El aterrizador espacial InSight ya está en Marte. A las 20.47 (hora de Madrid), ha cruzado la leve atmósfera marciana a 19.800 kilómetros por hora. Poco a poco ha reducido su velocidad a sólo 8 kilómetros por hora, antes de que sus tres patas hayan tocado el suelo marciano en lo que se suele conocer en astronáutica como los 7 minutos de terror. Sencillamente, porque tras siete meses de viaje hasta el planeta rojo, la operación más compleja es ésta y se dirime en 6 minutos y 29 segundos. Una señal ha atravesado la distancia que nos separa de él en 8 minutos para decirnos que está vivo. Unas cinco horas después, ha terminado de desplegar sus paneles solares, por cuanto la misión se considera un éxito. Este es el preciso momento en que toca suelo:
Hoy hay un español particularmente emocionado. Se llama Jorge Pla (@JorgePlaGarcia) y es astrofísico en el CAB-INTA. Doble enhorabuena para él, que ha sido recientemente padre de un bebé y de la estación meteorológica que porta la nave marciana. Esa es la aportación española a esta misión que persigue auscultar el planeta vecino y conocer más sobre su leve atmósfera.
Tenemos oooooootro robot en Marte: @NASAInSight #TWINS pic.twitter.com/kM7rnGQjUJ
— Jorge Pla-García (@JorgePlaGarcia) 27 de noviembre de 2018
Hay otra mujer particularmente emocionada en esta historia. Lori Glaze lleva desde los años sesenta con un ojo en Marte. Es directora de Ciencia Planetaria de las misiones de la NASA: "Estudié Marte desde la órbita y desde la superficie desde 1965, aprendiendo sobre el clima, la atmósfera, la geología y la química de la superficie. Ahora, finalmente exploraremos el interior de Marte y profundizaremos nuestra comprensión de nuestro vecino terrestre mientras la NASA se prepara para enviar exploradores humanos más profundamente en el sistema solar".
Los algoritmos rigen buena parte de la misión. Aproximadamente dos horas antes de llegar a la atmósfera, el equipo de tuvo que cargar algunos ajustes finales al sistema que ha guiado a la nave de forma segura hacia la superficie. El equipo de EDL trabajó con meses de anticipación para preprogramar cada etapa del aterrizaje de InSight, haciendo ajustes basados en los informes meteorológicos del Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA.
"Mientras la mayor parte del país disfrutaba del Día de Acción de Gracias con sus familiares y amigos, el equipo de InSight estaba ocupado haciendo los preparativos finales para el aterrizaje del lunes", asegura Tom Hoffman de JPL, gerente de proyectos de la misión. "Aterrizar en Marte es difícil y requiere muchos sacrificios personales".
El misterio de los martemotos
Nos hemos imaginado el interior de la Tierra (y de Marte), como una receta con chocolate fundido y láminas de manzana. Éstas serían las placas tectónicas sobre las que se asientan los continentes. Al poner la fuente con chocolate al fuego, como ocurre en el interior de la Tierra, el manto chocolateado empieza a bullir lentamente, moviendo las láminas, que pueden chocar. En Marte, el chocolate está sólido. No hay movimiento y el azúcar glasé se barre con facilidad, desapareciendo como si de la atmósfera se tratase. Eso es lo que pudo pasar al enfriarse el núcleo del planeta rojo que, sin embargo, sigue teniendo terremotos. | Vídeo: M. Viciosa y E. Moreno
Por qué es tan difícil aterrizar en Marte
Centenares de pasos se dan desde que el aterrizador entra en contacto con la atmósfera y se posa en el suelo. Para cada una de ellas, todo tiene que ajustarse a una secuencia milimétrica de parámetros conforme a los cálculos que impidan su destrucción. Los ingenieros se han reunido con los científicos en el JPL el 26 de noviembre, observando con nerviosa anticipación las señales de que InSight tocó tierra con éxito. "Llevó más de una década llevar a InSight de un concepto a una nave espacial que se aproxima a Marte, y aún más desde que me inspiré para intentar emprender este tipo de misión", explicaba ayer Bruce Banerdt, del investigador principal de la misión. "Pero incluso después de aterrizar, tendremos que ser pacientes para que comience la ciencia".
Llevará de dos a tres meses para que el brazo robótico coloque los instrumentos de la misión en la superficie. Durante ese tiempo, los ingenieros monitorizarán el medio ambiente y fotografiarán el terreno frente al módulo de aterrizaje.
De vuelta en JPL, el equipo de operaciones de superficie practicará el ajuste de los instrumentos. Usarán una réplica de trabajo de InSight en un banco de pruebas interior, que se esculpirá para que coincida con el sitio de aterrizaje real de la misión en Marte. El equipo verificará que los instrumentos se puedan implementar de manera segura, incluso si hay rocas cerca o si InSight aterriza ladeado.
Una vez que se decida la posición final de cada instrumento, tomará varias semanas levantar cuidadosamente cada uno y calibrar sus medidas.
La parte española de la misión
Ya estamos en #Marte!! 👏🏻👏🏻 #Insight ya ha aterrizado en el Planeta Rojo con #TWINS a bordo! Mucha emoción en el auditorio del #CAB. 😊😊#llegamosaMarte #MardiConseil #Mars #Insight @NASAJPL pic.twitter.com/RpBA2Wfj7i
— Centro Astrobiología (@C_Astrobiologia) 26 de noviembre de 2018
InSight lleva consigo la estación meteorológica TWINS, a cargo del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) y construida por la empresa Crisa. TWINS (Temperature and Wind for INSight) se basa en la estación REMS del róver Curiosity. Fue precisamente el éxito de la estación del vehículo que actualmente recorre Marte el que propició que se incluyese TWINS en esta nave. El instrumento mide la presión, temperatura y velocidad del leve aire marciano. Su importancia es clave para conocer a qué se enfrentarán exactamente los posibles astronautas en una futura misión. Además, la débil atmósfera marciana depara espectaculares tormentas de arena como la que desde mayo y hasta septiembre ha cubierto parte del planeta vecino. También tiene un experimento para el estudio de la rotación y la estructura interior (RISE: Rotation and Interior Structure Experiment) construido por el JPL.
En esta misió participa también Europa a través del el Centre National d'Études Spatiales (CNES), el Institut de Physique du Globe de Paris (IPGP) y el Centro Espacial Alemán (DLR) entre otros. La nave se construyó en Denver por Lockheed Martin, que trabaja con la NASA en numerosos proyectos.
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