri, tal y como explica Daniel Marín en Eureka.
Aprovecharse de los vientos solares o de su luz es siempre un arma de doble filo. Porque su viento sopla siempre de Levante, es decir, siempre por donde sale el sol desde la perspectiva de una sonda. Por eso serían necesarias "velas enormes y eso planeta problemas para empaquetarlas y desplegarlas". Lo bueno es que, a falta de potencia, en el espacio, una vez se inicia una propulsión, por leve que sea, el objeto se va acelerando si no hay nada que lo frene. Puede conseguir unas velocidades muy decentes con aceleración constante.
Extraterrestes náufragos
Vaquerizo no duda de que esta tecnología de vela solar se probará "de verdad" en breve. El reciente artículo de dos científicos de Harvard en que no descartan que ya la hayan usado extraterrestres "imagino que ayudará", asegura. "Es lo que suele pasar cuando Elon Musk, con SpaceX, comenta que va a ser el primero en Marte". El artículo habla más de tecnología de velas solares para viajes entre estrellas, que de alienígenas. Lo cual prueba que "las tecnologías de vela han avanzado muchísimo y la misma NASA trabaja intensamente con aspectos relacionados con el despliegue".
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